25. Amor en infantes

179 7 2
                                    

Ese mismo día, un rato después.

Hemos llegado al chalet. Me despido de mis nuevos amigos y nos detenemos enfrente de la puerta.

—Sabes que mi madre nos va a matar, ¿verdad?

—Espero que sea lo menos doloroso posible.

Decididos, confiados, seguros, entramos en la casa. Un total silencio recorre el chalet. No se oye nada. Ni el zumbido de una simple mosca. Ni la respiración de alguna persona. Nada.

En la cocina no hay nadie. Tampoco en el salón.

Se escuchan unos pasos bajar las escaleras. Tina tiene una expresión furiosa. Está enfadada.

—Por fin os dignáis a aparecer —resopla—. Pero ¿dónde os habíais metido?

—Estamos bien. Hemos ido a dormir a un camping —le intento tranquilizar.

—¿Qué estáis bien? Pues ya no lo estaréis —nos mira decepcionada.

De repente, su expresión cambia.

—Me han llegado unos avisos de la zona —le escuchamos atentamente—. Agresión a un portero, huir de la policía y varias cosas más.

—¿Nos estás acusando de algo? —Bruno arquea una ceja.

—No. Espero por vuestro bien que tú y tu grupo no tengáis nada que ver.

—Qué fuerte. Mi propia madre me acusa de delitos —dramatiza.

—Bruno, nos conocemos.

—Ya lo sé, mamá, pero no te preocupes.

—Confío en ti. A propósito, van a venir Telma, Jorginho y Paulo. No liéis nada.

Asentimos con la cabeza y nos sentamos en el sofá del salón.

Poco después, suena el timbre. Tina abre la puerta.

—¡Tina cuánto tiempo!

—Hola, Jorginho —les invita a pasar.

—Hola Tina —masculla Paulo—. ¿Está Chloe?

—Sí, ahora bajará.

Telma me saluda y Jorginho se presenta. Paulo me mira vergonzoso.

Chloe baja rápidamente las escaleras. Lleva un peto tejano azul claro. Una gorra Nike tapa su pequeña cabeza.

—¡Chloe cuidado que te caes! —le advierte Tina. Ella ignora su comentario.

—Hola, Paulo —sus mejillas enrojecen.

—Hola, Chloe —hace una mueca nervioso. Se sientan con nosotros en el sofá.

—¿Te has recuperado de tu enfermedad?

—No. Los médicos dicen que he mejorado pero todavía no me he curado.

—Seguro que te curas pronto —le anima Paulo.

—Gracias, ojalá.

—¿Vamos a jugar afuera? —le propone.

—Sí, vamos —se levantan entusiastas y se dirigen al jardín.

Telma cocina bacalao à bras, un plato típico de Portugal. El ingrediente protagonista es el bacalao o «bacalhau». También, está acompañado de perejil y olivas negras.

—Está delicioso —doy mi opinión más sincera.

Obrigado. Es una de las recetas con bacalao más famosas de la cocina portuguesa.

Enséñame a quererteWhere stories live. Discover now