MIJAIL VOLKOV (+21) Terminada ✔️✔️

29. Mi pedazo de cielo

CAPÍTULO 29

Los ojos de Mijail, están entrecerrados.

Su mandíbula está tan tensa que tengo tanto temor que se haga daño. Le he dado la orden a Pedro para que corra detrás de mi madre y la proteja de cualquier tontería. Siento un dolor en mi pecho a tal punto que siento como si fuese un golpe. Mi padre o más bien Gilberto Jones, da un paso hacia mí, pero, mi cuerpo reacciona y doy dos más hacia tras. La mano de Mijail roza con cuidado mi cadera, susurra algo inaudible y realmente en estos momentos no le estoy prestado nada de atención, a mi ahora prometido.

Malka trata de suavizar el ambiente, diciendo que es hora de su baile como una mujer casada y Ethan espeta diciendo que ya es la señora Volkov. Tengo tanta ira acumulada, le agradezco a los dos por disipar el ambiente, pero, la tristeza se está reteniendo en mis ojos. ¡Quiero llorar!

La mirada del hombre que algún día fue mi padre, se encuentra apagados y sin brillo. Marcela me mira casi rogando para que le permita acercarse a mí, pero, comienzo a negar tantas veces con mi cabeza que comienzo a sentir un terrible dolor en mi cuello.

La mano de Mijail baja hacia la mía, y es envuelta por sus manos suaves. Sus ojos encuentran con los míos y puedo sentir paz por un momento.

—¿Qué tratan de hacer? —mis palabras suenan amargas y realmente me duele toda esa maldita situación.

—Hija... yo—hago distancia con mis manos para que no se me acerque. No quiero que continúe, no quiero escucharlo.

—¿De qué me he perdido? —miro a Mijail—¿De qué hija hablas señor? —vuelvo mi mirada hacia mi padre. Su ceño se frunce y sé que está dolido.

—Tu...mi pedazo de cielo—me abrazo a mí misma, el dolor es cada vez peor y solo él lo está avivando, tantas noches soñando con que mi padre me protegiera, tantas veces que me pregunte porque me había abandonado de la manera más vil. Tantas veces que quise que me volviera a llamar de la manera como lo hace ahora.

—No es el momento, ni el lugar Gilberto—sus ojos se abren porque es la primera vez que le hablo de esta manera. Porque es la primera vez que lo llamo por su nombre—Si no te has dado cuenta, mi mejor amiga se está casado y por nada del mundo le vas a dañar su día—Marcela poza su mano sobre mi padre derrotado y sin más se marchan del lugar.

Le he pedido miles de ves perdón a Malka, por haberle arruinado de esta manera su día, ella tan comprensiva me ha dicho que lo importante es que mi madre y yo estemos bien. Pedro me ha comunicado que mi progenitora está en uno de los condominios que Mijail ha comprado para ella y que se quedará a cuidarla. Al menos siento algo de alivio por ese lado.

El aire en este lugar esta denso. Siento que me estoy asfixiando y cuando menos lo espero, mi cuerpo se dirige a la salida, prácticamente corriendo.

El aire helado de la noche me sorprende, mi pecho y estomago duele. Mi alma está rota, mi vida es un caos ¿Cómo es posible que se aparezca, así de la nada? ¿Por qué jamás nunca me busco? Mis lágrimas se abren paso y comienzo a llorar como una niña pequeña, cuando ha perdido algo que tanto quería. Y realmente he perdido lo que más amo en mi vida. A mi padre.

—Daria todo mi imperio, por no verte de esta manera—las palabras de Mijail me sorprenden al punto de saltar por la impresión. Sus manos me rodean mis caderas y con suma delicadeza me voltea para encararlo.

—¿Por qué hasta ahora, amor? ¿Por qué no me busco antes? —mis palabras suenan rotas y la vez me duelen tanto.

—Eso...ya lo estoy investigando—miro a Mijail anonadada ¿hay algo que no sepa?