Cap.2=Hermana

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Capítulo dos

Soy su hermana oficialmente.

Bueno, es lo que él me dijo y lo que le ha hecho creer a la gente que está al rededor de nosotros.

Ayer después de todo lo que pasó en el autobús solo tuve dos preguntas que hacer al terminar de leer las páginas.

¿Qué papel desempeñas en tu puesto?

Y su respuesta fue de lo más simple diciendo que era algo así como la mano derecha del señor que controlaba todo en el pueblo, o por lo menos, es lo que también entendí al pasar rápidamente mis ojos por una de las páginas en dónde estaban los datos de un tal señor Antonio.

Ya me dirá cómo es que alguien en unos meses se hace mano derecha del manda más en un lugar donde la mente de las personas con los recién llegados es un poco...

Cerrada.

Y esto no es porque yo lo diga sin motivo alguno, no, sino es que recién llegue y ninguna de las criadas se ha animado a hablarme, a parte de que me observan como si fuese un bicho raro.

Que de bicho no tengo nada, porque físicamente me veo decente, pero... Bueno, supongo que tendré que darle tiempo al tiempo y que este haga lo que sea necesario.

La otra pregunta que hice iba más con lo que me tocaría a mí hacer, ya que no estaría con él simplemente por ser nueva y no saber nada y lo que me contestó, de cierta manera, me dejó pensando en cuál sería el mejor plan para poder hacerlo.

Tienes que ganarte la confianza de la esposa del señor Antonio... Tienes que llegar a ser su criada de confianza hasta ser su mano derecha.

Su mano derecha, eh.

Pues si ya es difícil dirigirme a las otras criadas, ahora imaginarme que tan difícil será acercarme a esa señora me deja cierto mal sabor de boca si para mi primer informe no doy una respuesta.

Quedaré como la pendeja del grupo.

Que de igual manera ser inferior a todos ellos me hace... Inferior, pero si no digo nada seré mal vista otra vez por los demás.

Aunque recién es mi primer día y debo dejar la paranoia, porque las cosas pueden cambiar en cualquier momento.

—¿Srta. Laura? —la jefa de llaves pasa una de sus manos por en frente de mi cara llamando mi atención y haciendo que vuelva al mundo real. Dejo caer el plato que estoy enjuagando desde hace cuatro o cinco minutos en el fregadero haciendo que esté al chocar produzca un sonido sordo que le hace cerrar los ojos a la misma hasta que se desvanece —¿Puedo preguntarle qué está haciendo? —sus ojos me escanean de arriba a bajo y cruza sus brazos.

—Estoy fregando la vajilla del desayuno.

Y no es mentira.

—¿Acaso en su vida no ha visto un lavaplatos? —deja su pose de superioridad y jala una puerta de acero a un costado de ella que deja ver todos los utensilios que han utilizado para el desayuno de esta mañana.

Ay...

Me giro hacia ella y bajo la cabeza levemente apenada sin dejar de ver su rostro —Disculpeme, es que estoy distraída, ya que todo esto es nuevo para mí.

—Espero que esto no pase muy se... —la interrumpe el fuerte estruendo de la puerta de la cocina siendo azotada.

—¡Jefa, tenemos un problema! —entra una de las chicas de la limpieza moviendo sus manos de un lado al otro —el señor... —sus ojos van a mí y sin pensarlo guarda silencio mientras traga grueso y da una fuerte respiración para volver a empezar con su discurso —el señor Antonio solicita la presencia de Mason en la parte baja de la aldea.

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