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“Lo más doloroso es perderte a ti mismo en el proceso de amar demasiado a alguien, y olvidar que tú también eres especial”

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1980

Eva había pasado sus últimos días visitando al pequeño Rigel, junto a Regulus, que frente a su hermano realmente fingía no prestarle atención al bebé, pero cuando Sirius ya no se encontraba, no le importaba consentir al pequeño que vivía con los cuidados de Sirius Black y Remus Lupin.

Antes de que la fecha para regresar a Hogwarts de Eva llegará. Había conocido al matrimonio Potter, conformado por Lily Evans, una pelirroja de ojos verdes y realmente dulce, que al instante de conocer a Eva, le hizo sentir un calor materno que no habia sentido ni con la mujer que la dio a luz. Mientras que con James Potter, un joven azabache con miopía, pero sin duda con un aura divertida, aquel joven de gafas la hizo sentirse querida e incluso la trataba como su hermana, inclusive le decía a su pequeño bebé, Harry James Potter, que debía llamar tía a la joven Eva.

Por otro lado Rosseau había conocido a Peter Pettigrew. Era un poco tímido, pero habia descubierto que cuando el rubio agarraba confianza era un hombre totalmente irreconocible. Era divertido pero compartía su afán por los dulces con Eva totalmente. Incluso el rubio le había enseñado como preparar la salsa de zarzamora que su madre preparaba para el cuando era niño.

Esos días sin duda habían sido los mejores para ella.

El regalo que Blu había comprado para ella habia sido el piano más caro y moderno que la pequeña elfina había encontrado.

Cuando el momento de volver a Hogwarts estuvo presente. Eva no se sentía muy feliz al volver y no sabía porque. Regulus, fue el encargado de acompañarla, junto a Blu y Kreacher, alegando que no podían dejar que su ama se fuera, pues Blu trabajaría en Hogwarts mientras Eva estuviera en el colegio.

Aparentemente, los padres de Eva se sentían felices de no tener que lidiar más con ella, pues desde que se había mudado con Regulus, en ningún momento ellos fueron capaces de visitarla, eran más las visitas de Narcissa Malfoy hacia ella cada que tenía oportunidad, que la de sus padres.

Ahora se encontraban frente al tren que llevaría a la joven Rousseau a Hogwarts. Regulus no podía apartar su mirada de la castaña, menos aún cuando noto que lucia demasiado nerviosa mirando a todos lados, y cuando Regulus iba a preguntar y dirigirle la palabra por primera vez en el día, fue interrumpido por una voz no muy lejos de ellos. Incluso Regulus, pudo haber jurado ver a Blu hacer una mueca fastidiada cuando escucho aquella voz.

Evie.

Eva hizo una mueca más no dijo nada.

—¡Bastián!—la joven castaña olvidando como había sido llamada corrió hacia el, quien inmediatamente la envolvió en un abrazo, levantándola a pocos centímetros del suelo y besándola a su vez con posesividad.

Cuando Bastián la dejo en el suelo, sosteniéndola de la cintura y dejando un corto beso en sus labios, pero con fuerza, levantó la mirada y fue en ese momento en el que la presencia de Regulus fue relevante para el.

Evie ¿Quién es el?—instantaneamente el rostro de Bastián observó a Eva con seriedad, mientras hacía una fuerte presión en su cintura.

—Un amigo de mis padres. —contesto Eva rápidamente, al ver qué Regulus hablaría. —Mis padres no pudieron venir a dejarme, pero Regulus se ofreció junto a su elfo y Blu traerme. —respondio la joven mientras sonreía nerviosa y tragaba en seco.

Regulus no podía sacarle la mirada de encima a Bastián al igual que viceversa. Black podría distinguir a hombres como al que tenía enfrente todo el tiempo. Y ese no estaba muy lejos del resto. Con solo observar sus acciones y palabras sabía que siempre trataba de revisar todo cuanto le rodea y siempre parecía estar a la defensiva.

Con solo escuchar como le había hablado a Eva cuando no le contó que Regulus la llevaría, sabía que se enfadaba con facilidad y, en algunos momentos, estaba seguro, cómo en ese instante, trataba de contener su agresividad.

Con solo minutos de estar frente a el, había visto como solía fruncir el seño al mirarlo, cerraba las manos con fuerza, trataba de mantenerse inexpresivo, había abrazado a Eva por la cintura en cuanto había visto a Regulus, inclusive le hacía reproches sin razón a Eva, sea cual sea el motivo, y suelen culpabilizarte de todo.

—¿Por qué no me dijiste cariño?—la mandíbula de Bastián lucia tensa, dándola una sonrisa forzada a la joven—Podria yo haber traído a la estación sin necesidad de que molestaras...

—Regulus Black. —dijo el ojigris con seriedad.

—Sebastian Lockwood. Cómo decía cariño debías haberme dicho, creí haber leído en tu carta que tus padres te traerían. Pero por problemas no pudieron y ahora un hombre extraño viene y te trae, cuando tu novio pudo haberlo hecho. — soltó Lockwood con seriedad haciendo más presión en la cintura de Eva, quien soltó un quejido.

—Me estás lastimando, Bastián. —dijo Eva con una mueca, mientras trataba de librarse de Lockwood. Obligando que doblará uno de sus dedos casi logrando quebrarlo hasta soltarse.

—La estabas lastimando. ¿Eres sordo o simplemente idiota, Lockwood?—inquirio Regulus con seriedad.

—Señor, por favor no se meta. Es un asunto entre mi novia y yo.

—Podra ser su asunto, pero no porque sea su novia le da derecho a lastimarla. Es como si yo ahora mismo le rompiera el brazo, hueso por hueso, y ahí si sería nuestro asunto. Ahora, si no te importa te sugiero que te largues de mi vista si no quieres que la maldición cruciatus salgo de mi varita en tu dirección. —dijo Regulus, aunque lo último habia sonado más como una orden que una sugerencia.

Sebastián miro a Regulus con la ceja alzada y con la mandíbula tensa, era claro que no le agradaba que Black le diera órdenes y mucho menos que estuviera a solas con la chica que le pertenecía. Lockwood asintió lentamente mientras humedecía sus labios y sonreía sarcásticamente.

—Por supuesto. Hasta luego señor Black. Cariño, no tardes, tenemos cosas que hablar.

En cuando Lockwood se fue, Regulus miro a Eva de una forma que la joven no supo diferenciar. Por la forma en que la miraba supo que le daría un sermón como Pandora solía hacerlo, aparentemente si eran mejores amigos pues no les agradaba el novio de la chica.

Y la respuesta de Eva siempre era; Es un buen chico. Me ama y yo a el. Bastián jamás me haría daño.

—Debes alejarte de el. —fue la primera oración de Regulus después de que Lockwood se fuera.

—¿Por qué? ¿Solo por qué no te agrada, Black?

—No es el hecho de que no me agrade, si no el hecho de que no mide su fuerza y es capaz de lastimarte Eva. Debes entender eso. Ni siquiera se detuvo cuando apretó tu cintura la primera vez, incluso podría apostar a qué dejo una marca ahí.

—Escucha, Regulus, no soy una princesita de cuentos de hadas que necesita ser salvada. Se perfectamente defenderme y...y además, ¿Por qué te importa? No porque seas mi prometido te da total derecho de hablar por mi o meterte en mi vida.

—¿Así que ahora sí soy tu prometido, y no el amigo de tus padres? Esta bien, Eva, no te molestaré con decirte que Lockwood es mala compañía, inclusive mala persona para estar a tu lado. Pero piensa en algo, su padre está en Azkaban por asesinar a su esposa, ¿Crees que será diferente a el? La manzana no cae muy lejos del árbol.

𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄; Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora