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Que se sintiera celoso y molesto al mismo tiempo era algo difícil para Yoongi ya que nadie, ninguna de sus parejas anteriores le había hecho llegar a tales extremos, decía que tener esos sentimientos era de inseguro y por supuesto, esa palabra no definía para nada al grandioso AgustD. Actualmente se encontraba en una relación donde las cosas eran buenas, en algunos momentos llenas de intensidad pero no de la mala, sino una de la que le gustaba; podía ser un pervertido o lo que fuese, pero aquella tensión que se creaba en momentos donde estaban solos le gustaba. Sonreía de tan solo pensarlo. Sin embargo, se mordió su propia lengua cuando aquel día te vio muy pegada junto a un tipo, que ni siquiera conocía, el cual te sonreía y hablaba como si fueses su novia, eso hizo que algo amargo creciera en su pecho junto con un malestar lo que hizo estar de mal humor durante todo el santo día. Y claro, aquellas molestas sensaciones causaron que mirase mal a quien fuese ese estúpido hombre.
No eras famosa, Yoongi sabía que esas cosas no te interesaban pero si eras estilista en su empresa, por ende tenías que hablar con mucha gente además de él, sobre todo con hombres, lo que le molestaba todavía más. Vio como tocaba el cabello de la misma persona de antes, como lo peinabas y masajeabas, también como sonreias a cada cosa que ese extra te contaba, admitía que eras hermosa cuando hacías x cosa, pero solo con él. Se sacó los audífonos de manera casi abrupta, levantándose sin importarle que la estilista que peinaba su cabello hiciera su trabajo, caminó hasta ti de manera segura, deteniéndose justo a tu lado escuchando un poco mejor la conversación. "Que agradable eres" te escuchó decir, cosa que lo cabreó.
—Quiero que me peines. —interrumpió el trabajo qué hacías con el otro chico.
—Disculpe, Yoongi, pero en este momento estoy ocupada. —hablaste sin mirarlo. —Si quiere y le apetece en unos minutos más voy con usted para atenderle.
La manera en que le hablabas a tu novio hizo que éste sonriera de manera irónica. Pasó su mano por su mandíbula sin dejar de mirarte, asintió sin más y volvió a dónde estaba antes, sentándose de mala manera y murmurando cosas audibles solamente para él. Al paso de unos minutos, Yoongi finalmente fue libre de la estilista que solo tironeaba su cabello, sintiéndose aún algo molesto porqué su novia prefirió quedarse con otro hombre tocándole el cabello que a él mismo. El día de trabajo había terminado y no te había podido ver durante toda la tarde, solamente esa vez que le habías rechazado y nada más, por lo que regresó a su penthouse, sí, penthouse, con un sabor amargo en su boca, pero que se apaciguó cuando te vio por la cámara de la entrada. Fue hasta allá, pero no sin antes despojarse de sus prendas anteriores y ponerse unas más cómodas y con cómodas se refería a una musculosa negra y shorts del mismo color. Al momento de abrir la puerta no dijo nada, solo te miró desde arriba ya que era más alto que tú, haciendo que te sintieras pequeña y casi regañada por la mirada tan afilada que tenía.
—H-Hola, Yoonie. —tartamudeaste un poco, sintiéndote avergonzada por ello.
—¿Ahora soy Yoonie? Irónico, ¿No, bebé?
Sabías que estabas en problemas puesto que solo utilizaba el "bebé" cuando algo le molestaba o irritaba, y lo sucedido en la tarde lo había más que enojado. Solo lo miraste inocentemente, haciendo que el susodicho se colocará a un lado de la entrada para dejarte pasar a su gran hogar. Quedaste de pie ahí en medio sin saber que hacer, siguiendo al pálido con tu mirada esperando a que dijera o hiciera algo, pero solo se sentó en su sofá, colocándose los lentes y leer uno de sus tantos libros. Fuiste dónde él, sentándote bien pegada a su lado mientras recostabas tu cabeza en su hombro. No sabías que decir, lo único que sabías era que estaba enojado y que lo estaba contigo, algo que terminaría bien o mal.
—Yoonie, ¿estás molesto conmigo? —la pregunta incluso lo ofende. Era más que claro que lo estaba.
—¿Y que harás si lo estoy? ¿Me suplicarás? Aunque eso no estaría mal, me gustaría verlo. —sonrió.
—¿Es por lo de la tarde? Lo lamento, pero tenía un trabajo que hacer y no podía dejarlo a medias, incluso tú tenías a una esti...
Tu espalda chocó contra el sofá y un cuerpo fornido que conocías perfectamente se posicionó sobre el tuyo, acorralandote entre sus fuertes brazos. Sentías esa mirada penetrante y afilada que te veía con enojo o eso creías, la verdad era que no podías pensar en nada más que en ese guapo hombre que estaba arriba tuyo.
—Sabes, bebé, aunque nos hayamos visto solo en la tarde y luego de que rechazaste "reemplazar" a la inservible estilista que me tocó, aún me siento molesto. —habló mientras se acercaba más a tu rostro. —Mmm, diría más que verte muy amable con ese tipo me molestó más.
—¿Estás celoso, Min Yoongi? —le seguiste el juego. —Es mi trabajo el ser amable con ellos si quiero mantener mi trabajo.
—Sí, pero puedes tener un margen.
Besó tus labios antes de decir cualquier otra cosa, pegando su pecho contra el tuyo, manteniendo firmemente agarradas tus manos para que no lo tocaras. Habías perdido tu oportunidad para hacerlo y ahora no tendrías una segunda oportunidad, lo que te comenzó a desesperar porqué en ese momento solo querías pasar tus manos por toda su ancha y fuerte espalda. Querías forcejear pero era imposible hacerlo, Yoongi te sobrepasaba por mucho en tema de fuerza, así que solo te dejaste dominar por él. Sus suaves labios bajaron por tu cuello, depositando besos y dejando un par de lamidas que hicieron estremecer tu sensible cuerpo. Abriste tus piernas para permitirle más el paso y permiso de hacer lo que quisiera y en un momento en dónde creiste que las cosas se pondrían más calientes, Yoongi mordió tu cuello haciendo que soltases un fuerte gemido.
—Lo lamentaria, pero me siento muy molesto como para hacerlo.
Negaste sin importar eso, no te importaba si no te daba las disculpas, tu cuerpo lo había disfrutado y pedía más de eso. Entre besos y toqueteos por parte del pálido, sentiste como sus manos subieron por tu abdomen hasta llegar a uno de tus pecho, masajeando y apretando éste a su manera, a ese punto no podías más con la exitacion que sentías, querías que te tocará, maldijera o lo que fuese, pero en el mejor momento de la situación, Yoongi dió un último beso en tus labios y se separó completamente, dejándote con las ganas de más.
—Esas son las consecuencias de lo que hiciste, bebé. Si quieres más, ruega por ello.
Y se fue sin más. Sabías que en el momento que Yoongi se molestaba o se ponía celoso de quién fuese, era inevitable ver esa faceta tan dominante que tenía cuando la noche caía y solo estaban ustedes en la habitación, pero no creiste que te dejaría ahí con las sensaciones a flor de piel. Aunque admites que verlo celoso y dominante era algo que te gustaba y que a veces provocabas aún estando consciente de ello.
Yoongi era un hombre espectacular, sobre todo estando en situaciones así.
