13. Cursa de orientación

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Un día de finales de abril, por la mañana.

Hoy es el día. Estaré todo el día con Bruno. ¡Qué emoción!

Me visto con pantalones de chándal y una sudadera Nike. Debajo de la sudadera llevo una camiseta de tirantes por si me da calor. También, me pongo zapatos deportivos.

Agarro la mochila que preparé ayer por la noche con las cosas necesarias para la excursión.

¡Listo! Me voy ya para el instituto. Enciendo mi móvil, me coloco mis auriculares y pongo algo de música. Suena Traitor de Olivia Rodrigo.

En minutos llego a la escuela. Se ven dos autocares en frente del colegio. Entro a mi clase y, me siento en mi sitio.

Me doy cuenta de que Daniela me está observando. Me giro para mirarla, pero cuando mis ojos se posan en ella, Daniela baja la mirada. Parece entristecida, se lo merece, ¿no? No me gusta desear el mal a nadie pero ella se ha pasado mucho conmigo.

Alguien me toca el hombro. Me giro y lo veo. ¡Bruno! Ese chico con ojazos verdes. Está ahí, frente a mí.

No le he visto entrar, supongo que estoy demasiado dispersa.

—¡Hola, gato! —me saluda con una sonrisa abierta de par en par.

—¡Hola, Brux!

Antes de que podamos seguir conversando, la profesora de educación física, empieza a hablar.

—¡Alumnos, alumnas! ¡Silencio —grita. Todos nos volteamos a verla. Al ver que nos hemos callado comienza a hablar—. Id ordenadamente al autocar, en fila. Sentaos como queráis pero los que se marean delante, eh. No me gustaría limpiar ningún vómito.

Mis amigas; Dafne, Mía y Miriam se me acercan.

—Después nos vemos, gato —se despide.

—Cat, ¿vas conmigo en el autocar? —me pregunta Dafne tímida.

—¡Claro!

—Miriam, tú y yo juntas, ¿no? —exclama Mía.

—Obvio —asiente Miriam.

Nos subimos al autocar. Dafne y yo nos hemos sentado por la zona del medio. Ella en la ventana y yo al lado suyo. Detrás nuestro están Miriam y Mía. Cerca de nosotras un poco más atrás, también están Bruno y Xavier.

El viaje se me hace muy largo.

Dafne y yo conversamos de muchos temas. Me cae genial. Es una gran amiga. También, charlo con las demás.

A las diez, el conductor detiene el vehículo y anuncia que hemos llegado. Los alumnos comienzan a gritar emocionados. ¡Por fin! Ya me comenzaba a marear.

Todos los alumnos salimos y comenzamos a caminar. Nos dirigimos hacia un albergue.

Nos sentamos en unas mesas de picnic para almorzar. Mis amigas y yo nos intercambiamos el desayuno.

—Dafne, tus magdalenas están buenísimas — admite Miriam mientras las saborea.

—¡Gracias! Son caseras. A mí me encanta tu zumo de piña.

Terminamos de desayunar y vienen tres monitores. Dos hombres y una mujer, son jóvenes.

—¡Buenos días! Vamos a comenzar la actividad, poneos junto a vuestra pareja —nos ordena un monitor.

Busco a Bruno entre todos los alumnos. No lo veo. ¿Dónde se ha metido?

¡Ah! Ahí está. Él me sigue buscando, todavía no me a visto. Es tan guapo... ¡No es momento de pensar en eso!

Enséñame a quererteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora