| Capítulo 17 |

234 28 257
                                    

GISELLE

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

GISELLE

Leí el mensaje de Yurina en nuestro chat y no pude evitar esbozar una sonrisa al ver que la caja del regalo de Ainara había llegado a salvo a su casa. Al final, había optado por enviar el paquete al domicilio de Yurina para que ella se encargara de envolverlo y hacerlo lucir bonito para la fiesta. «La fiesta...». De repente, pensar en la celebración de Ainara provocaba un sutil temblor en la comisura de mis labios, traicionando mi expresión alegre. Respiré profundamente, tratando de controlar mis emociones, y envié un sticker lanzando muchos besos. Bloqueé el celular después de recibir su respuesta y...

De improvisto, un chorro de agua fría salpicó mis zapatos, obligándome a retroceder y soltar un quejido involuntario.

—¡Eizan! —exclamé dando un pisotón, levantando agua del charco bajo mis pies y al mismo tiempo cerrando el puño con fuerza. Mi voz resonó en la inmensa área de natación del colegio, pero afortunadamente estábamos solos.

El aludido soltó una risa traviesa antes de sumergirse en el agua y propulsarse hacia arriba para salir de un impulso de la piscina. Al emerger, se sentó en el borde, retirándose la gorra de natación y agitando la cabeza, lo que provocó que algunas gotas de agua salpicaran en mi dirección.

Contuve un gruñido y volví a retroceder, manteniéndome fuera de su alcance. Una vez terminó de sacudirse como perro, Eizan apoyó ambas manos en el suelo, a cada lado de su cuerpo, y arqueó la espalda. Su cabeza se inclinó hacia atrás, su cabello, más largo de lo normal, cayó grácilmente por la fuerza de la gravedad y sus ojos se encontraron con los míos, irradiando una chispa juguetona.

—¿Ya te has divertido? —le espeté, con evidente irritación. Eizan volvió la cabeza hacia adelante y asintió. Rodé los ojos y, tras guardar mi celular en el bolsillo del saco, me aproximé a su lado, mis zapatos chapoteando por el agua que habían absorbido. Maldito.

—Deberías quitarte eso —sugirió, observando mis zapatos. No lo digné con respuesta. Ante mi silencio, levantó la mirada lentamente, siguiendo el trayecto de mis piernas hasta mi rostro—. ¿Estás enojada? —preguntó como si le sorprendiera.

Solté un bufido.

—No —respondí, con un tono notoriamente sarcástico—. Me encanta llevar las calcetas empapadas, Eizan. Con este calor, realmente se agradece.

Eizan desplegó una sonrisa.

—Pues de nada —se atrevió a decir.

Solté un suspiro profundo y decidí dejarlo pasar. Doblé las rodillas para ponerme a su altura, procurando mantener cierta distancia de la orilla de la piscina. No tenía intenciones de darme un chapuzón.

—Así que tienes una competencia el próximo mes. —Me aseguré de sonar amigable. Quería mostrar iniciativa para mantener una conversación sin pleitos, lo contrario de lo que habíamos estado haciendo durante todo el día.

Gemelos Macallister [ACTUALIZANDO] +18Where stories live. Discover now