Cap.6=Aire Fresco

286 40 1
                                    

Capítulo seis

"Este será nuestro hogar".

Esa frase no deja de repetirse una y otra y otra vez en mi cabeza creando un caos mental que no me deja beber de mi jugo tranquila.

¿Con qué intensión dijo eso?

¿Será que detrás de la puerta había alguien escuchándonos o tratando de espiarnos?

Quiero pensar que es así y no porque piensa tener una vida duradera a mi lado mientras resolvemos un caso que lleva más de dos años activo y que aún no se ha resuelto ni la cuarta parte.

—¿En qué piensas tanto, Laura? —Spirit toma asiento a mi lado y me estira la bolsa de sus papas fritas para que tome una, pero la rechazo —se te nota ida en tus pensamientos y no debería ser así, ya que esta fiesta es para ti. Se supone que deberías estar animada, no con una cara larga.

Le doy una sonrisa de boca cerrada —Nada, es solo que me quedé pensando que nunca tuve una fiesta digna y cuando al fin tengo algo para festejar no siento nada. —miento y finjo estar sin ánimos.

De momento es mejor mantener ese perfil.

—Mira, —posa una de sus manos en mi espalda dándome consuelo —deja el pasado atrás y vive tu vida en el ahora, es algo que he puesto en práctica y me ha ido muy bien hasta ahora con esa filosofía de vida...

Niego sonriendo por sus ocurrencias —Lo tendré en cuenta, Spirit —hablo —De momento creo que veré que puedo comer, porque me rugen las tripas.

—¡Esa es la actitud de mi compañera! —mueve sus manos de un lado a otro y me levanto de la mesa, llevo mi cuerpo hacia la enorme barra sin saber que debería escoger entre tanta comida y justo cuando creí cerrar el tema de momento mi cabeza vuelve a recordarme por qué es que no he dejado de estar nerviosa desde antes.

¡Oh, vamos!

No puedo estar todo el tiempo pensando en eso.

No es normal.

Suelto un largo suspiro e ignoro totalmente la comida, dejo el vaso de jugo sobre la barra y hago que mis pies me guíen a la puerta que da al patio trasero para tomar un poco de aire fresco.

Eso nunca viene mal.

Salgo al exterior notando el evidente cambio de temperatura y me abrazo a mi misma cuando una brisa fría envuelve mi cuerpo.

No llevo ni una semana aquí, ni siquiera tres días y ya ha pasado de todo, y para mí, para alguien que solo estaba acostumbrada a hacer guardia y regresar a su pequeño cubículo es algo abrumador.

Incluso el tener que estar interactuando constantemente con personas que conozco es algo cansón.

“Quiero decir... Disfruta y relájate tanto como puedas aquí, no es necesario que estés alerta con todos veinticuatro siete... Y si en algún momento llegas a necesitar algo solo házmelo saber”.

Eso fue lo siguiente que dijo al ver que yo no respondía absolutamente nada y sin más simplemente se fue y me dejó sola con mi cabeza hecha un lío.

¿Puedo saber que fue lo que pasó por su mente cuando dijo aquello?

Cuando estuvimos frente a los demás se comportó de una manera muy distante conmigo y aquí hasta me dice que esto es nuestro hogar.

¡Ahhhhhh!

Que complicados son los hombres.

—¿Puedo saber por qué nuestra anfitriona está tan sola aquí afuera? —una voz proviniente de los árboles que dan inicio al bosque me deja perpleja en mi sitio y la brisa fría vuelve a soplar con fuerza haciendo que me erice por completo incluso antes de ver de quién se trata —¿No debería estar dentro de la mansión, señorita Laura?

El señor Gaspar cuestiona con una voz de autoridad y sus ojos oscuros no abandonan los míos en ningún momento lo que hace que me sienta un poco intimidada; sin embargo mantengo mi postura relajada.

—¿Quiere que le sea sincera? —digo y este asiente entrando al terreno de la casa —Salí a tomar aire, lo mío son los espacios más calmados como este. No digo que no me gusta la fiesta que su esposa hizo por mi llegada, pero creo que he tenido suficiente por hoy. 

—Oh, entiendo —afirma y al estar más de cerca puedo apreciar como intenta controlar su respiración, sus ojos van al piso al estar a un metro de distancia de mí más o menos y yo simplemente observo sus movimientos con atención.

Sé qué, si bien es cierto, es el señor de la casa, pero no parece precisamente un señor, de hecho, diría que parece más un chico de veintisiete años que uno de cuarenta y siete, porque sus facciones gritan juventud por todos lados. Otra cosa que me llamo bastante la atención cuando lo vi por primera vez en su despacho es que tuvo cierto comportamiento infantil y eso no es propio de alguien que dice ser un viejo de casi cincuenta años.

De hecho puedo confirmar que Mason tiene más carácter que él y se supone que este no es un anciano.

>>—¿Y... Ya tomó suficiente aire? Tenemos que entrar a la casa —me señala la puerta que da al interior como si quisiera arrastrarme a fuerzas con él.

¿Qué le pasa?

>>—Venga conmigo, si ya quiere tomar un descanso puedo decirle a Carolina que detenga el festejo —me intenta tomar del hombro para darme la vuelta, pero un fuerte aullido de lobo cerca hace que los dos miremos bosque adentro —maldición... —dice por lo bajo y regresa su mirada a mí —Señorita Laura, entre por favor, ya escucho que por la zona hay lobos de noche y no quiero que esté en peligro. — termina su oración y nuevamente se escucha el aullido del lobo rondando cerca.

La puerta detrás de mí es azotada con fuerza llamando mi atención y tanto mi jefa como la señora Carolina y Spirit observan la entrada al bosque para luego dejar caer sus ojos sobre mí.

—Es peligroso estar fuera a esta hora, Laura —Spirit es la primera en acercarse a mí con cierto nerviosismo y me toma de los hombros —vamos dentro que hay de todo para que comas, incluso creo que la señora Carolina no tendría problema en dejarnos usar la pantalla enorme que hay en una de las habitaciones de la casa para poder ver películas si es lo que más te apetece. —masajea con sus manos mi espalda y dejo que lentamente me conduzca hacia el interior de la mansión.

Aquí está sucediendo algo, nadie me engaña, pero si no les hago caso la que posiblemente termine con el caso de trauma en la base sea yo y me niego a tener que volver a la semana de haber entrado a esta unidad.

Ya tendré más tiempo de investigar.

Con que el bosque, eh...

—Niña, es hora de ir a dentro, mañana hay que trabajar temprano —mi jefa esta vez es la que demanda mi atención al estar con un pie en la casa.

Cambia el tema de conversación en segundos, pero es prácticamente imposible que no me haya fijado en que dejaron al señor Gaspar fuera al cerrar la puerta.

Repito, algo está sucediendo y todos lo saben menos yo, aparte, ¿Dónde está Mason en este momento?

¿No se supone que no se aparta del señor en ningún momento?

—Sí, y mañana yo quiero que me acompañes de compras, por lo tanto, necesito que estés disponible para mí.

—Pero no se olviden de la película que le prometimos ahí afuera a Laura —Spirit me suelta al estar en la barra de la cocina y agarra todo lo que puede en sus manos —Las demás ya la deben haber escogido, pero da lo mismo, debemos disfrutar de la fiesta en honor a Laura, ¡Por Laura! —chilla corriendo hacia la dirección en donde se supone que pasaremos el resto de la noche mientras ambas superiores no dejan de mirar todos mis movimientos mientras me escoltan a dicho salón.

Bueno, algo me dice que tendré una muy seria conversación con Mason después.

Al menos lo que acaba de pasar hizo que me olvidará de sus palabras y me enfocara en esto.

Supongo que es lo único positivo... O tal vez no.




























.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Operación D ©Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz