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—¿Estás bien?— Evan llega hacia dónde Ray se encuentra.

Era una de las primeras veces desde que había pasado todo, que lo veía fumando y completamente distraído.

No había estado en la cena en conjunto, qué habían tenido para con Lucius y había rechazo a sus amigos para pasar un buen rato juntos.

De igual modo, tampoco, es que fueran a irse de fiesta, y menos que menos, no volvieran a tiempo a la casa... Pero simplemente era, también, una manera de poder distraerse y de sentir el apoyo de sus amigos, que todavía se quedarían unos días más extendiendo sus vacaciones, para ver si ellos podían encontrar antes de que se fueran a los chicos.

Ray suspira y asiente tragando saliva. —No me voy a morir porque cene un día.— Asegura seco.

Una divertida sonrisa se asoma por sus labios al darse cuenta de que ahora mismo los roles se estaban invirtiendo.

Evan rueda los ojos. —Pero probablemente si te quede un día menos de vida si estás fumando esa porquería y encima no comiste nada antes.— Deja en claro, mientras que toma siento a su lado.

Ofreciéndole al mismo tiempo una taza grande de café.

Ray la acepta con un suspiro. —No es necesario que me cuides todo el tiempo, te recuerdo que yo soy el mayor, enano.— Se queja.

Lamentablemente tenía que dirigir su mal humor y lo bajo de autoestima que se encontraba, gracias a la poca resolución que podían llegar a obtener desde la prefectura y hasta incluso desde el mismo consulado, haciendo algo que lo tenía, por demás, molesto y aturdido, y no sabía efectivamente como manejarse en esta situación, más que lamentablemente seguir haciendo caso a lo que las autoridades le recomendaban, y seguir esperando que pudiera ser efectiva la búsqueda de una vez por todas.

—Vos lo haces conmigo, me toca hoy.— Le guiña un ojo.

No es que se estuviera dando por vencido, sino qué lo que ocurría es que no podía dejar de pensar que ellos estaban con vida y que los tenían que encontrar.

Se lo debían y se ponía a todo momento en su lugar, pensaba continuamente cómo es que él, se podría llegar a sentir si es que estaba en la situación en la que se encontraba ahora mismo su hermana menor y su mejor amigo.

—Estoy bien.— Murmura apretando sus labios.

Evan sonríe. —Si, de la misma manera que yo no dejo de acostarme con mujeres sólo por tener la cabeza en otra cosa.— Coloca sus ojos en blanco.

Ray suelta una carcaja sin gracia. —Vos siempre estás teniendo sexo, Evan, sinó no serías vos.— Se burla.

—Bueno puede que seas el mayor... Pero la verdad es que te estás comportando cómo un completo imbécil, cuándo yo estoy esperando a todo momento verte de pie y trabajando para poder encontrarlos, porque eso es lo que me da ánimos para hacerlo a mí también y no tirarme en la cama a ahogarme en mi ansiedad.— Suelta apretando sus labios.

Evan sonríe al haber logrado que su hermano se mantuviera en silencio por al menos unos minutos.

Agradece por sus adentros el hecho de que esté tomando la taza de café y sentirse útil.

Esta haciendo esto gracias a que esta completamente avergonzado y arrepentido de no haberlo hecho con Emma, cuándo ella de verdad lo necesitaba.

De haberse comportado cómo cualquier cosa, menos cómo un hermano mayor, y probablemente sea la culpa y las ganas que tenía de poder remediar todo esto y de que ella apareciera lo que lo lleva a comportarse de esta manera con el mayor de los hermanos.

De regreso al océano.Where stories live. Discover now