One Shots Male Reader [||][Pedidos Cerrados]

Love me~ - Vegeta [Karmaland]

Advertencia: Amor obsesivo

--(Holaaa~ ¡Gracias por tu pedido!)

Mirar, que tan malo era eso... Solo mirar desde la lejanía y con cuidado.

Era Karmaland después de todo y él era una figura importante, un héroe al igual que el menor. Pero había algo... era tan atrayente que lo mantenía emocionado diariamente.

Escondido entre los arboles cuando caía la noche y observaba como ________ activaba sus torretas, algo que muchas veces le impedía acercarse lo suficiente para poder mirarlo mientras dormía.

¿Era extraño, cierto? Él lo amaba, cada gesto y cada cosa que podía apreciar de ______, su sonrisa cálida en un día soleado, la manera de ayudar que tiene hacia los del pueblo.

Como lo ayuda a él y la manera en la que _____ lo mira, siente que sus ojos le sonreían, de manera en la que su rostro se veía iluminado. Aunque algunos como aquel oso le dijeran que era raro, raro y hasta enfermo.

– ¡Eh, _______! ¿Qué pasa tío? ¿A dónde vas? ¿Puedo acompañarte? –_______ volteo para verlo, el pelinegro iba detrás de él.

– ¿Cómo? Bueno Vege, voy por unas cosas al pueblo así que no veo problema –Sonrió a Vegetta, que lo miro con los ojos llenos de brillo.

–Bueno eso sería perfecto –Nervioso le acerco su brazo.

_______ estando tímido lo tomo lentamente y después de minutos aquella conversación fluyo demasiado bien, entre risas y bromas. Era de las primeras veces que pasaba eso.

Porque el pelinegro dudaba mucho en acercarse de esa manera. Entonces ¿Qué había pasado? Simple, había un chico, se veía más pequeño que los dos y duraba días pegado a________.

Era algo que no permitiría mientras estuviera con vida, y vamos que eso iba para largo. Esa vez se pasó toda la noche delante de la venta de _______, estaba vigilando su seguridad.

Y eso no era nada malo, nada malo pensar en una buena manera de aislar a _______, dejar que viva solo para él y por él, porque era tan perfecto que no debía ser tocado por alguien más. No lo merecían.

Mientras que Vegetta solo estaba ahí por el, cada noche suspiraba su nombre entre sueños, sueños de todo tipo.

Desde ese día en el que Vegetta sintió los cálidos labios de ______ sobre los suyos, se volvió loco.

Eso debería sonar lindo ah, pero no lo era, ______ empezó a quedarse más solo que lo normal

Para el pelinegro esa era la gloria, un ______ solo para él, de esa manera podría aprovechar cualquier tiempo para tener un poco de su amada adicción; los besos de _______.

Sus labios eran suaves, como un acaricia a unas flores, como una nube, eran cálidos de esa manera en la que estaba tan a gusto que no se separaba de él, se alejaba y volvía a unir sus labios hasta dejarlos un poco hinchados y rojos, sus mejillas un tanto regordetas coloreadas de un carmín intenso.

Sus manos sostenían la cintura de _______ suavemente, mientras que el cuerpo del menor reposaba en sus piernas mientras descansaba y tomaba un respiro.

–Dios _______, ¿Cómo es que eres tan perfecto cariño? –El pelinegro se recargo entre su cuello y el hombro, murmurando eso medio distorsionado.

Aquello hizo reír a _____, llenando el corazón de Vegetta de emoción, mientras que sus pulsaciones aumentaban y se prometía alejarlo de todos, sean malos para él o no lo sean.

– No lo soy, pero amo que te guste así como soy –Le contesto revolviendo su cabello.

– Sabéis que te amo, te amo mucho –______ beso su cabeza repetidas veces.

Repitiendo muchas más que lo amaba demasiado. Un buen momento, mientas que Vegetta no viera a ______ tan cerca al resto.

Y es que ¿era tan complicado entenderlo? ¿Era tan difícil, en serio? Lo repetía una y otra y otra "Aléjense de él, ¿escucháis? No quiero veros cerca de él, nunca más. Es demasiado importante para mí y no voy a dejar que nos alejen"

Era su pequeño, alguien a quien deseaba poseer por completo, apoderarse de cada suspiro que soltara y a quien protegería independientemente de si eran buenos o malos.

Porque era suyo. Y él le pertenecía a ______.