One Shots Male Reader [||][Pedidos Cerrados]

𝙀𝙧𝙞 ~ 𝘼𝙞𝙯𝙖𝙬𝙖 𝙎𝙝𝙤𝙪𝙩𝙖 {𝘽𝙉𝙃𝘼}

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𝙀𝙧𝙞 ~ 𝘼𝙞𝙯𝙖𝙬𝙖 𝙎𝙝𝙤𝙪𝙩𝙖 {𝘽𝙉𝙃𝘼}

Heeeeeeeeeeeeeeeeeeeeey ¡Gracias por tu pedido!

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Eri era la niña más bonita que conoció en su vida, se había encariñado con rapidez en cuanto convivió con ella, la pequeña lo admiraba, pues la había tratado con paciencia y cariño cuando habían pedido que fuese evaluada por él mayor.

Este al llegar la miro, preguntándose si de verdad uno de esos villanos había sido capaz de maltratar a la pequeña, quien tenía una mirada aterrada y temerosa, aunque sonreía con el chico de cabello verde y alborotado, también con el pelinegro, quien llamó su atención cuando lo vio salir de la sala.

No se atrevió a preguntar el nombre de aquel hombre, su atención estaba en la niña que al inició lo miraba como si fuera una amenaza latente acercándose, tardo varios minutos en entrar pues no quería incomodar a la niña dentro del cuarto.

— ¿Están seguros que está bien? —Pregunto al peli-verde.

— ¡Sí! Dijeron que le haría bien, y Aizawa Sensei dijo que estaba bien, y que revisaría su ficha. —Responde alegremente, quitando un poco de inseguridad al mayor.

"¿Aizawa Sensei?" Se preguntó así mismo, el chico aun lo miraba con una sonrisa, esperando que pudiera conocer a Eri y llevarse igual de bien que ellos con ella, aunque claro, aún estaban en proceso de hacer que la confianza de la niña creciese más.

—Que bien...—Le regreso la sonrisa, entrando con calma.

"Tú puedes ______, tú puedes, solo tienes que conocerla, se ve tranquila" Pensaba mientras entraba, Eri estaba sentada en la cama mientras veía hacia la pared, ________ en primera estancia se fijó en su rostro tan apagado, puede que se viera mejor que en las imágenes que le mostraron cuando pidieron su ayuda.

—Hola... me contaron de ti, ¿Eri, no? Quería conocerte para poder ayudarte. —Camino lento hacia ella, con miedo de que los nervios le ganaran y la asustara.

Eri dudo unos segundos, _______ se sentó en la misma cama, al otro lado, con la distancia prudente y una suave mirada. La pequeña no se sentía incomoda con la presencia del héroe, así que se enderezo para mirarlo mejor.

—Hola...—Saludo con suavidad.

—Hola, si, ay —Paso saliva con nervios. —Quisiera hablar contigo, me cuentan que eres una niña increíble

Habla tomando un poco más de confianza en sus palabras, con ella sorprendida ante lo que decían de ella, en el fondo sabía que lo era, pero no tenía idea de en quien confiar.

U-Uh... ¿quieres ver algo? Pregunto mirándola.

Ella dudo una vez más antes de aceptar con nervios, mirándolo atentamente con cada acción que hacía, movía sus manos mientras un poco de humo salía de ellas, se sorprendía de ver lo bien que era capaz de manejarlo, mostro un pequeño caballito de humo que rodeaba cariñosamente a la niña, quien no sonrió, pero abrió sus ojos llena de emoción.

— ¡E-Es muy bonito! —Grito emocionada y siguiéndolo con la mirada.

_________ sonrió al verla, si podría, claro que iba a poder con una niña tan dulce como ella.

Los días pasaban con rapidez, y _______ había tomado el bonito hábito de visitar por las tardes a Eri, quien siempre lo esperaba pacientemente para salir a pasear, a veces los dos, a veces con Midoriya, pero siempre Eri contaba sobre Aizawa, haciendo que la curiosidad de _______ creciera, quería conocerlo, pues cuando la niña hablaba de él, lo hacía con mucha emoción y una sonrisa que había podido recuperar hace poco.

— ¡Oh! ¡Lo olvide! —Se alarmo un poco, dejando la tacita de plástico sobre la mesa. —El señor Aizawa vendrá hoy, dijo que cenaría conmigo.

________ acaricio la cabeza de Eri con cariño, pensaba que aquel héroe que vio un par de veces era una de las mejores compañías para la niña, al igual que Midoriya, Mirio o Nejire, quienes se empeñaban en sacarle una sonrisa.

Espero que te diviertas y puedas contarme como te fue. Dijo con una sonrisa enorme y sus ojos cerrados.

—Ay no... quiero que te quedes a cenar _______. —Dijo ella con gran ilusión.

Al mayor se le congelo la sonrisa, era amable y dulce, pero de verdad había socializado con muchas personas en los últimos meses, aunque si empezaba a meditarlo mejor, una cena y más momentos sin estrés no le vendrían mal. Miro a Eri con curiosidad, esta esperaba una respuesta con sus grandes ojos llenos de emoción.

Siguieron jugando durante un largo rato, ella a fingía servir té en varias tazas pequeñas que estaban dentro

—U-Un gusto.

Aizawa asintió, sonriendo de lado mientras lo mirada

—Él es _______, es increíble, y, y, sabe hacer humo —Murmuro al pelinegro con una mirada emocionada.

—Es un gusto también, ________. —Dijo él con la misma sonrisa.

—S-Sí.

Él mencionado se derritió al escuchar su nombre salir de él, y casi se va cuando Eri empezó a presentárselo al igual que hizo con él, pero noto que Aizawa tampoco dejaba de mirarlo, era el mismo hombre de la otra vez. ¿Quién lo diría?

Ambos hablaban con tranquilidad, _____ se atrevía a lanzarle uno que otro coqueteo discreto, y para su sorpresa, Aizawa correspondía algunos, dejando que su corazón volara sobre su pecho. Eri le pidió que le hiciera un pequeño animalito al pelinegro, y este salió feliz hacia él, y estuvo un rato ahí con él.

Salieron cuando Eri se había quedado dormida, ambos sonreían mientras caminaban a la par.

—Entonces, ¿no puedo obtener tu número? —Pregunto acercándose un poco.

—Mientras no tardes en llamar. —Dejo un papel con un número sobre la palma de su mano.

________ se quedó en blanco por unos segundos, y luego sintió que Aizawa se iba, rozando sus dedos con los suyos, haciendo que casi explotara de la emoción, pero, Eri ya estaba dormida, y ambos tenían que salir de ahí.

De hecho, esa noche había obtenido mucho, se había divertido y había estado feliz igual que otras veces.

Ambos adultos tomaban de las manos a Eri, esta miraba a todos lados emocionada, después de ver como esos dos se habían acercado mucho más, no pudo evitar emocionarse al pensar que saldrían juntos para llevarla a pasear, se sentía bien estando ahí, como si esa fuera su familia.

Y es que realmente lo era, pues los dos adultos no evitaban mirarse con amor mientras que compartían citas para poder conocerse mejor, y una que otra vez llevando a Eri con ellos, con ambos detrás, tomándose de la mano discretamente, sin dejar de cuidar a la niña.

Conocer a Eri, y luego a Aizawa, fue mucho más de lo que pidió alguna vez en su vida.

—Bueno, si la idea no te molesta-

—Sí, podemos cuidar a Eri los dos. —Aizawa se anticipó a sus palabras, tomando al contrarío de la cadera.

______ sonrió con esas palabras, cálido.

—Sí, eso me gustaría también... —Susurro sobre sus labios.

Su relación avanzaba al igual que todo, e iba por un buen camino.