MIJAIL VOLKOV (+21) Terminada ✔️✔️

16. Ella no me puede dejar...

CAPÍTULO 16

Mijail Volkov

—¿Por qué esa cara de perro, hermano? —me pregunta el imbécil de Francesco. Si supiera que solo lo estoy soportando por la mala racha que he tenido por culpa del bastardo de Woods, aún tengo presente la cara de Elaine al caer por el barranco y siento placer al saber que esa perra por fin me dejará en paz.

—Pienso en mi mujer—le digo sonriente. Sé que el siente algo por mi pequeña.

El italiano sonríe a medio lado y le quiero pegar un tiro en la cabeza. Maldito hijo de puta.

—¿Hace cuánto se conocen? — tantas preguntas me están dando mala espina. hago mi sonrisa más falsa para responderle.

—¡Desde que era una chica virgen y yo fui el primero y único en estar dentro de ella! —exclamo y tengo que morder mi mejilla interna para no reírme, la cara de Francesco es tan épica que el muy desgraciado no inmuta a disimular lo que siente por mi Victoria.

—¿Estás seguro que no estuvo con alguien después de ti? — aprieto mis manos, estoy a punto de darle un golpe fuerte a este hablador de mierda. —Digo recuerda que su jefe estaba detrás de ella y por lo que investigue ella le correspondía—trago en seco al recordar eso, con tantas cosas se me había olvidado Alexander Russo. Veo a lo lejos a Victoria leer un libro, se ve tan perfecta mi pequeña mujercita, sé que para la mayoría de personas soy un sádico que se obsesionó con una pequeña flor frágil, pero joder cuando la vi con el bastardo de Jhon con su uniforme pude sentir un calor en mi pecho que jamás sentí con nadie, ni siquiera con Karen Stevenson con solo recordar esa perra que me rechazó por irse con ese actor de pacotilla me dan ganas de vomitar, ella no es nada comparada a mi pequeña Vicky que amo tanto.

—¿Qué sabes de ese tal Alexander? —me encojo de hombros, Victoria se está frotando los ojos se ve tan dulce y tierna haciéndolo.

—Es el dueño de Go Spaces Company, tiene treinta y siete de edad, soltero, hijo de Margaret Russo y Maximilian Russo hijo menor de tres hermanos mayores, estudio de la facultad de negocios en Londres, estaba comprometido con una mujer llamada Regina Stone, hija del millonario Sammuel Stone hasta que Alexander la encontró acostándose con el padrino de boda. Victoria llego recomendada por uno de los empleados David Steven—rio internamente.

¡Vaya, Vaya!, ¿Qué pensaría Victoria si le digo que David es uno de mis empleados? ¿Qué nunca la deje por completo?

—Sí, conozco a David—sonrió, pero el rostro de Francesco se vuelve pálido

—¿Lo conoces? —aclara su garganta ¿de qué me estoy perdiendo?

—Es uno de mis empleados jamás dejé a Victoria.

Puedo ver como Francesco se echa para atrás, su semblante cambio y puedo jurar que él y Victoria se dieron miradas algo sospechosas, busco en mi teléfono el número del inútil de David para que venga a Italia, mi sexto sentido me dice que Francesco y Victoria me están ocultando algo, por ahora lo dejaré pasar y solo esperaré al ver sus caras cuando vean a David, en ese momento Francesco me extiende una copa de Whisky y la tomo de golpe, mi paladar detecta enseguida un sabor algo amargo pero le restó importancia cuando una llamada entra a mi teléfono.

—¡Que! —grito para que la persona que está al otro lado hable inmediatamente no tengo paciencia para estupideces ahora.

—Jefe, soy Elsa—¡vaya tanto tiempo sin saber de esa zorra!

—¿Qué quieres zorrita? —comienzo a reírme como idiota, el calor inunda mi cuerpo y de un momento a otro me quito la chaqueta.

—Señor, hay problemas Tamara escapó.... —siento un silencio del otro lado de la línea, esa maldita de Tamara me ha dado muchos dolores de cabeza, ella la trajo Paul uno de mis hombres que provee mis burdeles Tamara es una chica latina que secuestramos para que trabajara para mí, pero ya me tiene colmado de la paciencia y esta vez no lo dejaré pasar.