Cap.15=Antonio

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Capítulo quince
Pov Mason

He de decir que de todos los años que llevo con vida solo he sentido miedo una sola vez y ha sido hoy.

Nunca pensé que el ver a mi mate temblando, con fiebre y desmayada haya alterado tanto mi química, ya que lo único que pensaba era en protegerla a como de lugar, incluso si eso implicaba que todo se descubriera.

No pensaba en nada más que su bienestar y el hecho de que por mi mente se cruzará que ella podría morir solamente hizo que me pusiese más nervioso de lo que ya estaba.

—Alpha —Leprince, la jefa de las amas de llave de la casa me llama desde la puerta trasera que da al patio en donde a ella le gusta estar —ya hice lo que me pidió con respecto a todo lo que se preparó en la cocina, también me tomé la molestía de tomar la temperatura de la luna y su fiebre ha bajado considerablemente.

Sonrío internamente sabiendo que esto me quita un peso de encima y me giro hacia Leprince —Da la orden de que no quiero que nadie se acerque a mi habitación sin mi permiso y quiero que las personas en la casa guarden absoluto silencio, si es necesario que se comuniquen que lo hagan por medio del link, —regreso a mi posición inicial al sentir la presencia de Roy correr de vuelta en mi dirección.

—Entendido, señor —dice y cierra detrás de ella dejándome con una sensación cálida en el cuerpo.

Ya tengo que tachar al doctor de la lista de muertes que tengo pendiente si a ella le pasaba algo. Al final hizo bien su trabajo, pero la persona agitadas y sin aliento que tengo justo delante de mí es más difícil de poner en esa lista, por lo tanto su castigo tiene que ser severo.

—Alpha, le ruego que me deje hablar por unos minutos si es posible —Roy o Antonio el cual es su nombre delante de ella, se arrodilla y baja su cabeza al piso sin poder mirarme —sé que lo que hizo mi mate estuvo mal y trate de corregirla...

Lo corto —Aquí la que debería estar pidiendo por su vida es Carolina, no tú.

—Pero Antonio, por una mierda, si nos tienes corriendo un maratón desde que salimos del cuarto —dice mi beta exasperado —No creo que haya sido para tanto que Carolina haya irrumpido así en la habitación... Al final Molly solo tiene un poco de fiebre y desmayo, porque no está acostumbrada a este clima denso y tiene que adaptarse— levanta la cabeza y sus ojos dan directamente con los míos mientras aún sigue agachado frente a mí —Por favor, alpha, se lo pido... Si quiere déjeme a mí hacer su parte hasta el amanecer... Por favor.

—Si te doy la oportunidad de hacer siempre las cosas por ella —tomo el puente de mi nariz con frustración —no va a respetar mis decisiones así como pasó hoy en la mañana y no estoy dispuesto a que te reveles contra mí por algo así, por lo tanto, simplemente dile que respete la privacidad que hay entre Molly y yo. —bajo mi brazo y lo señalo —no quiero que Carolina vuelva a meterse en mis asuntos, ¿Entendido?

Roy se levanta de donde está con emoción y le doy la espalda para ir de regreso al cuarto. Creo que ya va siendo hora de volver, de lo contrario, puede que ella despierte y huya al regresar en sí.

De eso no me queda duda, a parte...

Sonrío como un idiota recordando la última reacción que tuvo su cuerpo al tenerme frente a ella antes de caer rendida. Inconscientemente me hizo una invitación cordial para estar a su lado y eso jodidamente me encantó, ya que significa que al menos piensa en mí, no como un jefe, sino como alguien que puede ver y tener, aunque es natural la atracción evidente que no vamos a poder ocultar, más que nada, por el tema de que somos almas predestinadas.

—Muchas gracias, Antonio, sabía que en algún lugar de ese corazón podrido tuyo había un poco de bondad. —demanda él corriendo en dirección al bosque y desapareciendo entre los árboles antes de que pueda frenarlo y hacer que tenga que dar más vueltas.

En fin.

Entro a la casa por la cocina y justo al llegar a la sala de estar y antes de subir las escaleras escucho la voz de regaño de Leprince venir de la sala que da al cuarto de cine. Detengo mi ascenso y con cuidado me acerco para escuchar cual es el problema que ha estado atormentando a mi ama de llaves.

—Lo digo en serio, jovencita, el Alpha se molestará mucho si alguien le hace saber a Molly quien es ella para él, así que controla tu lengua y tus actos en frente de ella y llámala por su nombre asignado.

—Yo solo digo que es un poco injusto que se haya fijado en ella primero que en nosotras que hemos estado por tanto tiempo aquí a la espera de que el Alpha nos use.

—Serás... —un silencio abrumador llena la habitación, no obstante Martha sigue con su oración —¿No entiendes que ella es su mate? ¿Qué parte de luna no entendiste? Sinceramente tenerte aquí ya es un trabajo adicional para mí y arriesgo mi propio pellejo por ti y aún así no lo valoras.

—No es como si yo hubiese pedido estar aquí... Todo esto me tocó hacerlo por culpa de mi madre y su maldita enfermedad, —le recrimina esta -yo no quiero estar aquí. —grita y sin más salgo de donde esto haciendo que ambas se sobresalten y bajen la cabeza al piso.

—Alpha, lo sentimos, nosotras no queríamos...

Subo mi dedo índice haciendo que Leprince deje de hablar y me dedico a observar atentamente a aquella chica morena alta quien me escanea rápidamente de arriba a bajo al tenerme cerca.

—¿Quién es ella, Leprince? Cuando la metiste me di cuenta de que era humana y sabía de la existencia de nosotros, pero no te cuestione, ya que sobreentendi que todo lo tenías controlado, pero —cuestiono y cruzo mis brazos detrás de la espalda —para que te hable de esa forma debe ser alguien importante para ti.

—Es la hija de mi hermana mayor, Alpha.

—Es tu sobrina entonces. —desvio la mirada hacia mi ama de llaves y está asiente. —pues para que te hable de tal manera yo creo que no está del todo capacitada para estar aquí —hago una pequeña pausa y subo una de mis manos tomando su mentón y levantando su rostro —¿Y ya sabe que aquí hay reglas aunque seas humano? —vuelvo a preguntar y Leprince baja más la cabeza dándome la certeza de que sí.

—Alpha, la verdad es que yo puedo... —intenta zafarse de mi agarre y la aprieto aún más fuerte haciendo que se queje del dolor.

—Yo no te he mandado a hablar, ni tampoco me interesa mucho lo que tienes para decirme —la suelto bruscamente haciendo que caiga al piso al sentir sus manos sobre las mías y llevo mis ojos de reojos ante ella quien no hace más que agachar la cabeza obediente. Sonrío irónico —Le dijiste a tu tía que es injusto que yo no te haya usado después de mucho tiempo, pero como esperabas que me fijará por un segundo en ti si te trato de esta manera y quedas doblegada a mis pies —le doy la espalda —yo estoy seguro que si yo le hago esto Molly, ella no va a dejar eso por alto, a parte, también escuché algo referente a qué alguien le diría algo a ella, —observo por encima de mi hombro —si yo me entero que alguien arruina todo lo que me ha costado mantenerla conmigo no voy a dudar ni un segundo en mandarlo a la mazmorra, sea quien sea. Ahora, si me permiten. —camino con dirección a las escaleras dejándolas a ellas en el salón y doy un largo suspiro antes de seguir adelante.

Bueno, ahora a ver qué tipo de reacción pone cuando me vea estar a su lado.















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Operación D ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora