Epílogo.

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***** Meses después...

Estaba acostada en la cama mientras Ryan se estaba bañando.

Estaba cansada.

Mi cuerpo no daba para más y mis pies estaban hinchados.

Ryan estaba preocupado.

El médico le dijo que se debía a mi embarazo y que no debía preocuparse.

-Jane - acarició mi cabello y yo lo miré a los ojos. Amaba sus ojos.

-Dime - sonreí. Me senté con su ayuda y él me abrazó.

-Vamos a otro médico - pidió apretándose contra mi redondeado cuerpo.

-Ya hemos ido a tres, Ryan - me aparté un poco y enmarqué su rostro con ambas manos.

Lo vi jugar con mi pijama sin verme a los ojos.

-Ryan, mírame - pedí y él lo hizo. Lo veía muy preocupado.

-Antes tenía mucho miedo de perderte a causa de otros hombres y ahora tengo verdadero miedo porque esto que te está pasando se me escapa de las manos - sonreí tratando de tranquilizarlo y besé sus labios.

-Yo estoy bien, sólo estoy cargando peso y doble... es normal - acaricié su nuca y él asintió.

-¿Cómo vas con James? - preguntó cambiando de tema.

Suspiré.

Mi bebé estaba muy empalagoso.

-Está pegado a mi como un chicle - sonreí.

James estaba mucho mejor ahora que somos una familia unida.

Aunque ahora está rebelde y no quiere utilizar ropa.

Exhibicionista igual que su padre.

-Hoy no ha querido usar ropa - Ryan sonrió.

-Con razón está durmiendo desnudo ahora - dijo observándolo desde la pantalla.

-Si, fue un problema bañarlo y cuando por fin lo hice, me lloró por la mamila. Se la di y se quedó dormido así - no pude evitar bufar.

Nos quedamos en silencio y lo abracé con cuidado. Yo ya tenía seis meses de embarazo y no era nada fácil moverme.

-Ryan... ¿sabes qué me haría relajarme? - pregunté acariciando su pecho con una mano y la otra descendiendo a su entrepierna.

-Jane... no - me aparté de él y me acosté en la cama. No hice nada por esconder mis lágrimas.

Estaba harta de su rechazo.

No me había tocado en mes y medio.

¡Mes y medio!

Lloré y él trató de abrazarme, pero no se lo permití.

-No te pongas así, sólo estás cansada y no quiero agotarte más. Ya ni siquiera duermes bien - eso me hizo llorar más.

-¿Cómo quieres que me ponga? Las hormonas me están volviendo loca y que tu me rechaces me deprime. Trato de pensar y me recuerdo que es porque estás preocupado, pero ya no lo tolero - traté de bajarme de la cama, pero la tarea se me dificultó y más cuando Ryan me bloqueó el paso.

Estaba harta de esta abstinencia. Yo estaba bien.

¡Malditamente, bien!

-Jane... - negué. Quería que me dejara en paz.

Me bajé de la cama de todos modos y fui a la puerta.

Tenía que arreglar a Jimmy para la cena de ahora más tarde en casa de los Woods.

Serie Inocente #2: Pervertida Inocencia©Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu