「 OO6 | horrible divers 」

1.1K 122 1
                                        

【Recuerden votar y comentar para más <3】

Los na'vi comenzaban a activarse una vez que llegaba el alba, por lo que en la aldea Awa'atlu ya se divisaba a muchos realizando sus quehaceres acompañados de los primeros rayos solares del día

Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.


Los na'vi comenzaban a activarse una vez que llegaba el alba, por lo que en la aldea Awa'atlu ya se divisaba a muchos realizando sus quehaceres acompañados de los primeros rayos solares del día.

Ley'ra salió de su hogar cargando su pequeña cesta con la intención de reunirse con sus primos, sabiendo que tenían una lección que dar a los recién llegados.
No estaba especialmente ilusionada, pero como tampoco era descortés trataría de ser respetuosa y ayudarles; después de todo seguro que los na'vi del bosque deberían sentirse algo incómodos ante aquel lugar desconocido.

La fémina se volteó al escuchar su nombre, viendo a Tsireya acompañada de Ao'nung y Rotxo. Se acercó a ellos sin más dilación, inspeccionando al amigo de su primo.

— ¿Qué hace el aquí? — Cuestionó luego de saludarlos sin apartar la vista de los menores.

No es que tuviera algo en contra del chico, pero no tenía previsto que se les uniera.

— Viene a ayudarnos. — Respondió Ao'nung por él, cruzándose de brazos.

— Espero que así sea. — Murmuró algo seria, sabiendo como solían comportarse aquellos dos en grupo. — Voy a por algo de fruta, no deberíamos empezar con el estómago vacío.

Miró de reojo a Reya, quien le sonrió con amabilidad tras asentir. Ella era la más decente, así que aunque fuera a la menor la dejaría a cargo mientras no estuviera presente.

Ley'ra comenzó a caminar, perdiéndose tras unos segundos de la vista de los otros metkayina al adentrarse en la vegetación de la isla.
Lo único a lo que se había dedicado durante ese tiempo era a juntar aquella fruta que era su favorita, nada más; por eso su único tatuaje realizado tras completar el ritual iknimaya lo tenía en el brazo, sirviéndole como recuerdo de aquel fatídico día.
Salir a recolectar era una buena distracción, pues antes solía ir junto a su padre ya que el mayor sabía que era el alimento preferido de la pequeña. Aunque ahora lo hacía sola, era su manera de no olvidarse de él.

Suspiró levemente al llegar a la zona donde se encontraba uno de los tantos árboles donde crecía la fruta, recolectando unas cuantas para sus primos, el amigo del chico, y los nuevos.
Se tomó su tiempo, dedicándose a cortarlas y servirlas para que así pudieran comérselas directamente sin tener que esperar más. De todos modos no tenía prisa, suponía que los Sully estarían agotados por su viaje, así que no sería raro que se levantasen tarde.

Una vez acabó, guardó su cuchillo en su funda correspondiente que reposaba en su costado, caminando de vuelta a la orilla con la cestita en sus manos.
Al divisar a lo lejos a su familia, se percató de que no estaban solos.
Sus orbes celestes hicieron contacto visual con los dorados del mismo chico de anoche, y éste le sonrió levemente. Ella asintió un poco para devolver el pequeño saludo de manera educada.

 𝐉𝐈𝐍𝐗 | ɴᴇᴛᴇʏᴀᴍ ꜱᴜʟʟʏDove le storie prendono vita. Scoprilo ora