en busca de bill

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- ¿mocoso donde estabas?- hablo Stanly con autoridad y enojo. Ya que hace unas horas subió a la habitación encontrandola vacía- Mabel te ha estado buscado todo este tiempo...

Dipper no presto atención a su tío, siguió su camino hasta llegar a su habitación. Puso con seguro la puerta para que nadie entraría sin su permiso, dejo sus cosas sobre la mesa y miro la ventana, hace un momento estuvo con él enemigo por lo que con nervios se encaminó de un lado a otro   para ver su situación actual.

¿qué estaba haciendo? No tenía respuesta para eso,  considerando que Bill es un enemigo peligroso pero acaba de regresar después de tener una pequeña platica con él.

Se sentía estúpido por actuar de manera imprudente ¿qué podía hacer? Es Dipper Pines después de todo.

Ya rendido de sobrepasar en las cosas , se centró en su mesa de investigación.

Era obvio que su familia no le creería por más pruebas que tenga, ya lo intento y lo tomaron como una excusa de un chico inseguro y berrinchudo. Y su hermana no era la excepción, no solo con el hecho de que no le creería, si no que desde que estuvo castigado, ella no dudaba en ir a atormentarlo mostrando su verdadera personalidad, era claro que la hermandad que tenían se había acabo.

Dispuesto a resolver todo por su cuenta, sacó de la gaveta un cuaderno que simulaba ser una versión nueva de los diarios, con la diferencia que este tenía dibujado un Pino en lugar de una mano, de su mochila sacó su cuaderno de campo, donde tenía apuntes desordenados.

En la primera hoja tenía escrito en letras grandes la frase que más le había costado aceptar No confíes en nadie. Repaso con las llemas de sus dedos la escritura antes de pasarse a otra página. Ese cuaderno empezó a usarlo justo después de ser encerrado, en él desahogo cada tristeza que cargaba, desde el motivo del porque estaba encerrado, los malos tratos que empezó a darle su hermana y ahora lo que descubrió, Bill.

Conforme escribía, su mano temblaba. Suspiro, paso su mano por su rostro y guardo el cuaderno. Era claro que no se encontraba bien, tenía miedo y nervios, no sabía que hacer, sabe donde está Bill y su estado... ¿Pero ahora que?

En busca de algo de refrigerio bajo a la primera planta. Antes de llegar a la cocina escucho como su familia tenía una reunión.

-¿Creen que Dipper empeorará?- hablaba su gemela. Se apoyó en la pared. No queriendo escuchar la conversación fijo su vista a las escaleras. Dio un pequeño paso pero se detuvo al escuchar a su tío

- No entiendo su comportamiento, últimamente se ha comportado como un niño rencoroso o yo que sé, vidas de ñoños o algo

- lo que sucede es que Dipper ha dejado de ser el chico que fue antes, ya alega de todo, no puedo creer que halla tenido grandes expectativas hacia él  - agregó Stanford

- he intentado acercarme a  él pero me trata muy feo, ese no es mi hermano- se quejó Mabel con un puchero - se está volviendo muy cruel conmig, siendo mi hermano

- tranquila calabacita, que tu hermano sea un egoísta no quiere decir que tengas que sufrir.

- Stanly tiene razón, nos tienes a nosotros, tu familia

- Y la familia jamás se abandona, ese es mi lema- todos rieron ante lo dicho por Stanly -Olvidemos de lo torpe que es tu hermano y comamos. Mañana será un día ajetreado

- tienes razón, mañana regresa pacífica al pueblo. Me invito ir a ver su nuevo poni y tener un picnic

- muy bien, ahora a comer que se enfría

Dipper se dejó caer lentamente hasta el suelo, su familia seguía platicando de cosas triviales por lo que prefirió subir a su habitación ignorando el hecho de que su hermana estaba mintiendo.

- ya no quiero - murmuró antes de recostarse en su cama.

Las horas fueron pasando, giro a dirección de la mesa, desde donde  se encontraba imagino a su hermana en la mesita de investigación opinando sobre el misterio del día.

Su rostro se distorsiono, sintiendo el dolor agudo en su pecho sólo pudo tragarse como pudo su medicina. Ya le había quedado de experiencia la última vez que no las tomó.

Verifico la hora, ya eran las doce de la noche, se asomó en la ventana en busca de las brisas brillantes. Nada.

Se recosto nuevamente, manteniendo la vista en el techo hasta que..

¿Bill se encuentra afuera aguantando el frío?

Tomo asiento ante tal duda, como tic nervioso rasgo su mano con sus uñas, sentía nervios, miedo y a la vez preocupación

Con las piernas temblorosa se levantó de la cama. De puntillas bajo a la cocina, esta se encontraba oscura y vacía. Urgo entre las ollas.

Con todo preparado, mochila en la espalda y linterna en mano junto a algunas bolsas extras apresuró sus pasos para adentrarse al bosque. Para su mala suerte estaba lloviznando y regresar a la cabaña en busca de un paraguas no le apetecía nada.

Sin las radiantes auroras que Dipper seguía, el bosque se veía tenebroso, los aullidos, pasos o zarpazos no ayudaban a calmar sus nervios.

-voy rumbo a donde se encuentra mi enemigo el cual ea un demonio, esto no debe asustarme

Siguió su camino hasta llegar a la estatua -y pensar que hace unas semanas nunca logre llegar hasta aquí - murmuró al recordar todas las noches que seguía a las auroras.

Bajo la espesa llovizna pudo ver al muchacho rubio recostado sobre el monumento cubierto de gritas y maleza.

Bill quien ya había sentido pisadas acercándose hasta donde se encontraba, decidió esperar para ver quien era el idiota en caminar a altas horas de la noche en medio de un bosque oscuro. Valla que no fue una gran sorpresa al ver como la silueta de Dipper se acercaba, empapado así como él se encontraba en esos momentos.

Recordó las noches cuando con un chasquido de dedos lo enviaba de vuelta a la cabaña. Sonrió.

Ó eso hacia al recordar que los humanos son seres débiles

Preocupado bajo de un solo saltó hasta el suelo, tenía claro que los humanos no podían exponerse a ambientes fríos o podrían enfermar.  Pero antes de siquiera abrir la boca Dipper ya lo estaba interrumpiendo.

- Si me tocas, juro que tú existencia no durará a más - no es que Dipper pudiera hacer algo para defenderse, pero al menos podría dar pelea si este lo llegará a atacar. Sólo si tal entidad se mantenga con su cuerpo humano de lo contrario no podrá hacer nada.

Con una mire ofendida, Bill no dijo, no hizo nada.

Dipper sacó de su mochila innumerables imperniables.

Con cautela se acercó a la estatua intentando no quedarse por mucho tiempo dentro del escudo que retenia a Bill.

Acomodando los impermeables logró hacer una pequeña tienda de acampar el cual la mayor parte se encontraba sujetadas en la estatua.

Justo ahora se encintra dentro de la tienda, con la misma pregunta clavada en su mente ¿qué se supone que estaba haciendo?

asomó su cabeza en la apertura que dejo simulando una entrada-salida.

Vio que Bill seguía en la misma posición desde que empezó con su trabajo. Obediente y tranquilo.

La imagen de un perro guardián le llegó a la mente, - entra- ordenó al ver que el rubio le miraba fijamente.

Bill acató la orden, ya dentro pudo ver como el interior se encontraba cubierto de mantas cálidas y suaves.  La pequeña linterna era lo único que los iluminada pues esta se encontraba colgada en un punto alto llenando de luz el pequeño lugar. Dipper con más confianza se acomodo.

- Ponte esto- de una de las tantas bolsas que cargaba sacó una playera y un pans - no tenemos gran diferencia de tamaño, dudo que no te quedé- aún con confusión Bill comenzó a desventirse. Dipper se encontraba demasiado ocupado en revisar alguna gotera que no se fijo en el rubio.

Tu Eres Mi Salvación Where stories live. Discover now