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Estaba siendo un mes agotador para Yoongi; grabar RUN, programa de variedades, viajar al extranjero, comeback, todas esas cosas hacían para el pálido todo tan cansador, que igual a causa de eso olvidó ciertas fechas importantes pero él sabía que lo entenderías, al final sabías todo el exhausto trabajo que tenía tu novio por ser idol. En la empresa tenían programado que el regreso de BTS se llevará a cabo en mayo y todos, absolutamente todos, estaban vueltos locos, sobretodo el líder del grupo y el rapero, ya que ellos producían y grababan las canciones, pero últimamente habían tenido un problema con la canción inicial del álbum el cual sabía que no podrían alcanzar a terminar. ¿La razón de eso? los equipos por alguna extraña razón dejaron de funcionar y todo el trabajo que tenían se fue prácticamente a la basura. Namjoon y Yoongi no podían más con el estrés que eso les estaba causando.
—La única manera de solucionar esto es volver a grabar. —mencionó Namjoon.
—Vaya mierda. —Yoongi reclamó —Estaba casi lista la canción y este equipo que es una mierda dejó de guardar.
Estaba con los pelos de punta; jamás habían pasado por cosas así con los materiales que tenían, algunas veces si, de vez en cuando el computador se quedaba congelado pero nada grave y esto para Yoongi era el colmo. Quería terminar luego para irse a su casa a dormir todo el día. Estaban tan concentrados en terminar el álbum que nadie se acordó que era marzo, para ser exactos 9 de marzo, fecha en donde Yoongi cumplía años, algunas personas de paso le desearon felicidades por su día, pero nada más a parte de eso. En cambio, por tu parte le tenías toda una fiesta sorpresa al pelinegro, sabías que estos días estaban siendo difíciles para él y querías darle aunque sea un día en dónde no pensará en otras cosas. Habías comprado un pastel, serpentinas, gorros de cumpleaños, un regalo por supuesto y algunas cosas para comer. Estabas feliz por celebrar su cumpleaños número 28.
No era el primero que pasaban juntos, pero como siempre querías darle lo mejor en su día. Decoraste la planta baja del departamento, con guirnaldas, serpentinas y todas esas cosas, pusiste las cosas para comer en platos los cuales dejaste sobre la mesa, mientras que el rico pastel esperaba en el refrigerador. Envolviste el regalo que habías comprado y el cual te tenía muy feliz a qué lo abriera; era un notebook de gama alta especialmente para cuando tenía que viajar o hacer cosas fuera del estudio, así podría andar trayendo sus trabajos a todos lados. Esperabas paciente a que llegara a casa, querías mimar tanto a Yoongi hasta que se aburriera de ello. Las horas pasaban y nada, no aparecía en casa y ni siquiera contestaba tus llamadas, eso hasta que escuchaste las llaves abrir la puerta.
Te pusiste un gorrito de cumpleaños y tomaste otro para el pálido.
—¡Feliz cumpleaños! —gritaste una vez que entró a casa.
El solo te miró sin ninguna expresión.
—Sabes, tuve un día horrible, solo quiero descansar. —dijo para después ir a la habitación que compartían.
—¿No vamos a celebrar tu cumpleaños? —ibas detrás de él, preocupada por lo cansado que se veía.
—Por favor, no insistas. No tengo ánimos de celebrar nada.
—Aunque sea come un poco de past...
—¡Que no, no quiero, no tengo ánimos, estoy cansando! ¿¡Que es lo que no entiendes, por la mierda!? —gritó ya cansado.
Por inercia retrocediste, asustada por el repentino grito que Yoongi te había dado. Saliste de la habitación sintiéndote dolida por lo que había pasado, pero con cierta culpa ya que habías insistido cuando perfectamente notaste que se veía harto de la situación. Lloraste por qué bueno, no esperabas que eso sucediera, por otra parte y dentro de la habitación se encontraba Min, recostado en la cama y sintiéndose culpable por la manera en que te había alzado la voz, eran muy pocas las veces en dónde gritaba y si lo llegaba a hacer era porqué ya estaba cansado, pero aún así no quería ponerlo como excusa, se había comportado mal y lo sabía muy bien. Sin poder descansar, bajo a la primera planta, viendo que aún seguía todo decorado tal cual como llegó; una punzada llegó a su pecho. Dirigió su mirada a la mesa del comedor dónde había un regalo, envuelto con papel azul y una cinta de color amarilla.
No tuvo que pensarlo dos veces para ir detrás tuya, quería pedirte disculpas por como había actuado, tanto en la habitación como cuando llegó a casa. Cuando te encontró te vio envuelta con una manta, escuchando como soltabas sollozos, su corazón se rompió.
—¿Amor? ¿Podemos hablar? —dijo con un tono de voz triste.
Destapaste tu cara. Yoongi sonrió ante ello.
—Lamento las cosas que dije ahí arriba, no era mi intención gritarte de esa manera.... ¿Aún quieres celebrar mi cumpleaños? No siempre se cumplen 28 años.
Y eso hizo que una sonrisa se formará en tu rostro. Celebraron durante toda la noche; cantaste el cumpleaños feliz, comieron pastel y Yoongi abrió ese regalo que tanto querías que viese, su rostro se iluminó y una gran sonrisa te dió cuando te miró, se lanzó a tus brazos y beso todo tu rostro al mismo tiempo que agradecía por todo.
