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Se le acabó la paciencia después de escuchar los tres tonos de llamada. Una maldición salió de sus labios. Eres un pedazo de mierda. ¿Qué diablos es tan importante que no contestas mi llamada tres veces?

—  Hola, ¿Director Ejecutivo?

Finalmente, Park Jimin contestó el teléfono. Su voz sonaba como un susurro. Jungkook caminó hacia el baño, suprimiendo su impaciencia.

—Sr. Jimin, haaaa, soy yo. Necesito verlo ahora.

—¿Qué? ¿Ahora?

—Sí, ahora mismo.

—¿Pasa algo malo? ¿Estás bien?

Si nos encontramos lo sabrás, pero de todas maneras hablas mucho. Jungkook miró su cara en el espejo del baño. Sus ojos estaban perdidos y sus labios secos. En un solo día, parecía un auténtico desastre.

—Nada especial. Sólo necesito verlo. Ahora.

Necesito al Sr. Park Jimin. Lo necesito para mi cuerpo. Necesito que su cuerpo acepte mi Rut. No podía decir eso, y nerviosamente se barrió el cabello desordenado.

—No estás enfermo, ¿verdad?

—No.

Qué omega tan problemático, maldita sea. Jungkook apretó su mano con más fuerza para resistirse a tirar su celular. Estaba sin aliento.

—Sr. Jimin, haa, ahora…

—Estoy trabajando, así que le llamaré más tarde. Lo siento.

Habló en un tono difícil de comprender y luego, de repente, el teléfono se desconectó. Jungkook se quedó atónito, lleno de absoluta perplejidad. No pasó mucho tiempo antes de que pusiera su teléfono junto al lavabo y abriera el grifo. El cachorro del estuche para teléfono que Park Jimin le dio parecía reírse.

—Maldito bastardo, ahhhh, ¿¿Cómo te atreves a colgar la llamada primero?!

Su ira se disparó porque ese pequeño, que sería un inútil sino fuera porque daría a luz a su propio hijo, se atrevió a colgar el teléfono primero.
‘Tengo que resolverlo ahora mismo. No puedo seguir siendo influenciado por él de esta manera.’

Ya ha tomado demasiado tiempo. Y su personalidad nunca fue muy paciente por naturaleza. Si fuera por su temperamento e intención original, Park Jimin ya debería de estar embarazado.
Ahora que piensa sobre ello, ha sido casi increíble que su personalidad se haya ajustado tanto a él.

Pero más absurdo que eso, fue el hecho de que nunca había deseado tanto a nadie hasta ahora.

Jungkook realmente lo necesitaba. Ahora mismo.

***

Jimin tuvo un día muy ocupado en la oficina. Informó sobre sus planes en particular. Y la reacción fue muy positiva. También recibió muchos cumplidos. Cuando el líder del equipo vio a Jimin, incluso dijo en broma: ‘Sólo sé el líder del equipo’. Y sintiéndose de buen humor, Jimin le dio a su equipo una taza de café a cada uno.
Cuando llegó la tarde, Jimin se asustó cuando salió al pasillo para despertar y tomar un breve descanso. ¿Por qué está el Director Ejecutivo Jeon Jungkook parado en medio del pasillo?

—¿Eh? ¿Sr. Jungkook?

Jungkook no estaba tan ordenado como siempre. Su cabello estaba revoltoso, su camisa sin corbata estaba arrugada y su tez era pálida.

—Oh, Dios mío. ¿Qué le pasa a tu cara? ¿Estás bien?

—…No contestabas el teléfono.