GUARDIAN [ Jikook ]

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Jungkook corría entre la nieve con desesperación, sin saber por dónde ir o que hacer, pero no se iba solamente quedar de brazos cruzados, sentía una horrible presión en su pecho que no lo dejaba respirar, sin embargo, seguía su camino, casi no podía sentir el lazo de jimin y eso le asustaba más, viniendo le muchas escenas donde le pasaban cosas malas al Alfa.

Tenía miedo.

Mucho miedo.

—¡¡JIMIN!!—gritaba con ansias de ser escuchado y recibir respuesta pero no tenía nada.

Sus lágrimas brotaban de sus ojos como pequeños cubos de hielo que enfriaban aún más su rostro.

Tenía un mal presentimiento que le partía el corazón, dejando se caer arrodillado entre la nieve con aquel carbón pegado a su pecho.

—¡Jimin, por favor!—ahogaba sus sollozos entre lo irritada de su garganta.

Se sentía quebrarse.

¿En que momento llegó a eso?

¿En que momento paso de pensar en que jimin quemaría la cocina a estar en medio de la nada buscando a alguien que muy en el fondo sabes que no está cerca?

No quería aceptarlo.

El frío ya estaba haciendo de las suyas, y el calor que le acompañaba sentía que se estaba extinguiendo hasta solo ser una pequeña chispa.

¿Acaso ese era su final?

Pero como si aún tuviera esperanza pudo escuchar el sonido de la nieve siendo pisada, para proseguir con los gritos de alguien.

—¡Jungkook!¡¿Jungkook, donde estas?!

—¿¡Jimin?!—grito desesperado poniendo se de pié.

Entre la repentina ventisca se hizo presente una figura que no puede reconocer pero al tenerlo más cerca pudo ver quién era.

—¿Hoseok?

—¡Oh, santo Chayanne!¡Aquí está !—grito por donde había venido.

—¿Que-que haces aquí?—la desilusión era palpitante en su voz, esperaba que fuera Jimin.

—Jungkook, debemos sacarte de aquí ya!

—¿Que está pasando?—temblo y Hoseok de inmediato le da uno de sus abrigos.

Pero antes que pudiera decir algo la figura de dos personas más lo interrumpe.

—¡Joder! ¿¡Acaso no pudo esconder te en una jodida playa?!—gruño una voz que reconoció y lo hizo fruncir el ceño—¡Este clima no es mi fuerte!

—¿Que tú haces aquí?—ataco al ver al crayola temblando, pero sin dejar de lado lo desganado que se veía, parecía jimin cuando se desestabilizo en la cocina, con Solar sirviendo le de apoyo.

—Primero, no me caes bien—alego frotando se las manos por el frío—Segundo, tienes que venir con nosotros antes que pase.

Una corriente le pasó por la espina dorsal, tenía una idea de la persona que puede estar involucrada en esto, pero el miedo lo carcome, sin querer aceptar esa posibilidad.

—¿Pa-pase qué?

Los ojos de Solar lo vieron con miedo y tristeza antes de contestar:

—El juicio final de Jimin.

(...)

Hay algunas que son inevitables, cosas que están destinadas desde que nacemos, como un escrito del que no podemos leer, pero tampoco pasar de largo, son maneras en las que debemos vivir y solo adaptarnos a ellas y aceptar nuestro destino por mucho que nos cueste dejar ir toda una vida.