Capitulo 6

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Carraspeé nervioso. Mis intenciones nunca fueron aquellas, ese día, cuando fui a su casa no tenía pensado encontrarme con él, claro que tampoco quería encontrarmelo ningún otro día... Mierda. ¿Que diantres le digo ahora? ¿Que yo era en realidad un chico invisible pero gracias a su hija dejé de serlo? ¿Que unos seres invisibles se querían apoderar del mundo? ¿Que me marché porque tenia que destruir un portal para que no se desencadenase un desastre mundial? No me creería ni loco.

-Yo... Ehm... Hola Ismael, ha pasado mucho tiempo.

-Ve al grano, chico, ¿Porque le hiciste eso a mi hija?

-Pues... Mi... Hermana, que vive en Londres me contó que estaba embarazada y, bueno que su novio la había dejado tirada, que no había querido hacerse cargo del bebé. Entiendeme, era mi hermana yo...no podía dejarla sola, ella me necesitaba...

-¿Y a mi hija si pudiste dejarla sola? ¿Cuando ella mas te necesitaba?

-Es mi hermana, ella estaba muy mal. Y enserio no hay un solo día en que no me arrepienta de lo que hice, de lo idiota que fui, de la oportunidad que perdí con una chica increíble, con la chica mas hermosa del mundo, con su hija. Se que no puedo hacer nada para que ni tu ni ella me perdonéis completamente, que estuvo mal aquello, que nunca tuve que haberme ido, que todo fue un error, que ella sufriera por mi culpa. Creo que eso fue lo peor, que ella sufriera, saber que la persona que mas amas en el mundo sufriese... Por ti. No es una sensación para nada agradable, y realmente lo siento-agache el rostro, di media vuelta y salí por la puerta.

Apenas había caminado dos calles arriba cuando alguien comenzó a gritar mi nombre. Me gire topandome con la chica de ojos verdes que había robado mi corazón desde la primera vez que la vi.

-Erin yo...-no pude continuar se había lanzado a mis brazos- te escuché- dijo aún abrazada a mi- escuché lo que dijiste, lo que dijiste de mi...

-Es lo que pienso de ti- la corté- eres realmente hermosa, aunque ya deberías saberlo.

-Gracias- susurró.

Sonreí y la apreté mas fuerte contra mi. Estar cerca de ella me hacia sentir bien, me gustaba.

-¿Recuerdas a Bruno y Aisha?

-¿Tus mejores amigos?- ella asintió- Sí, ¿Por?

-Mañana habíamos quedado para ir a la playa... A Evan le surgió un inconveniente de ultima hora y no podrá venir, si tu quieres puedes venirte.

-¿Tu mejor amiga no me matara? No la conocí mucho, pero la tía por lo que se ve menudo carácter tiene.

Erin soltó una carcajada.

-No creo, aunque eso sea cierto, no te hará nada. ¿Y bien?

-Pues... Sí, acepto, iré mañana a la playa con vosotros.

Después de eso nos despedimos y intercambiamos números de teléfono para acordar la hora a la que quedaríamos mañana, sí, al fin pude comprarme un móvil, aunque era de segunda mano y... Iba algo mal, pero no podía quejarme, al menos servía para llamar y así poder comunicarme.

***

Aquella noche dormí como un tronco y, cuando quise darme cuenta, descubrí que ya era de día y que tenia que ir preparandome. Hoy iríamos a la playa y conocería al fin, en persona a los mejores amigos de Erin. He de admitir que aquello me tenia bastante nervioso, es decir, ellos seguramente sabrían lo que había ocurrido, aquello de que abandone a Erin. Y aunque no supiesen mis motivos, tenían razones para estar enfadados conmigo, a pesar de no conocerme e incluso tenerme un poco de odio. Suspire y me alce de la cama. Hoy me esperaba un día bastante largo, ya lo creo.

***

Volví a mirarme en el espejo por cuarta vez. La verdad es que aquel traje de baño de color amarillo resaltaba bastante mi tono moreno de piel y mi cabello rubio. Sonreí. Aquello me favorecía mucho. Tomé mi mochila color café y salí del hotel acercandome a la parada de taxis más cercana.

Anoche Erin me dijo al fin la hora exacta y el lugar donde habíamos quedado, por lo que tan solo debería darle la dirección exacta al taxista y listo, llegaría a la heladería que se encontraba cerca de la playa.

Subí en el primer taxi que paró y, después de darle alguna que otra indicación al conductor puesto que se le veía algo novato y si no llega a ser por lo poco que recordaba de cuando era pequeño de seguro nos habríamos perdido, llegamos al lugar deseado.

Le pagué el viaje y bajé del coche después de despedirme. Coloqué de nuevo mi mochila en mi hombro derecho y a paso ligero entré en el interior del establecimiento.

Allí se encontraba Erin, sentada en una de las mesas, con una camiseta bastante corta que transparentaba su bikini verde manzana y unos shorts algo diminutos. Bebía lo que debía ser un zumo de alguna que otra fruta tropical. La saludé efusivamente con la mano y me acerqué para besar su mejilla.

-¿Llevas mucho tiempo esperando?-dije sentándome a su lado.

-No, estábamos en la paya y vine aquí para esperarte. Ambos están ansiosos por conocerte. Oh, y tranquilo, le conté la mentirijilla de tu hermana y parece que lo comprendieron.

-Esta bien, por cierto Erin... Muchas gracias por todo, por perdonarme e invitarme a pasar el día con vosotros, yo...

-Shh- me interrumpió- tranquilo, fuiste muy amigo mío en aquellos tiempos y creeme, lo sigues siendo, esta será la primera de muchas otras veces que saldremos juntos. Hace mucho tiempo que quería presentarte a mis mejores amigos y... ¿Que mejor ocasión que un día en la playa?

¿Como no amarla, si se empeñaba en ser más que dulce conmigo?

Le sonreí y después de que ella terminara con su bebida nos encaminamos a la playa, al lugar donde supuestamente estarían esperándonos sus mejores amigos.

-¡La tengo!- escuché la voz de una chica gritando.

Recaí demasiado tarde en la rubia que acababa de chocarse contra mi. Por suerte, logré mantener el equilibrio y ni ella ni yo caímos. Cuando alzó la cabeza, me perdí en su mirada color avellana, y al parecer, a ella le pasó exactamente lo mismo con la mía. La analicé de arriba abajo. Decir que estaba buena se quedaba corto. Estaba despampanante. Y además... Era guapísima.

-Lo siento- murmuró- Soy Aisha- sonrió de manera coqueta.

Oh, mierda.

Diario de un chico visible (2)Where stories live. Discover now