Capítulo 2: Celos Enfermizos y Nuevas Reglas

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Estaba en mi oficina, por fin había podido salir de la casa. Una parte de mi estaba dividida.

Él era muy tierno y dulce. Siempre me preparaba las comidas y hacía que me sintiera orgullosa de mi cuerpo.

Pero también es un celoso, paranoico, posesivo y manipulador. Me llamaba cada dos horas. Antes eran cada ocho, luego seis,  antes de que... pasara lo que pasó, fueron cada cuatro y bueno ahora me llama cada dos horas.

-Por favor, sólo estaba en el baño- me quejé mientras tomaba asiento.  Tenía muchas reuniones hoy y las personas, por no decir hombres guapos , no eran del agrado de Ryan.

-Digamos que te creo- puse los ojos en blanco y me recliné en el asiento.  Estaba muy cansada. Todo era culpa de él.

-Es tu decisión- dije enfadada.

-Si, es mía.  Igual que tu- en eso tocaron a la puerta- Sólo te llamé para recordarte que me prometiste dejar que te hiciera el amor cuantas veces yo quisiera- gemí angustiada.

-Ryan... estoy muy cansada.  Sólo una vez- gruñó.

- Lo prometiste- se quejó.

-Estoy de cuatro meses, me canso rápido y me da mucho sueño- le recordé.

- Lo único que no me gusta de que estés embarazada es que te cansas y duermes demasiado.  Lo que me gusta es que ya no estás con la regla y puedo hacerte mía todos los días-me ruboricé.

Me acomodé en el asiento.

Mi sexo palpitaba.

- Me estás poniendo nerviosa- en eso entro Bressco Harris.

-Hola hermosa ¿Cómo estás? - preguntó y se acercó a mi. Besó mi mejilla.

-Hola Bressco- saludé.

-¿Harris?- preguntó muy enfadado Ryan-. ¿Por qué mierda él está allí? - ladró.

-Es una reunión.  Te dejo. Hablamos ahora- me despedí.

-No me vayas a colgar. No me cuel...- colgué.  Se me iba a armar una grande.

-Empecemos- pedí. 

Sabía que él vendría y quería acelerar la reunión.

Marqué a mi secretaria.

-Por favor pon a dos de seguridad en mi puerta y no dejes por nada del mundo que Ryan entre en mi oficina- pedí.

-Está bien señora.

Me centré en Bressco.

-¿Tormentas en el paraíso? - preguntó burlón.

-¡Nah! - nos pusimos a trabajar y diez minutos después se escuchó el estruendo.

-Por favor utiliza el elevador privado- lo guié hasta él -. Perdón.  Te mando los documentos firmados y luego nos ponemos de acuerdo- justo, mientras se cerraban las puertas del ascensor, llegaba Ryan.

Cerró la puerta detrás de él y puso picaporte.

Cubrí mi rostro con ambas manos.

-No me vuelvas a colgar el teléfono- me tomó del brazo y me pegó a su cuerpo. Mis ojos se anegaron de lágrimas.  Sus celos eran emfermizos.

-Tenía una reunión- excusé. Me tomó del brazo y me llevó al elevador.

-Una reunión- repitió-. Te voy a recordar a quién perteneces y no quiero testigos.

Llegamos al estacionamiento y el auto ya estaba allí. Como también lo estaban mis cosas.

Me subió de mala manera al asiento trasero y se montó después de mi.

Serie Inocente #2: Pervertida Inocencia©Where stories live. Discover now