Cap.5=Explicaciones

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Capítulo cinco

No era ninguna mentira lo de la fiesta.

Literalmente justo en la tarde, cuando apareció el señor de la casa, fui arrastrada por la señora Carolina hasta el despacho del señor Gaspar dónde también yacía mi famoso y leal hermano quien al escuchar el plan de la misma simplemente se encogió de hombros y dejo que su jefe decidiera por él también.

“¡Haz que se lo pase a lo grande! ¡Por los hermanos!”

Después de dicha frase brindo con Mason del whisky que estaban tomando y mis ojos no evitaron recorrelo por completo mientras me preguntaba a qué es lo que se supone que está jugando aquí.

—Jefa —le habla a la señora Leprince una de mis supuestas compañeras sacándome de mi viaje por el pasado en el cómodo sillón de descanso en el que estoy por haber terminado mis labores —simplemente no es justo que la nueva tenga una fiesta y usted lo permita y nosotras que llevamos mucho más tiempo estemos aquí y nunca nos haya dado un solo reconocimiento de que lo hemos hecho bien. —las tres mosqueteras le reclaman a nuestra jefa y esta última solo toma el puente de su nariz de manera frustrada.

—No es decisión mía, es de la señora Carolina; aparte, no podemos tratar a Laura de manera despectiva, ya que su hermano es el joven Mason y si bien es cierto, creo que ella —me señala —acata mejor las órdenes que ustedes que se ponen a espiar a los jefes. —se cruza de brazos y les lanza una de sus miradas matadoras —¿O acaso creen que no me he dado cuenta como ven a Mason y al señor Gaspar?

—Pero jefa es que ellos son... En especial el señor Gaspar... Ahhh —la líder del grupo de mosqueteras, en este caso Britney, da una sonrisa de boca cerrada y se sonroja mientras que Yessica y Vivían juegan con su cabello, sin embargo, justo en ese momento, suena en seco el sonido de la cachetada que le da mi jefa a la que inicio todo este show.

Uy, eso dolió y no fue a mí.

La acusa con su dedo índice —Si no fueses hija de mi hermana que necesita que la ayude con dinero por su discapacidad juro que ya te hubiese despedido. Aquí se viene a trabajar, no a estar soñando con un cuento de hadas y ver si le robas o no el puesto a la señora Carolina quien es la que, al fin y al cabo, te da de comer. — Britney posa sus manos sobre su mejilla roja y sin pensarlo sale corriendo del cuarto de descanso no sin antes darme una mirada filosa. —¿Y ustedes dos qué? — cuestiona —¿terminaron de hacer lo que tenían que hacer en la mansión o es que ambas vinieron a lo mismo que Britney?

—No señora, nosotras ya nos íbamos. —sin despedirse dejan el cuarto de descanso y mi jefa me observa atentamente para después de unos segundos dejar salir un largo suspiro.

—Lo siento por ese alboroto, pero es que estás en el punto de vista de todos aquí, incluso de los choferes, y es bastante frustrante que no me dejen ni respirar tranquila por ti.

Niego desinteresada y recuesto mi cabeza del sillón teniendo un punto fijo en la pared blanca —Entiendo que en este momento el tema de conversación sea yo, pero creo que lo que no debería hacer usted es frustrarse, simplemente ignore a las personas que le digan algo de mí y trateme como a otra chica más.

—Justo lo que dijo mi hermanita es lo que usted tiene que hacer señora Leprince —giro mi cabeza hacia la puerta que es de dónde viene su voz y veo como se aproxima a nosotras sin una pizca de inseguridad —o que hablen conmigo y yo puedo aclarar ciertos malos entendidos, —posa su mano sobre el hombro de mi jefa y esta asiente retrocediendo.

—Entendido señor Mason —dice y sus ojos se desvían a mí —Laura, ya tienes el día libre. Ahora si me disculpan, tengo algunas cosas de que encargarme en la cocina para la fiesta de más tarde. —y con esto se encamina a la salida de la habitación y cierra detrás de ella dejándonos completamente solos.

Operación D ©Where stories live. Discover now