Capítulo 3: Romance.

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Ryan se la pasó callado todo el camino y respondía con monosílabos. Me sentía tan avergonzada. Yo tenía la culpa.

Bueno parte de la culpa.

No le daba seguridad. Él se comportaba así sólo porque no le demostraba mis sentimientos.

Me acerqué a él y lo abracé. Sus brazos me cubrieron y me sentí en casa.

-Lo siento tanto... nunca te he dado seguridad y por eso creo que eres así de celoso.- tomé una respiración-. Por favor, discúlpame por ser tan egoísta. Prometo dedicarme a ti. Te amo- le dije mirándolo a los ojos. Asintió y me besó. Le devolví el beso con la misma entrega que él.

Amaba a mi marido con toda mi alma.
-Tu también discúlpame. Es que... eres lo más puro que tengo y siento que en cualquier momento te puedo perder- me acomodó a horcajadas sobre él-. He cometido muchos errores, demasiados y aún no sé si logre ser un buen padre, pero por más que haya cometido errores y no te merezca, me niego a dejarte ir. Sólo la muerte y ni tanto, va a apartarme de ti- estaba llorando desde hace un buen rato.

¡Ay, Dios!

Ambos nos hemos equivocado tanto...

-Sé que serás un gran padre. Lo sé y me voy a esforzar por ser buena madre y esposa. Yo te adoro y quiero que formemos una hermosa familia- acaricié su mejilla.

Me tomó por la nuca y lo miré expectante.

-Que sea la primera y última vez, que me dejas. Siempre me abandonas y sé que tengo la culpa, pero te prohibido que me abandones de nuevo- acarició mi nuca y juntó nuestros labios en un beso posesivo-. Dilo-ordenó.

-No lo volveré a hacer- sonrió complacido y me volvió a besar.

Amaba a este hombre con toda mi alma.

A mi marido.

-Ryan... y si... no, mejor no- negué y lo besé. Me tomó la cabeza con ambas manos y elevó una de sus cejas.

-Habla- ordenó nuevamente.

Me ruboricé. Se supone que esto lo pide el hombre. No una mujer, pero tenía que tomar valor.

-¿Y si nos casamos de nuevo? - bajé la mirada y esperé su respuesta.

-Me siento halagado, pero aún no has pedido mi mano y ni siquiera tienes un anillo para mi- levanté la mirada mortificada-. ¡Ay, nena! Yo me caso las veces que tu quieras siempre y cuando tu seas la novia- me besó y acarició mi cabello.

-¿Cuando sería? - pregunté. Se encogió de hombros.

-Cuando haya nacido el bebé- asentí y lo besé.

-¿Sabes que te amo?- pregunté. Negó-. Pues yo a ti te amo, te adoro y te deseo- besé sus labios y me acomodé mucho más cerca de él.

-Yo te amo más - me asaltó a besos y me recostó en el asiento.

En ese momento, me di cuenta de que no iba a acabar con mi felicidad contándole lo sucedido con Alex. Además, yo ya lo había solucionado.

Contra todo pronóstico no me hizo el amor en el coche, sólo levantó mi camiseta y el abrigo, descubriendo mi abdomen hinchado. Me acomodé sobre mis codos y lo miré acariciar mi barriga.

Nuestro bebé se movió y pateó. Sonreí.

Me miró emocionado y besó mi vientre.

-Estoy celoso, yo también debería poder sentirlo como lo haces tú- hizo pucheros y dejó su cabeza sobre mi vientre-. Hola... ya te quiero cargar, bebé. Yo voy a cuidar mucho de ti- dejó un beso-. ¡Ohhh! Lo siento, estoy presionando el ombligo. No lo vuelvo a hacer - acomodó su cabeza-. No, mami es mía. Yo te la presto- volvió a colocar su oreja en mi panza-. Si, mami es hermosa. Pronto te la presentaré- sentí a mi bebé volver a patear y reí.

Serie Inocente #2: Pervertida Inocencia©Where stories live. Discover now