11. Noticia inesperada

344 16 0
                                    

Un día de finales de abril, por la mañana, en Barcelona.

¿Qué es ese ruido? Me ha despertado.
Me levanto de la cama enfadada y bajo las escaleras para ver quien ha sido el culpable de haberme levantado malhumorada.

Observo a mi madre pasando el aspirador. Mejor no le digo nada. Cuando llegué ayer por la madrugada, no me dirigió la palabra. ¿Se habrá enfadado por lo que le dije por teléfono? Supongo. Pero es la verdad, estaba agobiada por su culpa. Tantos mensajes, tantas llamadas... No soy inútil, no me iba a pasar nada.

Rosa se da cuenta que la estoy mirando y inmediatamente deja lo que está haciendo y se aproxima hacía mí.

—Catalina, tengo que hablar contigo —exclama seria.

—Mamá, si es por lo de ayer, lo siento una vez más.

—No, no es eso. Aunque sigo decepcionada contigo por ese motivo.

—¿Entonces?

—Sígueme.

Se dirige al salón. Voy detrás de ella.

Hay un hombre sentado en un sillón. Tendrá unos treinta y pocos años, lleva gafas y va vestido bastante elegante.

¿Será el abogado de mi madre? Al verme se levanta y me sonríe. ¿Qué está pasando? ¿Quién es ese hombre y que hace en mi casa?

—Siéntate —me ordena mi madre.

Me siento en el gran sofá de color beige. Ella se pone al lado mío.

Me agarra las manos y me mira a los ojos.

—¿Qué me quieres decir, mamá? —murmuro asustándome un poco por esta situación.

Parece que es importante lo que me va a decir a continuación.

—Jorge, ven —llama al hombre.

Jorge se acerca a nosotras y se sienta al lado de mi madre. Esta situación cada vez me confunde más.

—¿Quién es? —pregunto confundida.

—Se llama Jorge y es mi...

—Prometido —interrumpe el hombre.

¿Prometido? ¿He escuchado bien?

—¿Cómo? ¿Pro-prometido? —tartamudeo.

—Sí, cariño —murmura mi madre mientras me acaricia la cara—. Nos vamos a casar.

No... no me lo puedo creer. ¿Esto es una pesadilla, verdad? Sí, esto no es real. Me pellizco. Duele. No funciona, no me despierto. Me golpeo una vez más con todas mis fuerzas. Hago una mueca de dolor. Joder, es real.
Mi madre me mira muy preocupada.

¿Se van a casar? Pero... ¡Ni siquiera sé quién es ese hombre! No, no, no. No lo voy a permitir.

—No —balbuceo.

—¿Qué? —pregunta mi madre extrañada.

—¡¿Pero que dices, mamá?! —grito, asusto a Jorge y a Rosa—. No pienso aceptar a este hombre, ni siquiera lo conozco.

Mis ojos se humedecen. Siento rabia, tristeza, decepción por no habérmelo contado antes.

—No te lo había presentado antes... Lo siento, cariño. Pero somos muy felices juntos y quería que lo conocieras. Hemos decidido dar este gran paso, casarnos.

Trago saliva. Esto no me puede estar pasando a mí. No me lo puedo creer. Nunca había imaginado ver a mi madre con otro hombre que no sea mi padre y viceversa.

Enséñame a quererteWhere stories live. Discover now