EXTRA I: Luna de miel

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—¡ENHORABUENA! ¡FELICIDADES!— Gritaron todos mientras yo subía al taxi aún con lágrimas en los ojos.

No podía creérmelo, todo esto comenzó como un pequeño deseo adolescente, un calentón juvenil... Pero ahora estoy realmente casado con el primer hombre al que amé: Minho.

—¡Sung!— llamó mi pecoso amigo con una caja entre sus pequeñas manos.

—¿Qué es eso?— pregunté.

—Ábrelo sólo cuando llegues, ni se te ocurra hacerlo antes Sungie... Minho vigila que no lo abra antes.— Dijo Felix entregándome la caja para alejarse y despedirse con la mano.

Cerré la puerta del taxi aún confundido pero emocionado por dar comienzo a mi luna de miel.

—¿Qué crees que sea?— preguntó Minho dándome la mano con una sonrisa en su rostro.

—No tengo ni idea, viniendo de esa pareja me espero lo que sea...— suspiré riendo mientras pasaba mi dedo por la caja.

—Al fin casados.— Susurró el mayor sobre mis labios, yo sonreí al notar el suave tacto de su piel con la mía.

—...El taxista nos está viendo.— Susurré y noté como mi pálido rostro se tiñó de color rojo.

El viaje fue más o menos largo, llegamos al aeropuerto y me pasé la mayor parte del viaje durmiendo ya que seguramente no lo haría a lo largo de esta semana...

—Sung, ya llegamos despierta.— Llamó Minho sacudiéndome un poco en mi sitio.

Cuando bajé del avión, observé el nombre del lugar en un cartel y sonreí feliz, jamás pensé pisar las Bahamas. Llegamos casi de inmediato a la habitación del hotel y era por la mañana, por lo que al llegar decidimos dormir un poco.

—Sungie.— Minho acarició mis mejillas para despertarme, yo sonreí al notar el tacto de sus frías manos con mis mejillas. —Vamos, he encontrado un sitio que te encantará.— Dijo con emoción dejando un beso en mi mejilla.

—Mmmm ¿qué lugar?— Pregunté incorporándome.

—Es una sorpresa, ponte el bañador.— Dijo con una sonrisa, se veía demasiado tierno haciendo estas pequeñas cosas. Amaba demasiado a Minho.

Obedecí a lo que dijo y me incorporé para lavarme la cara, asearme y ponerme el bañador. Salí del cuarto de baño encontrándome con un Minho sin ningún tipo de pieza de ropa sobre su piel, no es como si nunca lo hubiera visto así, pero no me lo esperaba por lo que tapé mis ojos avergonzado.

—¡Ay! ¡Pensé que estabas duchándote!— gritó agarrando rápidamente el bañador y colocándoselo.

—¡Minho tienes un maldito cuarto de baño allí!— señalé aún sin poder apartar la vista de su maravilloso cuerpo.

—Oh venga como si fuera la primera vez que me ves así, quizás esta noche se repita así que no te avergüences ahora.— Dijo coqueta haciéndome sonrojar, le golpeé en el brazo riendo y seguidamente salimos del hotel.

Caminamos aproximadamente cinco o diez minutos de la mano hasta llegar a una hermosa playa.

—Esto es hermoso...— Dije observando todo a mi alrededor, había muy poca gente ya que aún eran apenas las ocho de la mañana.

—Y aún no has visto lo mejor, encontré este sitio en internet y por eso quise venir aquí contigo para la luna de miel. Cierra los ojos.—Dijo Minho y yo los cerré sujetando su mano.

Caminamos un poco y escuché algún que otro ruido raro además de a Minho hablando inglés (como pudo) con un extraño, aunque la curiosidad me mataba traté de mantenerme con los ojos cerrados.

Nuestro niño - [Felix, Chan, Hyunjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora