Capitulo 1

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Dos años. Ese era el tiempo que había pasado desde que me fui y atravesé aquel maldito portal. Dos años viviendo completamente solo sin Erin ni nadie. Cuando la brecha tridimensional exploto todos los de su interior se desintegraron en el acto. Así que todo este tiempo estuve viviendo totalmente solo. Lo bueno era que fui a parar a un bosque y recordaba algunas tácticas para cazar, alimentarme y resguardarme de las frías tormentas que me fueron muy útiles. Al menos estaba seguro de que en los sueños de Erin ya no aparecerían sus hermanos, ya habían desaparecido del mundo para siempre. Erin...dios santo como la hechaba de menos. Estaría preciosa, ya debería de tener dieciocho años, estaría hecha todo una mujer. Al fin volveré y podre verla. No se si seguirá queriendome o no, ya que yo tampoco tengo muy claros mis sentimientos, había pasado mucho tiempo, tiempo en el qual había estado sin verla y sin saber nada de ella. Necesitaba volver a verla, por suerte hoy era el día, hoy por fin regresaría a la tierra, en el viaje el portal se destruiría y ya podría quedarme siempre en la tierra junto a ella ¿Que como sabría que el portal se autodestruiria? Porque el otro día lo encontré y sigue funcionando, o, al menos eso indica la lucecita amarilla que brilla incesante en su interior. Al parecer solo fue destruida la brecha digital. Estoy practicamente seguro de que se autodestruira porque, el mundo de los invisibles fue destruido gracias a mi, así que nadie nunca mas podrá regresar. Recogí algunas de las cosas que en este tiempo había reunido y fui al lago, cerca de donde se encontraba el portal. Al llegar allí observe atentamente mi reflejo en el agua cristalina. No solía hacerlo ya que recordaba a Erin y aquello me hacia sentir culpable. Mi pelo largo y algo enredado. Mi rostro masculino con un poco de barba ya saliendo y algunos cortes debido a las ramas del espeso, frondoso y profundo bosque. Mi torso desnudo muy moreno y mas musculoso de lo que era antes. Debería arreglarme antes de ver a Erin, si aparecía con este aspecto desaliñado y macabra podría darle algo. Aunque estaba deseando verla primero debería prepararme para ello. Llegue donde estaba el portal ya preparado para mi. La luminosa luz que este transmitia comenzo a cegarme en cuanto di un paso para atravesarlo poco a poco. Cuando abri de nuevo los ojos ya no me encontraba en el bosque, estaba en el pueblo, aquel que había sido mi hogar en mi corta infancia. Conocía un hotel que no quedaba muy lejos de la casa de Erin, si es que todavía seguía viviendo allí. Fui hasta allí y con el dinero que tenia ahorrado pille una habitación. El chico me miro raro, supongo que por mi atuendo y la pinta que debería llevar. Subí hasta el piso que el recepcionista me había indicado y busque la puerta 325. Cuando al fin la encontré abrí la puerta con la llave y entre. Era una habitación bastante amplia y espaciosa. Entre y deje las cosas por ahí de qualquier manera. Salte a la gran cama y me tire como un niño pequeño. Dios mio, como había extrañado dormir en una cama tan blandita... Pero no tenia tiempo, tenia que prepararme para ir a ver a Erin. Fui al baño y me di una relajante ducha. Al terminar me coloque ante el espejo. Me afeite y corte un poco mi pelo color miel. No podía hacer nada por los cortes pero al menos ya aparentaba ser mas un joven de veintitantos que un salvaje salido de la propia jungla. Coloque ahora si mi escaso equipage y mire la hora. Aun era algo temprano así que decidi hecharme una pequeña siesta que al final resulto durar mas de tres horas. En todos estos años jamas había dormido tan bien, aquello me sabía a gloria. Me alce algo mas descansado de la cama y me prepare. Una vez estaba listo salí de allí y fui a la casa de Erin. Con cada paso que daba acercandome a mi destino estaba mas nervioso. No sabia como iba a actuar, que iba a decir o que iba a hacer cuando la viera. Si es que claro seguía viviendo allí y no se habían mudado a otro sitio con la madre del imbécil de Evan, incluyendo a este último. Juro que si el imbécil le hizo algo no volvera a ver la luz del dia nunca mas. Después de una larga caminata al fin llegué a su casa. Miles de recuerdos invadieron mi mente. Recordé que Erin siempre tenia costumbre de guardar una llave de repuesto por si acaso bajo el felpudo. Mire ahí abajo y, efectivamente ahí se encontraba la llave. Abrí la puerta haciendo el menor ruido posible, pues quería darle una sorpresa. Subí arriba y me coloque delante de su puerta. Inspire y expire seguidamente por varios segundos y cuando pensé que ya estaba listo abrí la puerta. Se me congelo la sonrisa en el rostro y frunci el ceño. Jamas debí de haber abierto esa puerta. Sobre la cama se encontraba una chica de pelo castaño ondulado con unos shorts y en sujetador de encaje con un cuerpo de infarto. Sus piernas rodeaban la cintura de un chico mas o menos de mi edad de pelo totalmente negro y sin camiseta. No...ese chico...no podía ser...
La chica del cuerpo de infarto noto mi presencia y apartó de un empujón al chico que no dejaba de besarla apasionadamente. Este cayo al suelo dando un estruendoso porrazo.
-¿Que demonios...?- se quejo el chico.
-¿Kaled?- preguntó la chica cubriéndose el torso con la sabana y colocándose el tirante del sujetador que el chico había bajado hábilmente.
Sus ojos... Oh dios mio. Era ella...estaba seguro...no podría equivocarme...entonces el chico era...
-¿Evan?- pregunte con un hilo de voz.

Holii! Aquí estoy con otra nove, la continuación de "Diario de un chico invisible" Espero que os guste tanto o mas que la otra. Oh.dios.mio Erin y Evan...juntos...y son....hermanastros...¿Como creéis que reaccionará Kaled? Comenten y si les gusto.... Denle a la estrellita
Besitos: S.L.R

Diario de un chico visible (2)Where stories live. Discover now