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“Las lágrimas son palabras que la boca no puede decir ni el corazón puede soportar”

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1981

El saber lo que sus padres, sobretodo su madre, planeaba hacer, habia hecho que quisiera morir.

El haber escuchado, directamente de la boca de Regulus aquellas palabras, solo producieron asco en ella. El saber que portaba el apellido de las dos personas que lo único que hacían era dañarla, lo único que sus padres hacían eran recordarle la desgracia que era con cada día que pasaba.

Eva no regreso a su hogar después de aquella noche. Ella no regreso al lugar en donde las dos personas que le dieron vida y apellido solo la lastimaban. Su odio hacia Regulus no incremento, pero tampoco disminuyo. Pero le agradecía el que la dejara vivir allí, al menos hasta que fuera adecuado para ella regresar a Hogwarts.

Ambos dormían en habitaciones separadas, o eso había empezado a suceder cuando regreso de la casa de los Potter, después de haber pasado dos semanas en casa con ellos. Claro que, a petición de Regulus, Kreacher la había estado visitando seguido, en cambió Blu, se había mudado con Eva esas dos semanas, así, aprovechando la elfina cuidaba de Harry para que Lily y James pudieran salir con glamour para un tiempo de pareja y despejar un poco la tensión.

Eva aún trataba de olvidar todo loq ue había sucedido aquella noche. Recordaba haber llorado por alrededor de una hora en el hombro de James hasta quedarse dormida completamente. El tacto era algo sensible para ella, no podía dejar que nadie extraña a su vista o conciencia, o si quiera el más mínimo detalle. Ella aún no curaba su alma. Y sospechaba que jamás lo haría.

Su alma y cuerpo eran pedazos de lo que solía ser una persona alegre que brillaba con su propia esencia. Que demostraba sus emociones con solo mirarte a los ojos.

La presencia de Eva, siempre había sido una luz en el camino. Como una estrella en el cielo. Una que brillaba cada noche. Iluminaba con su presencia y sonrisa.

Una la cual había muerto hace muchos años.

Eva, una vez más, suspiro mientras miraba el lienzo frente a ella. Su pintura no le convencía, ninguna de las que había hecho anteriormente lo hacía.

Pasaba el pincel, con delicadas pinceladas. La imagen frente a ella, era una que no podía apreciar ella misma. Pero sin duda, su talento era algo único.

—Es hermosa. —una voz a sus espaldas la hizo sobresaltarse un poco, pero se relajo luego de unos segundos.

—Gracias. —suspiro. —Yo no lo veo así pero, lo agradezco, de verdad. —Eva paro de tomar la pintura sobre el pincel y dejarlo de lado, para mirar a Regulus detrás de ella. —¿Que sucedió? Tu mirada no es normal. Siempre regresas con una mirada neutral, el seño ligeramente fruncido y tus labios mustran tu desagrado, incluso tu mandíbula demuestra lo que sucede en esas reuniones, pero ahora...tu mirada es, preocupación.

𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄; Regulus BlackWhere stories live. Discover now