11

372K 41.7K 65.2K
                                    

 (***)

11


—¡Palafox, o mueves esas piernas o te haré trotar hasta que se te despeguen del cuerpo! —gritó con severidad el subcomandante Ligre.

Todos los miembros de una de las tropas de La RAI, trotaban alrededor de un campo bien aplanado bajo las órdenes de Ligre. Los soldados lucían enérgicos y sudorosos, excepto Exen. Él corría como si cinco kilos de tierra estuviesen sujetos a sus pies, con una expresión de que se habría arrancado las uñas antes que estar ahí.

Durante el poco tiempo que llevaba en La RAI, en ningún momento me había detenido a hablar con el subcomandante. Ya era el momento. Después de cuatro días de intentos fallidos al pedirle a Levi que me aceptara en el equipo de combate y con un veredicto del doctor Julian, mi brazo estaba completamente sano. Es decir que estaba lista para unirme a las filas. Pero viendo inútil tratar con el comandante, decidí hablar con el segundo al mando.

Ligre me miró con ojos entornados. Sin duda era un hombre que impresionaba. A pesar de su rostro jovial, debía de tener unos cuarenta años. Llevaba la mata de cabello castaño oscuro engominado y cortado sobre las orejas, lo cual le daba un aire intimidante y de rectitud. Su cuerpo fornido cubierto por el uniforme junto a esas robustas botas negras, le hacían resaltar la musculatura.

—¿Y por qué quieres unirte? —me preguntó después de asegurarse de que todos, sobre todo Exen, estuviesen trotando como él lo había ordenado.

—Estoy segura de que ya has considerado todo lo que podrían hacer teniéndome en el equipo —respondí con firmeza—. Sería beneficioso.

No quería mostrar ni una pizca de duda o debilidad.

—Antes de darte una respuesta debo hablarlo con Levi. —De inmediato su atención recayó en Exen quien se había detenido entre todos los que aún corrían. Entonces el subcomandante descargó un grito potente—: ¡Te dije que te muevas, Exen, o créeme que te vas a arrepentir!

—¡Ya estoy arrepentido de haber venido, no creo que usted pueda superar eso! —bufó el soldado desde su lugar y volvió al trote.

Ligre puso mala cara por esas palabras. Después me miró con más calma. No estaba convencido, y eso era culpa de Levi.

—Levi ya sabe que quiero unirme, y aunque se oponga no podrá impedirlo —objeté con un dejo de molestia.

Ligre se cruzó de brazos y esbozó una pequeña sonrisa que me pareció casi de lástima.

—Me agrada tu actitud, Drey, en serio. Me pareció magnífico lo que hiciste aquella noche con el misil, pero tengo órdenes de hablar con él antes de tomar cualquier decisión referente a ti.

Sentí que si volvían a decirme que alguien tenía que aprobar algo que yo exigía, explotaría en un ataque de ira colosal.

—Ninguno puede tomar una decisión por mí. Quiero unirme al equipo, así que creo que al menos deberías considerarme, ¿no? Sé que tú lo ves como una gran oportunidad —alegué casi con insistencia.

—Podría ser una buena oportunidad, claro que sí, pero no es tan simple como unirse y ya. Necesita tiempo y entrenamientos de prueba. A veces no todos cumplen con los requisitos físicos y mentales que se necesitan para entrar. Sobre todo los físicos... —Me echó una mirada de soslayo, como evaluando mi aspecto—. Lo primordial es no ponerte en peligro, así que tendrás que esperar a que me reúna con Levi para decidir si aceptarte o no.

No me pareció justo el hecho de que pensaran que podían decidir lo que haría y lo que no. Quería ser parte del equipo y actuar en beneficio de todos, pero se empeñaban en hacerme sentir que no tenía voz propia o que podían hacer caso omiso a mis peticiones solo porque era la única persona inmune.

ASFIXIA ©Where stories live. Discover now