| Capítulo 8 |

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ETHAN

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ETHAN

Bajé de la camioneta con mal humor y entré a la par de mi hermano a la empresa. Era martes, y no veía la razón de desperdiciar mi tiempo en la agencia para una sesión de fotos cuando podría estar en otro lugar, charlando con alguien.

—Quita esa cara de idiota ansioso, has esperado dos años, así que puedes esperar un día más.

—Cállate.

Subimos por el ascensor hasta el último piso, donde se encontraba la oficina de mi padre y nos esperaba. Iba a intentar terminar con mi agenda rápido. El día anterior no me había acercado a ella porque estúpidamente me cuestioné si valdría la pena hacerlo. Fui un idiota, porque dudé cuando la tuve justo enfrente de mí, pero llevaba dos años sin poder sacarla de mi maldita cabeza.

—¿Te interesa tanto? No le veo lo especial, hermano —comentó Eizan a mi lado mientras caminábamos.

—Y que siga así, me gusta a mí, no a ti.

—Nunca pelearía contigo por una chica —aseguró—. Código de hermanos.

No se lo discutí, confiaba en él, a pesar de que sabía que disfrutaba de relaciones casuales y Giselle tenía una apariencia que se acoplaba a todas sus preferencias. Bueno, de hecho, ella era el tipo de chica que atraía a cualquiera.

—¿No es algo extraña? —inquirió mi hermano—. Presentó más interés en los casilleros que en nosotros.

Recordé lo que había ocurrido el día anterior y no pude evitar esbozar una ligera sonrisa. Si, fue extraño y gracioso. Me hubiera reído de ella por pensar que no la reconocería de espaldas si no hubiera tenido a todo el colegio observando cada uno de mis movimientos y gestos.

—Probablemente no quería llamar la atención.

—Pero hizo todo lo contrario. Y tú, maldito loco —se burló Eizan de mí y lo miré con fastidio al prever lo que iba a decir—, la reconociste viendo solo su... ¿silueta?

En realidad, no la reconocí únicamente por su silueta. No era un lunático obsesionado que la había buscado constantemente y había memorizado cada detalle de su figura, aunque admito que lo hice un par de veces. Lo que finalmente me había ayudado a descubrir de quien se trataba fue el chico rubio que estaba a su lado: Jason Green, su estúpido mejor amigo. Y tal vez, su novio, si los rumores eran ciertos.

Agh. Tenía que apurarme para preguntarle.

—Gemelos Macallister —Sasha, la secretaria de mi padre, apareció de repente antes de que pudiéramos cruzar la oficina—. El señor Aiden acaba de salir, pero me dio instrucciones de que comiencen con sus compromisos del día de hoy. Tienen programadas dos sesiones de fotos para la revista Vogue y la grabación de un comercial.

Me pasé una mano por el cabello y evité preguntar cuánto tiempo nos tomaría terminar, porque sabía que la respuesta no sería de mi agrado. Mi hermano puso una mano sobre mi hombro para tranquilizarme.

Gemelos Macallister [ACTUALIZANDO] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora