Capítulo 13: Problemas

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-Vamos a la joyería

-¿Ahora mismo?

-Sí, antes de que cierren, corre ¡Vamonos!

Tomó su mochila y salió disparado de la habitación dejándome a mi atrás con una cara de preocupación... mamá se casará en dentro de poco tiempo... 6 meses para resolver un misterio que nos pondría en peligro a todos. Tomé mi celular y algo de dinero que estaba en la cómoda de Ben, quizás lo necesitemos. Salí de la habitación tapándome los ojos con la mano, ahí dentro parece una cueva, está demasiado oscura.


Ben le pidió el coche a mamá, le tuvo que decir que íbamos los dos a comprar materiales para la escuela, cosa que sí necesitaba, y mamá con todo el gusto le dio las llaves. Cuando tomé la perilla para salir rumbo al coche, mamá se despidió y me advirtió que tuviéramos cuidado y que nos abrocháramos los cinturones de seguridad, asentí secamente y le respondí un desanimado:

-Adiós mamá, te veo al rato.

Salí antes de que me respondiera, me estaba poniendo muy preocupada con la situación, mamá ama a ese hombre, me sentiría muy mal si ese sujeto llegara a ser... eso que Ben y yo creemos que es, mamá se vería obligada a dejarlo para siempre... no quiero verla triste de nuevo, no quiero verla sufrir de nuevo, era muy doloroso ver a mamá muerta en vida. Ben me sacó de mis pensamientos tocando el claxon viéndome con una mirada dura, parpadee unas veces al darme cuenta que no me había movido absolutamente nada de la puerta, me dirigí apresurada a la puerta y lo abordé. Al cerrar la puerta Ben me dijo mientras arreglaba el retrovisor:

-Iremos a la joyería del centro, no tenemos mucho tiempo, cerrarán en una media hora.

-Vale... arranca el auto.

Con un giro de la llave lo encendió, luego retrocedió como un profesional y partimos a la joyería.


Durante el camino, iba recordando a mamá llorando... como cuando al fin había salido de la habitación y lloramos en el pasillo... sin darme cuenta una lágrima brotó de mi ojo, luego otra y otra. Con la muñeca me sequé la cara y le pregunté a Ben tratando de esconder mi tono de voz entre cortado:

-¿Crees que sepan algo sobre el dije?

-Posiblemente, recuerda que el que está a cargo es el señor César, él es toda una enciclopedia de joyas y cosas por el estilo.

-Es cierto... pero ¿Y si sí sabe pero no nos quiere decir nada?

-Es posible, pero no un problema, dudo que se niegue a decírnoslo.

Asentí levemente para luego girarme hacia la ventana.


Al llegar, Ben se estacionó a lado de la joyería con aspecto deteriorado y opaco, pero sin embargo era de las joyerías con más clientes de el pueblo.


Al entrar a la tienda, lo primero que vi fue la decoración: paredes guinda, con una alfombra azul marino, vitrinas bien iluminadas, el destello de las joyas y un señor al final, usando un chaleco rojo, una camisa blanca de botones y unos pantalones grises con una sonrisa y su cabello canoso peinado hacia a un lado mientras limpiaba una vitrina.

-Buenos días Ben, hace mucho que no te veía, cómo has crecido, recuerdo cuando eras así.

Dijo mientras estiraba la mano y se la ponía enfrente del tórax haciendo una medida del tamaño de Ben.

-Sí, hace mucho tiempo señor, me alegra verle de nuevo.

-Y a ti Sofía, hace mucho mas tiempo que no te veía, ¿Qué edad tienes ahora?

-16 y contando.

-¡Wow! sí hace bastante tiempo sin verte eh, bueno, ¿En qué les puedo ayudar?

Ben se transformó de alegre y nostálgico a serio y frío. Dijo secamente:

-Venimos a hacerte unas cuantas preguntas sobre algo.

-¿El qué?

-Esto

Ben me pegó con el codo diciéndome que sacara el dije. Lo miré un segundo en mi mano y luego lo puse sobre la vitrina. El señor de mirada verde fue abriendo los ojos de par en par para luego abrir levemente la boca.

-¿Dónde lo consiguieron?

-Lo encontramos en el bosque.

Dijo instantáneamente Ben.

-¿Sabes de donde viene o de qué es?

-A-ahhh...

-¿Lo sabe? necesito que me diga de qué es y de donde proviene.

-E-este... no es posible...

-¿Qué cosa?

-Bueno, es que... estos dijes sólo se les dan a las personas que... trabajan o son parte de... organizaciones secretas, no creo que lo hayan encontrado perdido en el bosque, las personas que lo tienen no se lo quitan por ningún motivo a menos que estén muertas, esa única manera de que no esté con ellos.


Ben tragó saliva nerviosamente, el hombre descubrió que le mentimos sobre en donde lo encontramos, aunque sí lo encontramos en el bosque, pero en un... cadáver. Se lo arrancamos a un cadáver, el hombre sabía que se lo quitamos a un muerto, estábamos en problemas.

Mi padrastroWhere stories live. Discover now