One Shots Male Reader [||][Pedidos Cerrados]

Señor Tsukiguni - Yoriichi [KNY]

(Espero que te agrade ¡Gracias por tu pedido!)  

Si me pidieran describir el amor en vida... solo sería capaz de mirarlo a él, una y otra vez, a él y solo a él, pues era el responsable de mis delirios, era el responsable de mis desvelos, inspiración de mis poemas y dueño de mí alma y corazón.

Yo estaba gustoso de recibir sus sonrisas, de recibir sus besos y más largas platicas, yo feliz de recibir sus visitas cada que volvía de sus misiones, contándome sus aventuras, sus problemas, sus aspiraciones y sobre todo, sus cortejos hacia mi persona.

Me gusta recordar esos inicios, donde en sus manos siempre se hallaba una flor, tomada con su delicado tacto desde su tallo.

–– ¿Te encuentras bien? ––Preguntaba.

Era mi pregunta habitual, no tenía idea de que más decirle mientras me miraba a mí y la rosa.

––Es para ti, me acorde de ti gracias a ella... ––Su mano puso la rosa sobre la mía, cerro mi mano alrededor de su tallo y alejo la suya nerviosamente.

No me gusta llamarlo costumbre, porque el siempre trae una cada que regresa, es un detalle que no se perdería nunca, ni a través de los años que pasaban volando. En un abrir y cerrar de ojos nos encontrábamos como una pareja feliz.

A pesar de todas esas complicaciones nosotros éramos felices con las cosas más sencillas del mundo, mientras duraran todo un día... más las tardes en las que volvía de sus viajes.

Yo era un ovillo de nervios siempre que iba a recogerlo, mis ojos se movían de un lado a otro, era alto, fácil de localizar, pero era tan escurridizo que me esperaba cualquier cosa, me encanta cada parte de él.

Es tan tranquilo y sereno... cuando estamos juntos no hay nada más que paz rondando nuestro aire, nada que se atreva a perturbar nuestros cálidos abrazos, cálidos besos y cálidas tardes juntos.

––Quiero casarme contigo... ––Dijo tranquilo.

Sus manos jugaban con mi cabello y en ese momento mis ojos se abrieron con calma y vergüenza.

–– ¿C-Como? ––Él tenía una pequeña sonrisa, no me veía, era como si en su mente tuviera todo planeado.

Amaba ese tipo de vistas.

––Quiero casarme contigo, vivir tranquilos lejos de todo... ––Susurro ensoñado, acaricie sus manos y bese sus mejillas.

––Es una manera extraña de proponerlo, pero me encantaría cariño ––

––Algún día será así, te lo prometo ––Me miro antes de prometerlo.

Él sabía que de esa manera iba a cumplirlo, yo siempre estuve seguro de querer todo con él, lo bueno, lo malo, lo medio, pues eso para mí es la gloria.

––Claro que será así, es nuestro futuro ––Sonreí antes de besarlo.

Le otorgue esa confianza hacia el futuro.

Futuro que estamos felices de poder compartir ahora, casados y tranquilos... por muchos años que nos faltan.

Mas tardes tranquilas que serán así de hermosas y perfectas.

Sus ojos chocaron con los míos, se conectaron desde el alma, dejando un susurro cariñoso sobre el cálido aire. Pues tome su mano, enredando sus dedos entre los míos.

El anillo lucia brillante sobre su dedo anular a pesar de los años que habían pasado, seguía tan hermoso como su portador. El aire revoloteaba los mechones de su cabello, dándome el honor de ser quien apreciara tan bella obra de arte...

Me incline roznado nuestros labios, un toque tan suave y lento. El suspiro, acercándose más y juntando nuestras bocas, más rápido, pero con el mismo suave tacto y amor, sus manos se colaron entre mis cabellos, tocando delicadamente.

––Te amo... ––Musite y sonreí para él.

Sentía su respiración sobre mi cuello después de unos segundos, se había ocultado ahí, estaba apenado, sentía como sus mejillas iban calentándose un poco, sentía su sonrisa y ligeros besos tibios.

––Yo te amo más, Señor Tsukiguni ––Levando su rostro, viéndome.

Seguro estaba del color que tomaron mis mejillas en ese momento, con tal seguridad también tenía claro que ese era mi lugar, era mi todo, era el mejor momento de mi vida.

Amo cada parte de ese chico, de mi chico.