19| La bomba explotó.

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19| La bomba explotó.

Heather
El trabajo de economía me estaba costando más de lo normal en terminarlo. Teníamos que crear un empresa no muy costosa pero con buenos beneficios. Más en concreto, teníamos que generar cien euros a la semana.

Las ideas se me estaban agotando.

Arrugué el papel y lo tiré a la papelera, acertando en ella.

Miré hacia la puerta de mi cuarto en cuanto Mary entró en ella. Se notaba que estaba cansada. Solía entrar a trabajar a las siete de la mañana, un poco antes de que me despertase. Pasaba más tiempo aquí que en su propia casa.

—La cena ya está lista—comunicó.

Asentí con la cabeza y cerré la tapa de mi ordenador.

—Gracias, ahora bajo.

Recogí los papeles desperdigados por todo el suelo y los amontoné en una montaña. No era que las ideas fuesen malas sino que les faltaba algo para ser perfectas.

Me rehíce la coleta y salí de mi cuarto directa hacia el comedor. Al llegar allí vi a mis padres sentados ya en la mesa. Mi padre—a sus casi cincuenta años—, seguía conservando su cabello perfectamente colocado. Tenía una expresión seria mientras miraba la pantalla de su móvil.

Mi madre, por el contrario, no se conservaba tan bien como mi padre. Había llegado a una edad en la que la piel jugaba una mala pasada. Pese a todas las operaciones estéticas que se había hecho a lo largo de su vida no podía ocultar sus manos arrugadas.

—Heather—me saludó ella.

—Hola, mamá—sonreí—. Papá.

Él tan solo asintió y me senté en frente de mi madre. Segundos después, vino Mary y nos trajo nuestro plato. Había cocinado filete de ternera y como complemento un poco de verdura.

No quería comer en silencio, era una rutina con ellos pero así sentía como me alejaba de ellos poco a poco. Como si no estuvieran presentes en la cena, aunque lo estuvieran.

—¿Qué tal vuestro día? —pregunté.

—Mucho trabajo—contestó mi padre, mientras le daba un mordisco a la ternera—. Hemos tenido un cliente con bastante influencia. Puede ser nuestro mejor caso.

—Así es—corroboró mi madre—. Su caso está en boca de todos los medios. Sería una buena forma para ganar clientes.

—Guau. Me alegro mucho—sonreí—. ¿Es algún famoso?

—Heather sabes lo que te decimos siempre. No podemos dar información de los casos—dijo cortante mi padre.

—Está bien, perdón—me disculpé.

—¿Qué tal tus estudios, Heather? —cambió de tema mi otro progenitor.

—Como siempre. —corté un trozo de filete. —Los exámenes se complican pero no son imposibles.

—¿Y con Neal?

La pregunta de mi padre me pilló por sorpresa. Le miré de reojo mirando alguna reacción de su parte, cercionándome de que ya sabía la noticia.

—Ya no estamos juntos—tragué saliva.

—¿Y eso? —frunció el ceño mi madre. —Erais la pareja perfecta. ¿Qué ha pasado?

Me removí incomoda, pero como la perfecta mentirosa que soy, no dije la verdad.

—Nuestros gustos han cambiado—expresé, sin ningún tipo de emoción.

Somos Fugaces © ✔️Where stories live. Discover now