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Emma abre sus ojos, a causa del frío, si tuviera que admitir que no estaba cansada y adolorida estaría diciendo blasfemias.

—Que frío.— Suelta.

Intenta no pensar en el dolor y en aquella especie de entumecimiento en sus piernas, tenía mucho que ver el hecho de qué, prácticamente, había dormido desnuda y que ni siquiera lleva puesto sus pantalones.

Agradeciéndole mentalmente a Jay de que la ayudará a colocarse sus prendas interiores, en aquel momento no le había parecido raro.

Ahora se da cuenta de que si se hubiera despertado completamente desnuda todo en su mente estaría fuera de control.

—Ay no...— Susurra ante el dolor.

Muerde su labio inferior mirando hacia arriba. —Mis cosas.— Susurra.

Tantea con sus manos sus prendas y cierra los ojos cuándo las mismas hacen ruido, pudiendo llegar a ser una terrible distracción para despertar al castaño.

Emma no se da cuenta del dolor que tiene en su bajo vientre, hasta que se levanta de manera brusca, al querer corroborar que él no está despierto y que no se despertó por el movimiento de las prendas.

—¡Ouch!— Murmura.

Hace una mueca incomoda con sus labios, toma aire e intenta fingir que es de esa clase de dolores que suele tener después de un duro día de gimnasio, cuándo tiene un sobre exceso o una nueva rutina, ya qué, lo que había estado haciendo, también se podría catalogar claramente cómo un poco de ejercicio.

—"¡Ahora entiendo cómo es que yo creí que todo eso no iba a entrar en mí!"— Suspira al pensar.

Y a pesar de que no hay más que pueda llegar a estar anhelando, que quedarse descansando y volver a cerrar sus ojos, esta vez con todas sus prendas puestas, hay algo que anhela y desea mucho más que eso, siendo un buen baño.

De tan sólo pensarlo, una sonrisa aparece en su rostro.

Cuándo se logra reincorporar, siendo bastante precavida... Y con mucha cautela y paciencia, aprovecha qué, él todavía continúa dormido. Toma su cartera, junto con sus pertenencias, no le alcanzan las manos para tomar sus zapatillas, qué es lo principal que necesita para no tener frío al terminarse de bañar.

—Genial.—  Bufa y muerde su labio inferior.

Observando el mejor amigo de sus hermanos dormir tranquilamente, habiendo sido, probablemente, el peor de sus errores, ya qué se encuentra perdida en sus ojos, y en cada una de sus facciones.

No pudiendo creer lo que había pasado el día anterior.

Esta intentando ser consciente de cada una de las vivencias, de las emociones y sensaciones que él había logrado generar en su cuerpo, en aquella experiencia, en la cuál, era completamente inexperta, siendo que él, era completamente todo lo contrario.

Y a medida que iba recordando paso a paso todo lo que había sentido, sus mejillas se veían ruborizadas, cada vez más. Obligandola a sonreír y morder su labio inferior, sintiéndose distinta.

—¡Rápido, Emma!— Se dice a si misma.

La calma acompaña cada uno de esos movimientos, sale de la carpa y deja de mirar de manera obsesionada a Jay.

No podía ocurrir nada peor, de lo que ya les estaba pasando, y de aquella experiencia había aprendido cosas nuevas, en la desesperación y también en la aceptación de ella misma.

De regreso al océano.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant