〔 𝙅𝙄𝙉𝙓 ➳ mala suerte, o creencia de que una persona u objeto brinda mala suerte. 〕
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Ley'ra, una integrante del clan Metkayina, había perdido todo atisbo de esperanza y aceptado su cruel destino.
Sin embargo, quizá su perspectiva cam...
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Al sumergirse en el mar, Ley'ra buceó hasta reencontrarse con Akxi, su skimwing. No demoró en crear el vínculo mientras se montaba en ella, la cual avanzó con rapidez mientras emitía algún que otro gruñido. Su compañera era capaz de sentir todas las emociones de la metkayina, percibiendo tristeza, enojo, dolor; pero sobretodo traición.
Ley'ra y Ao'nung solían molestarse mutuamente desde pequeños, era su manera de expresarse cariño el uno al otro. Competían entre ellos, se enojaban, se insultaban, y por último se perdonaban haciendo que todo quedara como si nada. Pero esta vez se había pasado. No podía atacar aquel punto tan débil así como así.
Quizá Ley'ra no debería haberle provocado en primer lugar, era capaz de reconocerlo; pero no había excusa que valiera, simplemente eso no se hacía, daba igual el hecho de ser impulsivo o no.
La de orbes celestes salió del arrecife, adentrándose al mar abierto. Nadie sabía de aquellas salidas, así que estaba segura de que no tendrían ni idea de su paradero. Necesitaba estar sola, o al menos sin la compañía de ningún na'vi.
Llegó a las Rocas Tres Hermanos, deshaciendo el vínculo con su compañera y subiéndose a la superficie rocosa, donde posteriormente se sentó. Abrazó sus piernas y escondió su rostro entre éstas, sujetando su cabeza con sus manos. Axki la miró desde la lejanía por un instante antes de volver a sumergirse, quedándose por los alrededores en caso de escuchar su llamado.
Ley'ra se sentía demasiado frustrada y sofocada. El aire le faltaba, razón por la que su respiración era irregular. Cerró sus ojos con fuerza mientras apretaba sus manos entre su cabello, jalando un poco de este mientras luchaba para que las lágrimas no salieran.
— ¿Ley'ra, eres tú? — Aquel sonido provocó que levantara su vista.
Sonrió un poco al verlo, aunque sus labios temblaban y sus cuencas estaban cristalizadas a más no poder.
— Payakan. — Susurró con un hilo de voz, dejando que finalmente aquella agua salada se desbordase de sus ojos, dejando un camino lastimero por sus mejillas.
La metkayina se levantó con pesadez, sintiendo todo su cuerpo temblar mientras se acercaba a ciegas al tulkun, pues su vista estaba borrosa debido al llanto. Payakan se acercó lo más posible para recibir a su amiga la cual claramente lo necesitaba.
A pesar de que no eran hermanos espirituales, Payakan y Ley'ra crearon un gran vínculo desde ese día. La fémina solía ir a visitarlo cada que podía, aunque no era muy recurrentemente; pero ambos disfrutaban sin igual la compañía del otro, se entendían bien. Eso les unía.
La muchacha volvió a entrar al agua, nadando hasta la aleta de Payakan a la cual se aferró entre sollozos. El joven tulkun la miraba de reojo bastante apenado, le dolía verla así.
