「 OO7 | not too bad, Sully 」

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Al día siguiente quedaron esta vez en la orilla para empezar la verdadera lección.
Ley'ra podía llegar a ser una gran estratega, por lo que le dijo a sus primos pequeños que lo del día anterior solo había sido una prueba, después de todo sería estresante empezar con todo.
Esta vez les presentarían a los ilu y les enseñarían a montarlos. Rezaba para que no resultase en desastre.

— Esta es linda. — Murmuró mientras le extendía una concha de mar a Tsireya, quien las juntaba para hacer accesorios.

— Oh, me encanta. — Sonrió agradecida por la ayuda de la mayor, agarrándola.

Los Sully aún no llegaban, así que se entretenían de esa manera.
Por suerte no demoraron mucho más en aparecer los cuatro hijos de la familia, Tuk siendo cargada por el mayor de ellos.

— Ya era hora. — Ao'nung rodó los ojos, recibiendo una mala mirada por parte de su hermana menor.

— Vengan. — Exclamó Tsireya con dulzura tras saludarlos, adentrándose al mar luego de dejar las conchas recopiladas apartadas en una esquina, ya las recogería luego.

Todos la siguieron, esta vez agregando la compañía de más amigos de Ao'nung que andaban de metiches.
Se detuvieron cuando el agua les llegaba por la cintura, y el mismo de antes comenzó a llamar a los ilu con sonidos guturales.

Ley'ra se cruzó de brazos mientras se situaba al lado de Neteyam, coincidiendo miradas con él brevemente. La bajó hacia Tuk, la cual abrazaba el cuello de su hermano; parecía estar algo adormilada aún.

— Estos son ilus, deben aprender a montarlos si quieren vivir acá. — Informó Ao'nung una vez las criaturas aparecieron, nadando alrededor de ellos con gracia.

Los metkayina se miraron entre ellos, asintiendo luego de unos segundos para comenzar a dividirse.

— Vengan conmigo. — Murmuró Ley'ra para sus discípulos, apartándose un poco mientras llamaba a uno de los ilu para que fuera con ella.

Los dos omaticaya la siguieron, la pequeña aún en brazos de su hermano aunque viéndose algo más avispada ante la curiosidad por aquellos seres.
Al estar lo suficientemente alejados la fémina se detuvo, analizando su alrededor.

— Esperen aquí. — Salió un momento, hablando con un adulto cerca de ellos por un segundo.

Cuando regresó llevaba en sus manos un pez que aquel señor le había extendido de la cesta que llevaba.

— ¿Quieres darle de comer? — Le extendió el pescado a la niña, quien asintió con una sonrisa luego de mirar a Neteyam en busca de su consentimiento, quien obviamente cedió mientras la dejaba en el suelo con cuidado para que pudiera moverse libremente. — Ten.

 𝐉𝐈𝐍𝐗 | ɴᴇᴛᴇʏᴀᴍ ꜱᴜʟʟʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora