Mi gato quiere matarme

39 12 16
                                    


He comenzado a sospechar que mi gato planea asesinarme.

Siempre he sabido que mi gato es un tanto peculiar. Suele desaparecer durante días y cuando regresa luce como si se hubiese peleado con una jauría completa. Persigue la sombra de las aves que planean sobre su cabeza y de vez en cuando salta en un intento fallido por atraparlas. Come cosas extrañas, en una ocasión lo encontré devorando el césped de nuestro patio. Además, es el gato más perezoso del planeta, incluso sus maullidos tienden a sentirse forzados.

Mi gato está loco, lo supe desde el momento en que lo encontré enterrando un esqueleto de sardinas en el patio y como si eso no fuera suficiente, ahora intenta matarme.

A veces se echa bocarriba dejando su panza al aire libre; antes me acercaba y la acariciaba, pero ahora sé que es una trampa. Quiere que lo toque para así atraparme entre sus pequeñas y filosas garras.

Sus ojos oscuros siempre me han gustado, porque nunca he sabido distinguir si el brillo que veo en ellos se debe a que me quiere a muerte, o quiere mi muerte.

Sé de sobra que algunos gatos regalan animales muertos a sus dueños para agradarles, pero no mi gato. Él mío es un psicópata. Deja ratas media muertas en la sala, espera a que yo las vea y sin quitarme los ojos de encima las termina de matar. ¿Es un regalo, una advertencia o una amenaza?

Cada vez que regreso del trabajo me recibe con una de esas miradas que le echas a alguien cuando realmente quieres matarlo. Nunca ha sido un gato muy cariñoso, pero ahora se aferra con tanta fuerza a mis piernas como si ensayara con ellas antes de tomar mi cuello mientras duermo.

Últimamente, le gusta palparme. Y no, no son muestras de cariño. Está buscando los puntos débiles de mi cuerpo para luego hincarme las uñas, o tal vez un cuchillo. Uno nunca sabe qué esperar de un gato.

Mi gato no tiene caja de arena, por lo que los restos bajo sus patas me indica que ha estado practicando cómo enterrar un cadáver. Es posible que ese cadáver sea el mío. Ya ha dañado tres de mis ordenadores y sigo sin entender cómo. He estado investigando sobre como deshacerme de él y sospecho que mi gato ya lo sabe.

Cuando termino de servir mi cena, pega tremendo salto y se sube a la mesa. Olfatea mi plato y actúa como si estuviera decepcionado. Tengo miedo de probar mi comida, porque cada vez que me acerco la cuchara a la boca me mira en espera de algo; tal vez de que la comida esté envenenada y por fin muera, o que como mínimo me dé indigestión. Aunque luego de unas cucharadas se me olvida y termino devorando todo en mi plato. Entonces se marcha.

Antes de irme a la cama cierro la puerta con seguro por temor a que se meta bajo mis sábanas y me asfixie con las almohadas. Es probable que a los gatos no se les dé muy bien asfixiar personas, pero sé que el mío por lo menos lo intenta.

Cada noche lo dejo fuera de mi habitación y cada mañana lo encuentro durmiendo sobre una esquina de la cama.

Cuando salgo a caminar en mis días libres, suele acompañarme. Camina detrás de mí pisando mi sombra como si intentara infundirme dolor a través de ella. Siempre pisa sobre mis pasos, no sé si lo hace por seguirme, para borrar mi huella, o para que no quede rastro de mi existencia.

Mi gato quiere matarme y al parecer su arma asesina es el miedo.  

  

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
DemenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora