¡he vuelto!

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El viento de la noche hace que los árboles bailen en un compás muy alocado, a pesar de que la luz de la luna sea oculta por las nubes grises los habitantes del pueblo descansan sin temor alguno. Han pasado ya dos años desde que ocurrió el raromagedon, en este tercer verano, queriendo mantener el pasado en el olvido todo el pueblo creo la ley de no hablar sobre lo sucedido, dejando así una parte de su historia más oscura en un olvido permanente. Cada quien se encuentra en su sueño profundo, niños deseando que el mañana llegué para poder jugar y los adultos para realizar sus labores diarias. La cabaña no ha cambiado, los gemelos mayores regresaron de su viaje al rededor del mundo, preparados para al fin vivir una vida pacífica.

¡Oh gran error!

Pues mientras todos disfrutan de una tranquila noche, muy en el fondo del bosque se encuentra la estatua de forma triangular. Su brazo estirado da la sensación de que el ser intenta salir de la tierra en el cual gran parte de su cuerpo se encuentra enterrado. Tan abandonado se encuentra que la maleza ya cubre gran parte de su ojo aun así, para evitar riesgos no deseados Stan Ford dejo un escudo de pelo de unicornio al rededor del monumento hace un buen tiempo, para mantener su tranquilidad estable. Por lo que las grietas que han estado apareciendo durante estos dos años no es inconveniente para él.

Regresando a los inmensos sueños del pueblo, se puede ver como a pesar de la remota oscuridad sus calles son recorridos por brillantes auroras.

Nadie a demás de las bestias y los animales se han fijado de esta anomalía que inició desde el día uno después del raromagedon.

Las brillantes auroras destellan de un amarillo intenso que van recorriendo el pueblo hasta llegar a los inicios del bosque, ingresando lentamente para abrir su propio paso entre los árboles. Los animales y las bestias recorren los árboles en busca de refugio, pues tienen entendido que a pesar de la mágica vista que estas luces dan, la energía pesada que sienten es siniestra. Sus instintos les gritan peligro por lo que no se fuerzan en ver a donde han estado hiendo tan esplendorosa... Desde las entrañas del bosque, las brisas brillantes avanzan hasta llegar al enorme monumento olvidado, a pesar de ser poderosos siempre tienen gran problema para acercarse a su objetivo.

Para traspasar el escudo mágico gran parte de su brillo se pierde convirtiéndose en un rollito de luz. Aun así, estas avanzan hasta perderse en las pequeñas grietas. Las aves tiemblan ante tal panorama, las grietas crecen hasta llegar al sombrero del empedrado amigo que siempre lleva sobre su cabeza, al fin, después de meses en recolectar energía, la copa hace una explosión creando un temblor que nadie del pueblo siente.

Las brisas recorren rápido su nuevo camino, rodeando así a un pequeño triángulo amarillo que flota sobre tan exquisita arquitectura. Su ojo se abre, haciendo que las aves salgan de sus nidos aterrados por el escenario. El regreso de la perdición Bill Cippher, el demonio de la segunda dimensión tomó todo con calma, poso su triangular figura sobre la copa del cual salió, con aburrimiento fijo su mirada ante sus manos, era transparente, casi invisible. Empuño su mano al fijarse que, su energía era tan débil que no podía mantener su cuerpo estable. Su ojo se oscureció de repente, la idea de tomar la forma de la criatura más débil e insignificante le molestaba, pero no tenía otra opción pues sería su única manera poder salir de aquel lugar.

Su voz retumbó con palabras inexistentes para el habla humana, chasqueo sus dedos. En un abrir y cerrar de ojos, el cuerpo triangular se había transformado en un muchacho que aparentaba unos diecisiete años casi llegando a los dieciocho. Su cabello rubio hacía juego con sus ojos dorados y su vestimenta pintoresca.

Elegante es la palabra que le quedaría a la perfección, de su cabeza su sombrero de copa que flotaba contra de la gravedad, su sonrisa dejo ver sus perlados dientes

Aún con la pose de amo y señor, Bill Cipper sonrió siniestramente,

- Gravitty Fall, he vuelto

Faltaba tan poco tiempo para el inicio de las vacaciones, y a pesar de no tener todo su poder gracias a su cuerpo humano logro salir de aquel escudo mágico que Stanford mejor conocido como sixter había dejado.

Necesitaba energía para recuperarse y estando encerrado no iba a conseguirlo, por ahora tendrá que conformarse en que cada media noche absorber energía al menos hasta que pueda mantener su cuerpo triangular estable Su trayectoria era directo al pueblo, para ver de lo que se ha perdido, involucrarse con esos sacos de carne andante y esperar el tiempo correcto para atacar

Tu Eres Mi Salvación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora