| Capítulo 4 |

289 44 281
                                    

GISELLE

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

GISELLE

Ya habían pasado diez noches desde aquel fatídico día en que nos enteramos de la leucemia de mamá. Mi padre y Jason se quedaron por tres días y luego regresaron a Los Ángeles, prometiendo que en menos de una semana Jason volvería con su maleta para pasar el verano aquí. Ese día había sido ayer, y ahora, Jason, las chicas, mamá y yo salíamos del ascensor del hospital para ir a la habitación e iniciar el tratamiento de quimioterapia.

La Dra. Farmer ya nos había explicado a mi padre y a mí el proceso al que se sometería mamá. Aunque no se sabía exactamente cuánto tiempo duraría su recuperación, ya que mamá estaría en tratamiento continuo hasta que su recuperación fuera completa, nos habían advertido de que podrían pasar varios meses, dependiendo de su respuesta a la quimioterapia.

El ciclo que iniciaría hoy duraría un poco más de cuatro semanas, y consistiría en la administración de quimioterapia en forma de infusiones intravenosas. Al finalizar el primer ciclo, los médicos realizarían evaluaciones para determinar si sería necesario ajustar la dosis o continuar con el mismo régimen.

La doctora nos informó que estaban estipulados tres ciclos, y que, si la respuesta de mamá a la quimioterapia era positiva y mostraba recuperación, entonces se reevaluaría para saber si sería necesario continuar con un cuarto ciclo. Si no hubiera una respuesta adecuada, entonces se considerarían otras opciones de tratamiento, como un trasplante de médula ósea o un tratamiento con terapia dirigida, aunque todos rezábamos para no tener que recurrir a esas elecciones.

—¿Lista, Olivia? —le preguntó Greta mientras la dirigía hacia un cómodo sofá ortopédico.

—Tengo a tanta gente echándome porras que es imposible no sentirme lista —respondió mamá riendo.

—Te lo dije —Greta le recriminó a mi madre, mientras una enfermera entraba y preparaba su brazo para colocar la intravenosa —. Tomen asiento, chicos. El tratamiento tardará un par de horas.

Las chicas se sentaron en un sofá cerca de la puerta de la habitación mientras Jason eligió uno individual y yo me quedé de pie a un lado de mi madre.

—Van a aburrirse, chicos. Pueden ir a comer mientras yo me quedo —empezó a decir mi madre.

—Ni hablar —dije tomándola de la mano.

—Giselle, no puedes obligarlos a estar aquí —me regañó bajo.

—No vine obligado, Olivia —corrigió Jason desde el sofá.

—Sí, nadie nos obligó. De hecho —Gianna sacó una baraja de cartas UNO de su bolsillo—, vinimos preparados para romper amistades.

—¿En serio las trajiste? —Ainara le arrebató las cartas y sonrió con desafío cuando las empezó a barajear como una experta—. No me vengan con lloriqueos cuando les gane.

Gemelos Macallister [ACTUALIZANDO] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora