One Shots Male Reader [||][Pedidos Cerrados]

Omega - Leo San Juan [Las leyendas]

(¡Hola! Perdón por las tardanzas y si es que llegan a ser cortos, ¡Espero te guste, gracias por tu pedido!)

 Estaba más que seguro que me veía inmaduro mostrando un mohín mientras Leo seguía riñéndome, realmente no era mi culpa, todo el tiempo iba con ellos, a pesar de que había muchas veces en las que sacábamos la conversación sobre el riesgo que "corría" porque me pasara algo.

¿Parecía tan débil o algo?

Me gire para verlo a la cara, es seguía hable y hable mientras movía sus manos regañándome. Todo empezó mientras yo seguía hablando tontadas con Teodora, era agradable verla de nuevo, pero Leo simplemente era irritable, demasiado, estaba molesto por alguna razón que mi mente desconocía.

Sus brazos estaban cruzados, me había frenado delante de él para detener su caminar, estaba molesto y no era necesario preguntar si lo estaba, sino el porqué de su cólera tan palpable.

— ¿Qué? —Contesto tosco, seco.

Lo mire asombrado, supuse por su rostro que él además de molesto, estaba confuso, sus palabras salían solas, y como todos nosotros, ante el enojo, no se pensaba antes de hablar.

Pero es Leo después de todo, él siempre sabe que decir y cuando hacerlo, o cuando simplemente no se debe decir nada ante las circunstancias, por esa razón, a pesar de solo haber sido una palabra, fue una pequeña sorpresa.

— ¿Perdón? —

—Es que no lo entiendes... —Murmuro.

Se tallaba la cara con fuerza, no me movía, seguía esperando a que se calmara unos segundos y me viera antes de desviar su mirada y trabar sus palabras.

Las palabras siempre solucionan los problemas, siempre lo han hecho, incluso cuando tomamos la decisión de una relación sería y formamos nuestro lazo, una parte de mi familia no lo tomo bien, pero las palabras y acciones posteriores ayudaron en arreglarlo.

Leo estaba convencido de que las cosas de verdad iban arreglarse de esa manera, si no me dejaba terminar de preguntar, sino me respondía.

— ¡Ya! De verdad trato de entenderte Leo, pero no me dejas hacerlo —Dije mientras tome sus manos.

Contuvo el aire por varios segundos antes de soltarlo de golpe, era como si buscara alivio de la situación... ¡La cual no entendía!

— ¿Qué es lo que no entiendes? —

— ¿Por qué estás tan molesto? —

Ambos preguntamos con calma, Leo empezó a caminar con más calma, mirando el camino lleno de tierra y pequeñas piedras de diferentes formas, su mano seguía apretando la mía, pero su mirada no se levantó en ningún momento.

—Pudiste hacerte daño... —

Negué con la cabeza, aunque posiblemente seguiría en eso.

—Leo, soy un omega, tu omega, pero no soy débil —

—Yo nunca dije que-

Lo interrumpí, por fin me miro con sus ojos tristes.

—Parece que lo piensas —

Asustadizo se puso a negarlo, mientras miraba nerviosos a cualquier otro punto, sin ser disimulado esta vez.

—No, no lo hago es solo que...

— ¿Qué...? —Anime a que continuara.

—Te has alejado bastante los últimos días...

Mi cabeza apenas empezó a notarlo, quizá lo había notado antes, pero era inevitable, no lo hacía conscientemente, y no era que dejase de amarlo, eso era algo imposible, era mi razón de seguir respirando, mi todo, mi alfa, el amor de mi vida... su aroma había dejado de ser tan amargo.

Simplemente era tenso.

Odiaba estar lejos de él, siempre lo odie, solo que los dos días anteriores estaba de aquí para allá luego de volver a ver a todos, quizá me la pasaba preguntando a todos que había sido de su vida, dejando a Leo de lado... había sido mi error completamente . Era una sorpresa de la cual apenas me enteraba, su mirada exigía respuestas, con miedo a que fuese algo malo.

—Lo lamente, de verdad lo siento Leo... —Bese su rostro varias veces.

El mantenía sus ojos cerrados con una sonrisa genuina, más calmada de alguna manera, podía sentir el aroma de ambos mezclarse suavemente como lo hacía todo el tiempo.

— ¿Estabas celoso de eso?

—Realmente lo estaba... —Admitió.

—No quería hacerte sentir de esa manera, te lo compensare, te lo prometo...

Lo bese siendo correspondido casi inmediatamente.

El asintió con su aroma cálido y calmado, luego de tanto si tenía razón, las palabras siempre solucionan problemas, solo faltaban las acciones, que realmente se verían durante los siguientes días.