| Capítulo 9 |

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GISELLE

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GISELLE

Con paso ligero y un suave silbido de alegría en mis labios, me encaminé hacia mi primera clase. Era curioso, pero al despertar esa mañana y contemplar el uniforme escolar, una extraña sensación de felicidad y emoción se apoderó de mí.

«No es de extrañar, Giselle. Sabes exactamente por qué te sientes así». «Ethan, Ethan, Ethan». Pensaba en mi cabeza.

Entré al aula, bebiendo un sorbo de chocolate caliente de mi termo que había preparado antes de salir de casa. La mayoría de los alumnos ya estaban allí, incluido mi compañero de pupitre. Me acerqué a él, ajena a las miradas que se dirigieron hacia mí. Coloqué mi termo en la mesa y dejé la mochila en el suelo antes de sentarme. Darrell observó cada uno de mis movimientos, como era su costumbre, con la diferencia de que no me hizo saber lo molesta que era. El pelirrojo se limitó a seguir mirándome, con una expresión impasible, acostumbrado ahora a verme llegar, o eso creí.

—¿Quieres? —Le ofrecí el termo cuando noté que no dejaba de mirarme.

Darrell parpadeó lento y finalmente apartó la mirada para dirigirla al frente. No pensé que su respuesta había sido extraña. O quizás un poco. Porque no me insultó.

Saqué mi celular del bolsillo de mi saco y me distraje un momento en Instagram. No estaba mirando hacia la puerta cuando los gemelos entraron, pero pude sentir cómo el ambiente cambió con su llegada. Me puse nerviosa, pero levanté la vista del celular con una sonrisa y... la expresión me cambió por completo. Ethan no me miró, pero yo a él sí y su mirada era severa, había fuego en sus ojos y su cuerpo se veía tenso. Se acercó a Mari, quien aún no se había percatado de su presencia, y estampó una mano con fuerza sobre la mesa para llamar su atención. La chica se sobresaltó.

—¡¿Quién se atreve...?! —Mari se quedó muda e inmóvil cuando se dio cuenta de quién se trataba.

Ethan respiró profundamente, como si intentara controlar su ira, pero sus ojos seguían ardiendo con intensidad. Su hermano, que permanecía de pie junto a la puerta con los brazos cruzados, lo observaba con el rostro ligeramente preocupado, pero sin intenciones de detenerlo.

—Sal, tenemos que hablar —le ordenó Ethan, retrocediendo y acercándose a la salida. Al darse cuenta de que Mari aún estaba en estado de shock y no lo seguía, se giró hacia ella con una expresión de enojo total—. ¡Te dije que salieras, mierda!

Abrí los ojos de par en par al escuchar cómo Ethan se dirigió a Mari, sintiéndome confundida y tal vez un poco decepcionada.

Mari se levantó de su asiento, frunciendo el ceño sin comprender el comportamiento del gemelo, y salió del aula flaqueando un poco, se notaba nerviosa. El estruendo de las voces aumentó en el sitio una vez que los tres abandonaron el lugar.

Me levanté sin saber exactamente por qué. Pensé en seguirlos y detener cualquier problema que estuviera ocurriendo, cuando de repente, Sebastian se puso junto a mi pupitre, interponiéndose en mi camino

Gemelos Macallister [ACTUALIZANDO] +18Where stories live. Discover now