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(***)

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A través de la ventana del consultorio del doctor, podía verse el gran reloj.

—Deja de mirarlo, aún te queda media hora —me repitió Julian.

Él estaba de pie frente a mí anotando algo en su libreta. Mientras tanto, yo seguía sentada en la camilla con la vista fija en los dígitos que se reflejaban en el reloj.

—Siento que pasa muy rápido —murmuré y entrelacé los dedos para apretarlos con nerviosismo—. No puedo creer que Levi haya adelantado mi entrenamiento con Carter.

Julian me observó por encima de sus gafas. Tan solo media hora atrás, el comandante me había mandado a decir que mi entrenamiento con el especialista no sería a las tres, sino dos horas antes. Según, lo ideal era que tuviera más tiempo de aprender todo lo que se requería para poder alcanzar el nivel de la unidad. La noticia me tomó por sorpresa y me había dejado pasmada.

—Ya te dije que es muy normal lo que sientes —intentó tranquilizarme—. No es fácil para la mente liberarse de un estrés y un trauma tan grande como el que sufriste. Puedes estar paranoica, pero lo vas a superar. Para eso debes venir a esta hora todos los días y trabajaremos en ello. Ahora, ¿por qué no me cuentas de tus sueños?

Ese era otro tema aun peor.

—Son pesadillas y en todas está él. Es como si fuese a golpearme de nuevo, a hacerme cosas peores —pronuncié las palabras con cuidado—. Tengo una mente muy débil.

—No, claro que no. Los humanos sentimos miedo, Drey, incluso los más fuertes.

Eso era cierto. El miedo era común. El miedo exagerado no. Y no tener nada de miedo ya era anormal. Pero me pregunté si...

—¿Cree que Levi sienta miedo? O mejor dicho, ¿cree que Levi sienta algo?

Julian rio con un aire de cansancio.

—Estoy seguro de que sí, pero aprendió a sustituirlo por algo igual de intenso.

Puse cara rara.

—¿Indiferencia hacia todo el mundo?

—Por deber —me corrigió, como si no tuviera remedio—. Para Levi su deber de proteger a la ciudad es un sentimiento lo suficientemente fuerte como para dejar a un lado el miedo. Tú podrías hacerlo. ¿Te gustaría sustituir tu miedo por algo mejor?

La propuesta me sonó tentadora.

—Sí, me gustaría. —Tragué saliva y escudriñé los grisáceos ojos de Julian, buscando explicaciones como todos lo hacían—. Pero es algo que me sucede sin pensarlo. Mi cuerpo reacciona en defensa si alguien se me acerca demasiado, y a veces veo a Carter en todos lados a punto de llevarme a la sala de torturas.

—Drey —comenzó a decir después de un suspiro. Se sacó las gafas y se encaminó hasta el escritorio para dejar su libreta sobre él—. Levi te está enfrentando a Carter porque sabe que no te hará daño. Tienes que hacerle entender eso a tu mente. No te lastimará de nuevo. Cuando pienses en él aleja el temor pensando en algo positivo, como, por ejemplo, tus razones para soportar esto, para ser un soldado. ¿Por qué quieres serlo?

Se cruzó de brazos y esperó pacientemente mi respuesta. Por suerte, ya había descubierto eso.

—Ayer solo lo quería para demostrarme que soy fuerte. Hoy, después de ver el video que envió uno de los científicos, supe que debo hacerlo por todos —contesté, dejando fluir la verdad—. Esto va más allá de lo que quiero. Yo, entre todas estas personas, puedo respirar el gas. Si yo fuese una chica común, quizás no tuviera un motivo para luchar, pero mi realidad es otra. Quiero ayudar y también saber por qué mi organismo es diferente. Siento que más que una capacidad, ser inmune es una responsabilidad. Estoy lista para someterme a las pruebas. No podemos seguir esperando.

ASFIXIA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora