〔 𝙅𝙄𝙉𝙓 ➳ mala suerte, o creencia de que una persona u objeto brinda mala suerte. 〕
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Ley'ra, una integrante del clan Metkayina, había perdido todo atisbo de esperanza y aceptado su cruel destino.
Sin embargo, quizá su perspectiva cam...
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La aldea Awa'atlu había quedado sumida en un profundo silencio ante las pérdidas sufridas ese día. La gente de Pandora respetaba el ciclo de la vida como nadie, lo comprendían y aceptaban; pero aquello no tenía comparación. Los metkayina se distinguían por vivir acorde a la manera de los tulkun, una vida pacifista donde no le veían sentido a matar o a la guerra; no hallaban explicación para lo que acababa de suceder.
— Ley'ra. — Susurró Tsireya al terminar de pintar el rostro de la mayor para el funeral.
Desde que llegó no se había separado de su lado, tratando de consolarla sin palabras ya que nada de lo que dijera podría servirle. Ver a su prima con su mirada tan perdida y sin brillo le dolía.
— Ley. — Tuvo que volver a llamarla, agachando sus orejas mientras la veía con preocupación. Esta vez la fémina si que reaccionó a su voz, posando sus celestes orbes en la menor con algo de confusión. — Ya es hora. — Suspiró apenada, sabiendo que no era para nada fácil a lo que se enfrentaban.
Una vez en la Cueva de los Ancestros, la Tshaìk se encargaba de dirigir la ceremonia donde aquellos seres queridos que habían fallecido eran aceptados por el Árbol de los Espíritus, volviendo a unirse con Eywa para toda la eternidad. Esa vez Ley'ra no fue capaz de derramar lágrimas, ya estaba seca. De hecho, ni siquiera era consciente de lo que sucedía; se encontraba disociando tanto que incluso perdió la noción del tiempo, o más bien de sí misma en concreto. Nada parecía ser real.
Cuando regresó en sí, se dio cuenta de que el eclipse ya había terminado y de que se encontraba en el hogar de su familia con Ronal frente a ella, mirándola con insistencia y cierto enojo.
— ¿No me escuchaste? — Se quejaba la mayor, pues al parecer le estaba hablando desde hace un rato. — Te dije que me digas lo que sucedió allá afuera.
— Ronal. — Tonowari la llamó para intentar hacer que se calmase un poco.
Conocía muy bien a su compañera, así que sabía que sus emociones eran quienes la estaban controlando en ese momento y con razón después de su gran pérdida. Pero también sabía que más tarde se arrepentiría enormemente de haber tratado así a la joven, por eso quería tranquilizarla; aunque sus esfuerzos no parecían querer dar frutos.
— Yo... — Ley'ra relamió sus labios, aclarando un poco su garganta para comenzar a hablar. — Todo es muy confuso. Estábamos casi listos para volver cuando de repente se escuchó una fuerte explosión.
Hizo una breve pausa, mirando a su alrededor en un intento de aclarar todos sus pensamientos.
— Papá. — Su voz se entrecortó al nombrarlo, sintiendo un fuerte nudo en su garganta. — Él hizo que Payakan me protegiera, y cuando salí ya todos estaban... — No fue capaz de decirlo, no conseguía sacar las palabras de su boca. — Solo alcancé a ver una nave alejarse.
