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Los últimos días para Yoongi estaban siendo un infierno, la estaba pasando horrible con lo del comeback y también con su vida en general, sentía que todo lo que hacía no importaba, que nadie se daba cuenta del esfuerzo que hacía por mejorar, así que era en vano. Además, su manager y CEO estaban presionandoles a los chicos de que mejorarán sus pasos de baile, también su canto y rap para los raperos y a pesar de que hacía todo, el sentía dentro suyo que solo empeoraba las cosas, tanto con BTS como personalmente y eso estaba ocasionando que sintiera desesperación. Estaba sentado en la silla de su estudio, tomando su cabeza entre sus delgadas manos, agarrando sus cabellos y tirando de ellos; estaba por colapsar pero se mantenía fuerte para no hacerlo. No quería seguir arruinando las cosas para nadie.
Su cabeza dolía tanto que incluso podía sentir los latidos de su corazón en ella y eso le molestaba ya que no le dejaba concentrarse al cien por ciento, además de todas las voces que se escuchaban fuera de su estudio hacia que prestará más atención en ello que en su computadora. "Esto no es bueno para nadie, menos para Yoongi" "Procuremos el no decirle, aunque solo sea para peor" Aquello hizo que se pusiera de pie y pusiera contra la puerta su oído para seguir escuchando lo que decía Namjoon y Taehyung y que al parecer no era bueno.
—Vaya jodida mierda. —dijo con voz temblorosa.
Sus manos, al igual que su voz, temblaban y Yoongi no sabía por qué, normalmente no le prestaba atención a ese tipo de señales que su cuerpo le daba y que necesitaba atención médica. Aún así, ignoró aquello y siguió con lo suyo. Sentía que aún podía escuchar las voces pero está vez no eran de los chicos, sino que provenía de su cabeza, decía cosas como "Inútil" "No lo lograrás" entre otras cosas más que causaban que sus manos temblaran aún más, al igual que su pie. No podía pensar claramente con todas esas cosas así que decidió darse unos 30 minutos para descansar y así poder seguir con su trabajo el cual todos esperaban que fuera fenomenal. Se recostó en su sofá, tomando su móvil y revisando sus redes sociales esperando no encontrarse con nada que le hiciera estresar o aumentar más esa sensación que sentía.
Ese día irías de sorpresa al estudio de Yoongi, a él le gustaba mucho cuando llegabas sin avisar ni nada, nunca tuvo problema con ello a pesar de todo el trabajo que tenía, pero que dejaba de lado para darte toda su atención. Habías preparado un poco de postre para llevarle y cuando ya tenías todas tus cosas preparadas fuiste rumbo a la empresa. Te sorprendiste que, cuando llegaste, viste a los seis chicos fuera del Genius Lab, unos lucían preocupados y otros asustados, temiste el que pudo haber pasado.
—¿Que sucede? ¿Por qué están todos acá? —preguntaste con preocupación.
—Ooh noona, llegaste por fin. —dijo Jungkook —Yoongi hyung ha estado ahí dentro por cuatro horas y no nos ha respondido las llamadas.
—Estamos preocupados. —dijo Jin.
Tocaste un par de veces su puerta y efectivamente y tal como habían dicho los chicos no había respuesta alguna por parte de tu novio. Recordaste que Yoongi anteriormente te había dado la contraseña para su estudio en caso de que sucediera cualquier cosa, y ahora mismo estaba pasando. Cubriste un poco la pantalla para que los demás no viesen ya que, aún siendo un momento de suma importancia, respetabas la privacidad de Yoongi. Una vez que la puerta se abrió, viste el porqué no contestaba ningún llamado; el pelinegro estaba en posición fetal sobre el sofá, tirando sus cabellos, con su cuerpo tembloroso y soltando leves y casi inaudibles sollozos. Rápidamente corriste hacia él, dejando las cosas que traías a un lado para acercarse al chico que lloraba como un niño pequeño.
—Mi amor, ya estoy aquí contigo. —dijiste acariciando sus cabellos negros.
Se abrazó a ti al instante que sintió tu voz.
—Tengo miedo, jagiya. No sé que pasa. —lloró.
Sabías que le estaba dando un ataque de ansiedad, que por toda la presión laboral que tenía sobre sus hombros causó que se sintiera de esa manera hasta que colapsara. Yoongi estaba aferrado a su pecho, llorando y temblando, sintiéndose tan vulnerable e indefenso que no quería que nadie le viese en esa situación, así que los chicos que miraban preocupados se fueran del estudio de Yoongi. Lloraba y lloraba deseando que esa incómoda sensación se fuese ya y que le dejase tranquilo. Aunque no pudiese pensar con claridad, agradecía que estuvieses ahí con él, dándole apoyo y manteniendole con los pies en la tierra para no hacer nada que pudiese atentar consigo mismo.
Finalmente y después de un par de minutos Yoongi se quedó dormido con lágrimas en sus pequeños ojos.
