Internar a Ryan no me parecía la mejor solución. Sabía que estaba mal, pero yo... bueno no quería que se perdiera mi embarazo. Quería estar a su lado y que él tomara mi mano en el momento del parto.
Que se desmayara por la impresión o que simplemente estuviera peleando con el médico por estar tocándome allá abajo.
Verlo cargar a nuestro hijo en sus grandes manos y arrimarlo a su pecho...
Si, eso quería.
Pero necesitaba que él cambiara. Que fuera otro.
No el Ryan de ahora.
-No se si internarlo sea lo mejor. Yo...- mi padre me quitó el teléfono y negó-. ¿Papá? - pregunté perpleja por su arrebato.
-No vas a internarlo- declaró.
-No creo que eso sea prudente- habló Alex-. Él está mal.
Me molestó su comentario y a mi padre también.
-Déjame a solas con mi hija, este tema no te concierne- desvié la mirada y solo escuché el portazo-. Es un tonto. Por favor, no te quiero cerca de él- pidió y asentí.
Ese hombre sólo me había dado problemas.
-Si, Ryan se molestó mucho por su cercanía y por el camino admitió que se sentía atraído por mi. - chasqueo la lengua y suspiró.
- Hija... no puedes internar a Ryan. Es tu esposo. Él te necesita y tu estás embarazada. Creo que lo que les hace falta es estar solos. Juntos un tiempo y olvidarse de todo- aconsejó.
-Pero él tiene que cambiar. Es muy celoso. Yo a él no lo celo ni le pregunto nada que pueda incomodarlo. Respeto su espacio y no lo atosigo cada dos horas con llamadas- él se rió.
-¿Te has escuchado? - preguntó.-Tienes a un hombre que se desvive por ti y tu sólo te quejas. No te preocupas por él de la misma manera que él lo hace contigo. No eres tu quien lo llama, no le preguntas por sus cosas y peor aún quieres cambiarlo - bajé la mirada-. Él no sería tan celoso si sintiera que lo amas. Si pusieras más de tu parte. Tu no le das seguridad. Se siente inseguro de ti y con razón. Lo has descuidado- era cierto. He sido una mala esposa-. ¿Por qué no lo aceptas como es? Es que no lo amas. Es eso.
-Yo lo amo- dije agitada.
-Entonces no intentes cambiarlo- dijo enfadado-. Ahora vete. Ve a buscar a tu marido y no te quiero ver a menos que sea por Skype desde esa bendita isla- empezó a empujarme.
-¡Pero tu cita!- exclamé poniéndome de pie.
-Tu madre me llevará y yo te diré todo por Skype. - apremio-. Ve a buscar a tu marido y pasen un tiempo a solas.-pidió papá. Asentí.
-Te voy a llamar para saber cómo te fue- besé su mejilla y fui hasta la puerta. Miré mi ropa y supe que no era lo adecuado. Corrí a hacia mi antigua habitación y busque algo que ponerme.
Encontré unos pantalones de chándal y una camiseta de tiras gruesas en color negro. Me puse el abrigo a juego y salí de allí.
Llegué a las escaleras y justo cuando iba a bajar, resbalé. Esperé sentir el impacto, pero este nunca llegó.
Unos brazos me apresaron y me pegaron aun cuerpo delgado y muy tonificado. Sentí que me faltaba el aire. Era una mole de músculos y eso no me gustaba.
Nada como mi Ryan. El cuerpo de Ry se amoldaba al mío perfectamente.
Una vez estuve recuperada y equilibrada sobre mis pies:
-Gracias, ya puedes soltarme- en vez de acatar mi pedido de inmediato, me pegó más a su cuerpo y pude notar su erección en mi trasero. Me apartó de las escaleras y me revolví contra él-. ¡Sueltame!- exigí.
-Shh... nos van a oír- sus labios rozaron mi el lóbulo de mi oreja y me estremecí de miedo. Él lo interpretó de otra manera-. ¿Lo sientes? Tu cuerpo reacciona al mío- besó mi cuello-. Tienes un olor muy dulce. Me encanta- me solté de golpe y me giré. Le pegué en la cara con veces y bien fuerte.
-Me das asco, no me vuelvas a buscar. Yo amo a mi marido y voy a estar siempre con él. No me provocas nada. - dije con rabia mirándolo a los ojos.
-Tu me vas a amar a mi, eso te lo juro- le di la espalda y corrí a las escaleras. Me debatía entre decirle o no a Ryan.
Él tenía razón. Siempre la tuvo.
También mi padre tenía un punto y eso era lo que haría. Me iría con Ryan a esa bendita isla. Ambos necesitábamos ese tiempo juntos. A solas, disfrutandonos y haciendo el amor a cada hora.
Por el resto de los días.
Ambos podíamos trabajar desde allá y venir sólo por cosas especiales.
Si, eso haría.
Fui al estudio y tomé el teléfono.
Arreglé todo para irnos de viaje.
Recogí mi bolso y salí de la casa.
Tomé un taxi y le di la dirección del cuartel de policía. Llamé a uno de los de seguridad y le pedí que fuera a la corregiduria a pagar la multa.
No sabía si esta vez se pudieran arreglar las cosas y que él saliera tan rápido de prisión.
Lo único que podía hacer era tratar de hablar con el camarógrafo y arreglar las cosas.
Llegué a la jefatura de policía y pagué el taxi.
Estaba lleno de periodistas.
Mi equipo de seguridad ya estaba allí. Y me ayudó a entrar.
Era una jefatura distinta a la anterior.
Esta vez me atendió el Teniente Rosas y me explicó que él saldría siempre y cuando pagara la multa.
-Lo sé y espero no volver a causarles problemas- asintió.No sé si hacían excepciones o el abogado de Ryan era muy bueno, pero él saldría en unos momentos.
Me acerqué al abogado.
-Estoy preparando todo para la demanda inminente que se nos viene encima. Por favor aleje a Ryan de la vista pública. - asentí. No queríamos otro escándalo.
Me senté y esperé a que lo dejaran salir. Cuando lo hizo, me puse de pie rápidamente y me acerqué. Me miró y me sentí pequeñita.
Me acerqué a él y lo abracé.
-Te amo- le hice saber y de inmediato me apretó contra su cuerpo.
-Yo te amo aún más, pero te juro que esta me las pagas- sentí su erección contra mi centro. Gemi bajito y me deleité con la sensación de su cuerpo contra el mío.
-Lo siento mucho- me alejé un poco para mirarlo a los ojos.
-Lo sé- me besó-. Vamos a casa.
Sonreí.
-No vamos a casa- alzó una ceja interrogante-. Vamos a nuestro nuevo hogar y ese tiene locación en la isla- le hice saber.
Caminamos de la mano y con ayuda de los de seguridad fuimos a el auto que nos esperaba.
Espero les haya gustado. Lo que viene va a estar bomba.
Los quiero♥♡♥♡♥
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Serie Inocente #2: Pervertida Inocencia©
RomanceJane, una chica inocente que fue alejada de su vocación de servir a Dios, para casarse con Ryan, un hombre diez años mayor que ella. Cinco años después de ese matrimonio en los cuales ninguno de los dos había tenido comunicación, Jane salvará a Rya...