Cap.20=Paciencia

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Capítulo veinte
Antonio

La brisa fresca de la primera mañana del mes me da justo en todo el cuerpo haciendo que enfríe mi cabeza después de lo que pasó con ella en la mansión.

Hui como un maldito cobarde.

Cruzo mis brazos teniendo el sol como visión principal mientras poco a poco va subiendo al cielo, recuesto mi cuerpo a la base del árbol de pino que tengo detrás y cierro los ojos aspirando el agradable aroma a viento puro, ya que es lo mismo a lo que huele.

¡Maldita sea!

¡¿Ahora qué es lo que se supone que le voy a decir cuando me siga insistiendo con eso?!

Junto mis cejas molesto conmigo mismo por ser demasiado estúpido y no medir mis palabras, no obstante, también es muy cierto que con ella no mido mis pensamientos y razonamientos y ahora que sé que la toque, mucho menos voy a medir mis acciones.

El solo hecho de pensar nuevamente en como su cuerpo se amolda perfectamente al mío, como sus labios medio rojos naturalmente se sincronizaban con los míos y como inconscientemente se aferraba a mí, hacen que quiera volver corriendo y mandarlo todo a la mierda, pero aún creo que es demasiado pronto. 

No debo hasta estar completamente seguro de que si le cuento ella no va a ir corriendo a contarle a los demás sobre la existencia de nosotros.

Sacudo mi cabeza dejando todos los pensamientos de lado y bajo la vista al reloj en mi muñeca que marca casi las seis y media de la mañana. Es hora de volver, ya que lo más probable es que Molly ya esté despertando y debo estar ahí para que nadie meta la pata. 

Al final, ese es el trabajo de un Alpha. 

Me giro con dirección a la mansión y doy un largo suspiro sabiendo que lo único que puede que me espere de parte de ella sea solo rechazo, pero estoy dispuesto a cargar con esas consecuencias. 

Es mi error y debo asumirlas. 

¿Listo, Nataniel? 

Listo para salir, Antonio. 

Dejo que mi lobo salga al exterior llamando la atención de los gamma que hay rondando los limites de la manada y comienzo a correr con dirección a la casa, no sin antes inspeccionar todo a mi al rededor y ver que no haya nada fuera de su lugar. 

Ahora más que nunca debo tener cuidado con los limites de la manada, porque el padre de mi ex prometida debe tener represalias hacia mí y no dudará en atacarme cuando menos lo espere. 

Ese es otro tema que debo resolver, el tema de Azane y su padre, no obstante, no tengo tiempo para manejarlo todo a la vez, no con ella cerca y vigilando todos y cada uno de los movimientos que hago. 

Necesito distraerla al menos con otra cosa que le parezca mucho más interesante que lo que yo le hice creer en la habitación.

Llego a la parte trasera de la casa principal y me cercioro de que no haya nadie antes de convertirme, camino descalzo hasta la puerta que da la entrada a la cocina y justo al abrirla me pega de lleno su olor en la nariz lo que me confirma de que está cerca. 

Entro haciendo que las de servicio, dirigidas por Leprince, se levanten inmediatamente de sus asientos dejando el desayuno de lado, pero antes de que todas me saluden formalmente hago un gesto para que guarden silencio y se vuelvan a sentar, poco a poco me acerco a la puerta que da hacia la entrada de la mansión y agudizo mis oídos escuchando la conversación entre Roy y Carolina y la cual también sé que está escuchando Molly. 

—A ver, Carolina, ya te dije que que él me recalcó que no quería que estuvieses molestándola por más actos de servicio que quieras hacer para verla bien y enmendar las cosas, así que ya deja la terquedad, por favor.

—Pero solo quiero hablar con ella para hacerle ver que te está explotando y te deje tranquilo un poco, eso es todo.

—¡¿Y como piensas decirle a ella que no sabe nada de nosotros algo como eso?!

—Ya encontraré una manera de hacer que ella lo sepa para que indirectamente...

—Mira, Carolina, ya he tenido suficientes problemas por ti con todo lo que ha pasado, así que te pido amablemente que no hagas nada más que me pueda poner otra vez mal, porque si Antonio te vuelve a poner otro castigo esta vez no te voy a salvar.

—¿Pero acaso no te das cuenta de que todo esto lo hago por ti, Roy?

Esto ya se les está saliendo de las manos y los muy tontos aún no se dan cuenta de que mi mate está justo detrás de ellos. 

Ah, diosa luna, dame paciencia con el beta que me diste y su mate, ya que si no es por mí va a ser por ellos que Molly descubra lo que está pasando y si las cosas salen mal los voy a hacer sufrir vivos. 

Doy un suspiro de cansancio antes de abrir la puerta por completo haciendo que las tres personas que yacen en el living se queden perplejas observándome. 

—Buenos días, —remarco en dirección a la pareja —espero que estén teniendo un buen inicio de semana, jefes —carraspeo indiferente y dejo que mis ojos suban a los de ella quienes me miran curiosos y a la vez pensativos. 

Supongo que es lo normal después de lo que paso. 

Bajo la visión a sus labios instintivamente después de tener un panorama entero de como está y aprieto mi mandíbula mientras trago grueso conteniendo a Nataniel quien no quiere mas que lanzarse de lleno contra ella y hacerle saber que es nuestra. 

Contrólate, no me hagas esto ahora, maldito lobo. 

Sabes que estamos entrando en esa semana... No voy a reprimirme sabiendo que la tengo en frente y solo quiero que este pegada a mí. Su olor me va a volver loco, Antonio. 

Nos, Nataniel. Su olor nos va a volver locos, pero tienes que aguantar. 

—¡Mason! — chilla Carolina viniendo en mi dirección y le doy una rápida mirada para que se frene antes de poder rodearme con sus brazos haciendo ver de que todo está bien —¿Qué tal todo, cariño? —cuestiona volviendo a resguardar sus brazos y subiendo la vista hacia las escalera notando a Molly con nosotros —¡Pero si también está tu hermanita con nosotros! —mi supuesta jefa finge sorpresa, pero lo agitado de su corazón me demuestra lo contrario.

Sabe que está en problemas conmigo, de nuevo.

>>—¿Cómo estás, Laurita, todo bien? ¿Ya no te duele nada o aún sigues en recuperación? —sube hasta donde está posicionada mate y la rodea por los hombros con sus brazos para hacerla bajar lentamente.

Los ojos de Molly no dejan los míos en ningún momento y la tensión palpable entre los dos comienza a notarse en el ambiente.

Carraspea llevando la vista a sus pies —Baje, porque Britney me despertó y pensé en ir a desayunar con las chicas mientras la señora Leprince habla con ella, espero que eso no me de inconvenientes con ninguno de los presentes aquí —agarra uno de sus brazos de manera nerviosa y le da una rápida mirada a Roy y Carolina.

—No, no hay ningún inconveniente con que hagas lo que tú quieras en la mansión, es más, dinos que es lo que necesitas y nosotros lo hacemos por ti—el chico astuto que tengo como beta se pega de Molly al igual que su pareja predestinada sabiendo que esto los puede salvar un poco de mí y levanto una ceja mientras cruzo los brazos adoptando una pose de ironía.

¿Es en serio?

—Ustedes son mis jefes, yo debería atenderlos, no ustedes a mí, así que no se preocupen —mi chica de ojos verdes se suelta de su agarre y da un paso al frente quedando justo delante de mí, da media vuelta dándome la espalda y escucho atentamente lo que sale de su boca —lo único que si me gustaría es que me aclarará el tema de los nombres de usted, sr. Gaspar, ya que un día es Gaspar, otro Roy, y otro Antonio y sinceramente estoy bastante confundida con eso.

Molly habla sin ningún tipo de titubeo en sus palabras mientras que yo solo me dedico a observar a las dos personas que tengo delante de mí sabiendo que con esto pueden suceder dos cosas. La primera es que ellos respondan bien y que todo lo que le ronda por la cabeza a mi mate sea solucionado o, la segunda, es que puede que ninguno de los dos sepa que contestar y solo hagan que ella cree mas dudas de nosotros en su mente.

¡Ah, diosa!

Dame paciencia.

...

Operación D ©Where stories live. Discover now