09| Comentarios que duelen.

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09| Comentarios que duelen.

Heather.

Aún recuerdo esta mañana como si lo viviese cada segundo que pasaba del día.

Levantarme como de costumbre, teniendo un mal sabor de boca al recordar lo que pasó con Neal.

Bajé a desayunar, me duché y me vestí. Mi rutina de siempre. Lo que no estaba planificado era que, al encender el móvil, tuviese más de cincuenta personas las cuales no conocía ningúna de ellas por Instagram.

La curiosidad y los nervios me mataban así que me metí dentro de la app para descubrir que pasaba. Para ni sorpresa fue que Neal había publicado un vídeo de él llorando en el cual explicaba que lo habíamos dejado.

El problema fue cuándo me acusó de haberme acostado con la mitad de su equipo de rugby.

Que hijo de puta.

Los comentarios no ayudaron de mucho. Sus amigos del equipo confirmaban sus acusaciones y a partir de ahí todo el mundo me insultaba con mensajes groseros o llamándome de cosas de las cuales todas y cada una de ellas eran mentira.

Me hundí. A mi pesar, el chófer ya me estaba esperando y no podía hacer pellas por lo que tuve que bajar y meterme en el coche cuando lo único que quería hacer era tirarme por la carretera a ver si con suerte algún coche me atropellaba.

La cosa no fue mejor en el instituto. La gente no paraba de abuchearme y decir cosas que hacían que mis inseguridades aumentasen a mil.

—Zorra.

—¡Eres demasiado para Neal Parker!

—Ojalá te mueras medazo de prostituta.

—Solo te faltaba tirarte al entrenador.

Eran algunos de los comentarios que oí por le pasillo. Rápidamente, el timbre sonó y pudimos entrar en la clase. Me senté cerca de la pared en las primeras filas como de costumbre, guardandole sitio a Fleur. Era mi mejor amiga y ahora más que nunca la necesitaba.

En cuanto entró a clase junto con Lisy la llamé intentado llamar su atención.

—¡Fleur, aquí!

Su mirada se posó en mi y en cuanto Lisy la dijo de sentarse con ella no dudo ni un instante.

Me dejó sola.

Como todo el mundo.

Me encogí en mi asiento teniendo ganas de llorar que no me di cuenta de que todo el mundo ya había entrado a clase, incluyendo a la profesora.

Nadie se iba a querer sentar conmigo, lo sabía. Era algo que solo un tonto no lo pillaría.

—Chase.

Elevé la vista. Aksel estaba de pie, al lado de mi pupitre mirándome.

—¿Está ocupado?

En ese momento no podía procesar su pregunta, pero fue cuando un chico sentado detrás mía se unió a la conversación.

—Nguyen, lo siento tío si quieres algo con ella vas a tener que esperar. La lista de chicos que se quieren acostar con ella es inmensa.

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