Capítulo 16: Ya no volverá

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Al llegar a casa, subí inmediatamente a mi habitación ignorando completamente el saludo de mamá y dejándola con la mano en el aire, cerré la puerta de rápidamente para lanzarme a la cama. Me puse a pensar todas las cosas que podrían pasar en es esos 6 meses antes de la boda. "¿Qué pasaría si no logro nada?" pensé con lágrimas emergiendo de mis ojos. Abracé mi almohada para secarme el rostro, no quería que algo le pasase a mi familia y de repente me pasaron imágenes por la cabeza: mi madre atada de manos y pies, sobre una placa cartón, Ben echado a un lado con las manos atadas en la espalda y la boca vendada y yo, acostada boca arriba con la boca vendada con los pies y manos atados, personas, personas de aspecto violento y desagradable, con expresiones de éxito en sus bocas y ojos, riéndose mientras beben y tratan de bajarle el escote a mamá, mi mamá le muerde la mano, el hombre de aspecto sucio y agresivo sacando una pistola para apuntarle a la frente a mamá con el cañón. Abrí los ojos para parar de imaginar esa horrible escena, me salieron lagrimones que luego me recorrieron las mejillas para luego bajar hasta mi cuello, traté de acallar mis sollozos con la almohada pero salió un que otro sollozo. Me levanté de la cama secándome la cara con las muñecas, salí al pasillo para ir al baño, al verme al espejo me sorprendí de lo rojos que estaban mis ojos y rostro, me salía saliva espesa de la boca. Me lavé la cara con agua helada para que me relajara, la sequé con la toalla que colgaba a lado del lavamanos y luego salí del baño.


Mamá estaba llamándome cuando salí al pasillo, me decía que bajara a comer. Quizás me sentiría mejor si comiera un poco, quizás así me relaje de todo. Bajé al comedor sin pronunciar palabra, pues me querían volver a salir las lágrimas, al ver a mamá y recordar esa horrible y asquerosa escena que imaginé unos minutos antes, me hizo soltar un sollozo, pero lo callé aclarándome la garganta.

Mamá me puso un enorme plato de espagueti enfrente, luego puso ensalada y luego una jarra de té verde helado que aún tenía bolsitas dentro. Ben bajó con su típica cara de fastidio, creía que en realidad fingía ser frío y distante, porque, en esos días lo había visto...  bastante miedoso y nervioso. Heh, sería gracioso que las chicas de su salón descubrieran que en realidad no es así de guay como creen. Mi hermano se sentó enfrente mío, no parecía que estuviera nervioso en ese momento, me daba la impresión de que era un excelente actor. Luego Johny se sentó a lado mío enfrente de mamá, me sonrió y comenzó a comer. La cena fue silenciosa, excepto por repentinas opiniones por parte de los adultos acerca de cosas políticas y modas. Cuando todos acabamos, Ben recogió los platos para lavarlos, solté una ligera sonrisa de maldad mientras pasaba a un lado de él por una caja de jugo al refrigerador, él me vio por el rabillo del ojo alzando la ceja con expresión malvada. Le saqué la lengua y subí mi habitación. Tenía que dormir, el día siguiente tenía escuela. Me dí una ducha fría, me vestí con mi pijama de poni hipster y me acosté a dormir.


Ahh, este sueño de nuevo, Johny... enterrando algo, un momento... ¿No será esto una visión o un mensaje? Johny lanzaba la tierra con brusquedad y rapidez. Cuando quise ver con más detalle, me despertaron los rayos solares que atravesaban mi cortina. Me levanté usando de apoyo las manos, salí de la cama tambaleándome como si estuvieran moviendo el suelo. Me quité la pijama para ponerme el uniforme del colegio, me hice una trenza sobre el hombro, me rocié con mi perfume con olor a pastel y tomé mi mochila. Salí de la habitación al mismo tiempo que Ben, nos vimos por un segundo, tenemos cierto vínculo que logra comunicarnos con gestos y miradas, al parecer me había dicho "tranquila, hoy no" asentí y seguí mi camino escaleras abajo. Había 2 vasos de jugo de piña y una taza de té negro, sabía que el té era de mamá así que velozmente tomé la taza y le di un pequeño trago para luego bajarlo con delicadeza. Mamá me estaba viendo desde la entrada de la cocina recargada sobre la pared,  al verla se me enrojecieron un poco las mejillas, ella soltó una risita y me dijo con los ojos enchinados por su amplia sonrisa:

-Anda, tómalo, puedo preparar más. 

-Gracias... 

Tomé nuevamente la taza con ambas manos y bebí a sorbos el té. Me senté en el comedor para comerme mi rápido desayuno de un pan tostado con miel y durazno y mi vaso de jugo de piña. Mamá se dirigió a la estufa a poner a calentar más agua para su té. Ben se sentó a comerse su plato de fruta picada con yogur natural.  Mamá soltó un chillido que me hizo dar un brinco, dijo agitando las manos:

-¡Vamos ya! Se nos hará tarde. 

Me tomé el último trago de mi jugó y lo azoté contra la mesa para salir disparada de la casa. Ben salió caminando con suma tranquilidad como acostumbraba. Mamá salió con pasitos cortos pero rápidos para cerrar la puerta y ponerle candado. Abordé el auto y Ben aún no lo abordaba,  mamá subió y arrancó el auto. Durante el camino nos íbamos riendo sobre tonterías que habíamos hecho en el pasado, como que Ben comía hormigas cuando tenía 3 años, yo me pintaba la cara entera con los lápices labiales de mamá y cosas así... ojalá y... todos los días fueran así de alegres y normales... pero eso ya no volverá.


Mi padrastroWhere stories live. Discover now