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Logan baja del avión y esta vez agradece no encontrarse con paparazzis y comentadores de programas de televisión esperando por él.

—¿Alguien me extraño?— Se burla de su hermano menor.

—Es bueno verte.— Sonríe con melancolía al tener frente a sus ojos a Evan.

El mismo sonríe, al ver que trae una maleta más grande que la que se había llevado, siendo consecuente que esta trayendo en la misma, prendas algo más abrigadas.

A pesar de que se encontraban en el caribe el clima estaba cambiando a lo que ellos llaman invierno, y por más que no sea ese invierno a lo que mucha gente está acostumbrado, si es una época de fuertes lluvias y algunos vientos.

Por lo cuál era más que necesario alguna que otra campera que pudieran utilizar para resguardarse de esos climas fríos y cambiantes.

—Tengo que admitir que me deja menos inquieto el echo de que estés de una sola pieza, creí qué ibas a explotar.— Comenta con una media sonrisa de costado tomando la maleta de Logan.

Él mismo niega con la cabeza y sonríe. —Yo digo lo mismo.— Arquea sus cejas en su dirección.

Evan suelta una pequeña cargada y deja qué su hermano mayor siga hablando.

—En serio, me alegra saber qué estás bien.— Suspira inflando su pecho.

Evan sube sus hombros restandole importancia.

—Deberias de estar orgulloso de mí, estuve haciéndome cargo de la casa, contraté una señora que limpia y cocina por la mañana y deja el almuerzo y cena para que sólo tengamos que calentar, estuve atento a Ray, quién parece estar metiéndose cada vez más adentro y más que yo, él te necesita más seguro.— Explica con una pequeña sonrisa apretando sus labios.

Logan parpadea y acepta el café que su hermano le está pasando.

Realmente deseaba uno, gracias a que la comida de avión era realmente asquerosa y peor, aún, cualquier tipo de bebida que vendieran echa por ellos y no fuera gaseosa enlatada.

—Tengo que decir que me alegra que te estés poniendo los pantalones, enano, pero no era necesario que lo hicieras cuándo yo me voy, eso deja mucho que desear.— Suelta una carcajada.

Que no cae para nada en gracia a su hermano menor, quién no hace para colocar sus ojos en blanco y negar con la cabeza, mientras que comienzan ambos a salir del aeropuerto.

—¡Imbécil!— Murmura rodeando los ojos.

Logan sonríe al ver la misma camioneta alquilada que están teniendo desde hace más de cuatro semanas. —¡No te enojes, sabes que te extrañé también a vos!— Le guiña un ojo gracioso.

Evan acomoda la maleta y se dispone a manejar, teniendo en cuenta lo mucho que le costaba a Logan viajar y seguramente lo qué había sufrido el viaje de venida solo.

—Estoy mas que seguro de que fui al último que pudiste llegar a extrañar, Logan.— Asegura suspirando y colocándose el cinturón de seguridad.

Logan lo copia al ingresar del lado del copiloto.

—¡No seas imbécil, Evan!— Exclama con pocas pulgas.

Su hermano sólo coloca sus ojos en blanco. —Sí bueno tampoco que me voy a poner a llorar... Si me decís que no me extrañaste.— Suelta una carcajada y muerde su labio inferior a medida que comienzan a avanzar para salir de la zona tan concurrida del aeropuerto.

Logan suspira pasando una mano por su cabeza mientras que vuelve a darle otro sorbo a su taza reutilizable de café. —No creí odiar tanto este recorrido.— Murmura.

De regreso al océano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora