〔 𝙅𝙄𝙉𝙓 ➳ mala suerte, o creencia de que una persona u objeto brinda mala suerte. 〕
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Ley'ra, una integrante del clan Metkayina, había perdido todo atisbo de esperanza y aceptado su cruel destino.
Sin embargo, quizá su perspectiva cam...
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Estaba lloviendo a cántaros, y las nubes grises ni siquiera dejaban brillar al sol detrás de ellas. El cielo parecía apiadarse de algunos corazones heridos en la aldea, empatizando e incluso tratando de consolar su sentir.
Desde hace unos días, desde que pasó todo, Neteyam se limitó a resguardarse en su marui y tratar de no parecer muy desanimado. Lamentablemente en lo segundo no había sido muy exitoso, pues su familia supo desde el minuto uno que algo le sucedía al varón.
Primero preguntaron sus hermanas, luego su hermano, su madre y finalmente hasta su padre; fue el interés de Jake el cual más le apenó y le hizo darse cuenta de que necesitaba alivianarse. No es que fuera mal padre o algo parecido, para nada, de hecho siempre se preocupaba por el bienestar de los cinco; pero le avergonzaba no ser el soldadito o guerrero perfecto al que aspiraba. Por eso, aunque fuera un mal mentiroso, se limitaba a afirmarles que estaba cansado; decirles "resulta que estoy enamorado de una chica la cual básicamente acaba de rechazarme pero no porque no sienta lo mismo, porque de hecho creo que lo hace, sino porque tiene miedo de lastimarme" no era una opción.
Para acabar de lleno con la preocupación de sus seres queridos, ese día salió de su hogar para ir junto a sus hermanos, dejando disfrutar a sus padres de un rato ellos solos. El grupo de amigos estaba sentado junto a las rocas, disfrutando de la lluvia, aunque a juzgar por sus rostros no es que tuvieran una agradable conversación. Sobre lo que hablaban se hizo más comprensible cuando finalmente se les unió, sentándose entre ellos.
— Ley'ra me preocupa demasiado. — Susurraba Tsireya con sus orejas agachadas tras dirigirle una breve mirada al recién llegado. — Hace un año que murió su padre, nuestro tío; y vuelve a estar tan ida como entonces.
— Cuando el accidente ocurrió ella enfermó. — Detalló Ao'nung, estando igual de abrumado que su hermana aunque lo disimulaba algo mejor. — Estaba acostada como si fuera un muñeco. No comía, no bebía, no se movía, ni siquiera sabemos si dormía; justo como ahora.
— Lleva así tres días, y tememos que vuelva a colapsar a este ritmo. — Completó la próxima Tsahìk del clan mientras agachaba la mirada de sus ojos cristalizados, siendo consolada por el toque de Lo'ak en su brazo.
— No podemos quedarnos de brazos cruzados, hay que ayudarla. — Afirmó él menor de los hermanos Sully, mirando con determinación al resto. Ley'ra también era amiga de ellos, así que no iban a dejarla sola.
— ¡Eso es! — Exclama Tuk, también muy dispuesta a cooperar.
— Solo tú puedes hacerlo, hermano. — Murmuró Kiri para Neteyam, quien se había mantenido cabizbajo y en silencio pero con sus orejas moviéndose ante cada palabra que escuchaba sobre la fémina.
Alzó su rostro para mirar a su hermana, haciendo una pequeña mueca antes de volver a agachar la vista.
— No puedo. — Se negó abatido y no porque no quisiera, sino porque ya lo había intentado pero no había dado resultados.
