12. Parejas

350 17 3
                                    

Un lunes de finales de abril, en el instituto.

Hoy a última hora vendrá la de educación física a preguntarnos por las parejas de la cursa de orientación, que es mañana.

No tengo ni idea de con quien ir. ¿Por qué organizan una actividad como esta justo cuando soy nueva? ¿No podían esperar un poco más?

Obviamente me encantaría ir con Bruno. Pero él seguramente irá con Daniela o con cualquiera de esas chicas con las que se besa.

Aunque, desde que me dijo que por mí dejaría de hacer eso, no lo he visto coquetear con ninguna. Es solo cuestión de tiempo que vuelva a ser el Bruno que conozco.

Hablando del Rey de Roma...

—Hola, gato —me saluda alegre.

—Hola, Brux.

Arquea una ceja.

—Es un apodo. ¿No te gusta? —pregunto vacilando.

—Si me lo dices tú, sí que me gusta —responde sincero, poniendo una de sus sonrisas hipnotizadoras.

Siento mariposas en el estómago. ¿Cómo hace para gustarme tanto?

—Eso también se lo dices a las otras, ¿no?

—No hay otras.

—Lo que tú digas —comento refunfuñando.

En ese momento, Daniela se acerca a nosotros. Me mira con cara de pocos amigos y después fija su mirada en él. Se abalanza sobre sus brazos. Le intenta dar un beso pero, para mi sorpresa, Bruno la esquiva. ¿Le acaba de hacer una cobra?

—Suéltame —le ordena muy serio—. No me beses más. ¿Entendido?

A Daniela se le humedecen los ojos.

—Perdón —balbucea. Se va por donde ha venido, sorprendida por el tono de voz con el que le ha hablado.

Me quedo inmóvil por la escena que acabo de presenciar. Bruno se da cuenta de mi reacción.

—Lo he hecho bien, ¿no? —duda Bruno.

—Sí, muy bien.

En ese instante se acerca a mí. Se agacha un poco y me susurra algo en la oreja.

—¿Quieres...? —no puede acabar la frase porque alguien le interrumpe.

Una chica con una mueca tímida y una sonrisa nerviosa nos mira fijamente.

Está muy maquillada. Es rellenita, tiene los ojos azules, nariz chata y labios gorditos.

—Ho-hola Bruno... —tartamudea mientras camina hacia nosotros.

No me digas que es otra de sus admiradoras.

—Hola —responde él.

—Una pregunta... —dice ella mientras coge aire. Está temblando—. ¿Ti-tienes pareja para lo de la cursa de orientación?

—Sí, ya tengo pareja. Lo siento.

El rostro de la chica se apaga. Desilusionada, le hace una mueca de «No pasa nada» o «Da igual» y se marcha.

Y... ¿quién es su pareja?

—Vaya, vaya — respondo.

—¿Qué?

—Tienes muchas fans, eh.

—Ya —contesta desinteresado.

—¿Con quién vas en lo de orientación? —pregunto intentando que no se de cuenta en el interés que tengo en su respuesta.

Enséñame a quererteWhere stories live. Discover now